ZP, UN PRESIDENTE SIN CREDIBILIDAD NI LIDERAZGO CADA
VEZ MÁS RODEADO
Artículo de Antonio Martin Beaumont
en “El Semanal Digital” del 08 de septiembre de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Si los críticos
socialistas le llaman "el clarividente de La Moncloa", imagínense las
carcajadas, o los cabreos, al escuchar las recetas que le dio a Isabel Gemio.
La realidad es tozuda, descorazonadora y el optimismo antropológico de Zapatero
cada día menos contagioso.
Pero ese "no da más de sí", antes escuchado sólo en ámbitos políticos
populares, sin embargo, cada día se oye con mayor frecuencia también en
las conversaciones discretas con dirigentes socialistas. Y expresa, claro, no
solo la ansiedad socialista por ver la luz al final del túnel de esta crisis
que les pulveriza sus interese electorales, sino que igualmente es la
constatación del hartazgo que produce una mala situación que –en manos de Zapatero-
no creen tenga visos de solucionarse.
Porque las millonarias cifras de parados cada mes son explosivos que encogen los
votantes socialistas, y retumban inmediatamente en las cabezas de unos
mandatarios del PSOE que además saben que a partir de aquí, al menos hasta
mayo, el paro no va a dejar de crecer.
Zapatero
ha perdido a los ojos de millones de españoles de cualquier signo político el
atributo más preciado que debe atesorar un dirigente: la credibilidad. Han sido
tantas las veces que no ha dicho la verdad; tantas las ocasiones en que sus
pronósticos -siempre optimistas- estaban equivocados; tanto ha abusado del marketing,
de la publicidad sin respaldo sólido, de las fotografías para hacer ver que
hace cuando no sabe por dónde tirar, de las medias verdades vendidas como el
descubrimiento de la penicilina, que ahora se encuentra con que cualquier
predicción o solución en sus labios suena a chascarrillo sin fundamento.
Imagínense
las carcajadas que debieron oírse en miles de hogares españoles este mismo
sábado cuando "el clarividente de La Moncloa", como llaman a ZP ya
algunos críticos socialistas, en Onda Cero, dijo sin el menor rubor que
"debemos tener mucho cuidado con los pronósticos". O al escucharlo
decir en la fiesta minera de UGT en Rodiezmo (León) el domingo que el Gobierno
no improvisa sino que "estamos todo el día explorando posibilidades".
Lo
peor es que un dirigente político sin credibilidad no es posible que tenga
liderazgo. Y es liderazgo, precisamente, lo que necesita España ante la
delicada situación que afronta.
El
presidente del Gobierno es percibido hoy como un hombre sin ideas, desbordado,
confuso, que se equivoca una y otra vez; como un dirigente que se apoya en unos
ministros que utiliza como meros ayudantes a los que deja en entredicho cuando
le conviene o despide según sean sus vaivenes de carácter o sus
necesidades políticas de pactos. Zapatero es visto por una mayoría de españoles
como un púgil, grogui, que da tumbos por el cuadrilátero tratándose de
agarrar a cualquier cosa que le permita ir tirando en espera del gong
salvador.
Ahora,
el agarre favorito del líder socialista es la Presidencia española de la UE del
1 de enero de 2010. Busca en Europa, sobre todo, tomar aire y lograr una tregua
de la oposición que le permita llegar hasta el próximo verano con unas
encuestas de opinión pública que no le obliguen a tirar la toalla. Después, eso
creen los asesores del presidente, ya metidos de nuevo en una espiral electoral
–elecciones catalanas en otoño y municipales y autonómicas en primavera de
2011— podrán encontrar el repunte económico para tratar de jugarse el Gobierno
contra un Mariano Rajoy al que -así se asegura desde La Moncloa- en
circunstancias normales siempre va a ganar Zapatero.