PP Y PSOE ACERCAN POSICIONES PERO ZAPATERO NO QUIERE PACTAR CON RAJOY
Editorial de “El Mundo” del 28.12.05
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
PP y PSOE presentaron ayer sus enmiendas al Estatuto catalán mientras el presidente del Congreso, Manuel Marín, adoptaba la decisión de no prorrogar el plazo de presentación de enmiendas, que acabó anoche. Marín optó por aplicar el uso parlamentario de no conceder otra prórroga si no existe unanimidad pero arremetió frívolamente contra el PP por negarse a secundar el planteamiento del PSOE y sus aliados. La realidad es que la decisión de Marín comporta escasas consecuencias, ya que los diferentes grupos parlamentarios podrán presentar las enmiendas que quieran a partir de febrero cuando el Congreso reinicie sus sesiones.
Resulta lógico que el PP se negara a aceptar la prórroga de tres días más que quería el PSOE ya que se trataba de una operación de marketing político de Zapatero para poder terminar el año con el anuncio de un acuerdo con sus aliados sobre el Estatuto.En el fondo, el PSOE pretendía convertir en irrelevante el debate parlamentario mediante este pacto previo al que quería llegar estos días.
Mariano Rajoy no se ha prestado a este juego porque el PP ha optado por presentar su propia alternativa y se ofrece a negociarla con el PSOE, al que el líder del PP «emplazó» ayer a iniciar un diálogo sobre el Estatuto. Ello supone un cambio muy importante, ya que hasta el momento el PP había dado a entender que presentaría una enmienda a la totalidad y no entraría en la discusión artículo por artículo.
Rajoy presentó ayer en Barcelona un conjunto de enmiendas que suponen la supresión de las dos terceras partes del Estatuto aprobado en el Parlamento catalán el pasado 30 de septiembre.El PP elimina directamente el preámbulo, el artículo 1 que define a Cataluña como nación y los títulos relativos a derechos y financiación.Como Rajoy explicó ayer, en la práctica el PP propone una actualización del Estatuto vigente, con mayores competencias. Sólo haría falta añadir unos 20 artículos a los 57 existentes frente a los 227 artículos del Estatuto que aprobó el Parlamento catalán. Rajoy resumió la filosofía de las enmiendas en cuatro principios: la soberanía reside en la nación española, existe igualdad de derechos entre todos los españoles, el Estatuto debe respetar la Constitución y también debe ofrecer garantías de los derechos de los ciudadanos frente al intervencionismo del proyecto aprobado en Cataluña.
Horas más tarde de la alocución de Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, portavoz del PSOE, rechazó cualquier posible negociación con el PP, al que acusó de «intransigencia». Sin embargo, en las casi 500 enmiendas presentadas por Rubalcaba, el PSOE descarta categóricamente el término «nación» por ser inconstitucional, elimina la referencia a los «derechos históricos» y se reafirma en los planteamientos de Pedro Solbes. Concretamente, el PSOE se niega a que la Generalidad de Cataluña tenga capacidad normativa en materia de impuestos, a ceder los tributos estatales y a que pueda existir bilateralidad en la relación con el Estado, lo que equivale a un rechazo total del concierto a la vasca propugnado por los nacionalistas. La parte negativa es que el PSOE mantiene la primacía de la lengua catalana sobre el castellano, como figura en el Estatuto, lo cual es gravísimo en materia de enseñanza
Pese a que los textos que han elaborado el Gobierno y el PSOE son mucho más parecidos a lo que propone Rajoy que a los planteamientos que defienden CiU y ERC, la paradoja es que Zapatero parece empeñado en alcanzar un acuerdo sólo con estos dos partidos.
El PP ha dado el paso de presentar sus alternativas y abrirse a una negociación con el PSOE, siguiendo la invitación del Rey a buscar el consenso. Pero ahora es Zapatero quien se niega a aceptar ese diálogo, lo que evidencia su empeño en sacar adelante el Estatuto sin pactar con Rajoy y asumiendo los elevados riesgos que ello comporta. ¿Es eso talante o sectarismo?