Artículo de Javier Orrico en su blog del 2-11-09
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Gallardón es un coche bomba del que periódicamente salen suicidas con cinturones explosivos dispuestos a volar el PP. Cada vez que algo o alguien suponen un obstáculo a su ambición, y la Moncloa se le aleja, Gallardón quema a lo bonzo a alguno de sus leales, que suele ser Manuel Cobo, y lo lanza contra su partido. A Gallardón le importa un capullo soberano lo que le pueda pasar a un PP en el que él no reine. Si no es suyo, que no sea para nadie. Sobre todo que no sea para Esperanza Aguirre, que no sólo se atrevió a disputarle Madrid, sino que se la ganó. Y Madrid es el mejor trampolín para la gloria.
Alberto es una Medea sin grandeza. Su venganza, sus maniobras, siempre tan obvias, no se deben
a un amor despechado, a una pasión enorme y traicionada. Sólo son miserias de
un ególatra elefantiásico, de un vicentín al que en los pupitres de mi
clase hubiéramos corrido a capones por su arrogancia de capitán de los piojos.
Su ansia de protagonismo es tan enfermiza que transforma en tonto absoluto a un
hombre inteligente.
Una
vez coincidí con él en un programa de televisión. En plena crisis, año 1993,
los señores diputados habían decidido subirse el sueldo un pastón. Los padres
de la patria hace tiempo que son ejemplares. Unos auténticos ejemplares, quiero
decir. Yo estaba intentando, en el debate, comerme al socialista Hernández
Moltó, el de Caja Castilla-La Mancha, que ya entonces me pareció
lo que hoy se ha confirmado que era. ¿A que no saben quién se metió a
defenderlo? El gallardo Gallardón. Estuve a punto de decirle “quítate, payo, no ves que no voy
a por ti”. Fue imposible. Lo que le hirió fue precisamente que no fuera a por
él. Habría sido un gran faraón, una gran momia.
Su
último ardid ha sido acuchillar a Rajoy, Aguirre y Rato, a todos los que le llevan la mano en el PP, y vendérselo a Mariano
como un acto de
lealtad. Y ahí lo tienen, tan pimpante, con sus deudas y sus pirámides
olímpicas. Ha conseguido afirmar la imagen de Rajoy como un pusilánime, un
escapista buenazo que jamás podrá con un Zapatero más malo que la estricnina.
Un hombre que no ofrece la imagen de firmeza que necesita un país hundido por
la incompetencia, la cobardía y la corrupción. A Rato lo ha colocado en una
posición incómoda, subsidiaria de la guerra intestina -y su primera víctima-,
pues contamina de reyerta a quien permanecía como líder intacto, y va a
terminar con él en un dorado retiro que deberá a sus adversarios y que quedará
bien lejos de la Presidencia del Gobierno. ¡Y qué distinta sería una España
presidida por Rato!
Y, por
último, a Aguirre la ha vuelto a presentar como la mala que quiere a toda costa el poder,
la que se opone a Rajoy, la que anhela controlar Cajamadrid. O sea, la
ha vestido de Gallardón, son la doctora Jekyll y Mr. Hide.
Desactivado Rato,
pretende que Rajoy se cargue a Aguirre y quedar sólo él como salvador tras el próximo fracaso de
Mariano. Un plan para el que cuenta con Prisa. Entregado Zapatero a Roures, el hombre de Cebrián
es Gallardón(1). Se necesitan.
Sin
embargo, Aguirre no
pretende más que lo que cualquier otro presidente autonómico: mandar en las
instituciones financieras arraigadas e inversoras en sus comunidades, esencial
en una España que ya no existe, y en la que cada taifa tiene que apañárselas
como pueda. O rehacer un Estado que con ZP es un botín nacionalista. ¿Saben lo
que supone que una entidad liquide impuestos en una comunidad, ya naciones de
facto, o en otra? ¿Tienen idea los mantxegos y
alcarreños de lo que supondrá que su caja sea engullida por una caja vasca que
liquide fiscalmente en Vascongadas? Pues que no verán un duro. Eso que les
deben a Moltó y Barreda. A los pobres no nos quedan ya más que nuestras cajicas.
¿Qué
ha hecho, si no, Valcárcel? ¿Que Carlos Egea, el mejor director general
de España, gobierna Cajamurcia y seguramente la
presidencia contará con su beneplácito? Claro. Pero es que no hay muchos Carlos
Egea. Y lo que es
obvio, y antecedentes hay, es que no se puede presidir una de las cajas
murcianas contra Valcárcel. No hay política económica regional sin las cajas. Ni en
Murcia ni en Madrid. ¿Alguien imagina que al presidente de Cajamurcia
lo nombrara Rajoy?
No está haciendo Aguirre nada extraño, pues, nada que no hayan hecho Chaves, Barreda, los catalinos,
Camps… más allá de que Esperanza constituya para mucha gente la única alternativa capaz
de dar puntilla a Rodríguez. Y por eso la odian dentro, pero sobre todo fuera, en el
PSOE. Porque la temen.
El PP
es hoy un partido visigodo, con todos asesinándose mutuamente, y Gallardón
haciendo de Witiza y de los hijos de Witiza, dispuesto a entregar las
llaves del PP hasta al moro MuZa(patero) con tal de satisfacer su soberbia. Su vanidad de repollo. Si Guadalete
vuelve a perderse en 2012, nos esperan muchos años de ruina. Y la culpa será
también de ustedes, señores del PP.
Echen
a Gallardón de
una vez, convoquen un verdadero congreso -el que no hicieron en 2003 ni en
2008- al que se presenten todos, y voten sin miedo, elijan a quien en verdad
crean mejor para su partido y para España, y apóyenlo sin fisuras. Confíen en
la democracia. Y devuélvannosla, esa regeneración que se les quedó olvidada en
su anterior gobernación, si quieren prestar un servicio histórico a los
españoles. Eso es lo que necesita España, democracia: justicia, decencia.
(1) Este artículo fue publicado en 'La Opinión de Murcia' el
domingo 1 de noviembre, por lo que no podía conocer la gallarda encuesta de 'El
País' cuya aparición el mismo día parece confirmar cuanto aquí se dice.