EL CENTRO SE VA DEL PSOE
Artículo de Miguel Platón en “La Estrella Digital” del 21.03.08
Por su interés y relevancia he seleccionado el
artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
La salida masiva de ciudadanos durante la actual
Semana Santa, hacia lugares de ocio o descanso repartidos por todo el mundo, es
un evidente síntoma de prosperidad que explica en parte la reciente victoria
electoral del Partido Socialista, aunque también puede ser reflejo de que la
actual crisis económica se encuentra en una primera fase, durante la cual los
daños para las economías familiares son limitados y no catastróficos, salvo
excepciones.
Como la principal clave de la bonanza económica
española consiste en que el gobierno de Rodríguez Zapatero no modificó la
política económica de éxito de José María Aznar, sería posible incluso formular
una explicación simple, aunque no del todo descabellada, de las dos últimas
elecciones generales: las de 2004 las perdió la política exterior de Aznar, en
tanto que las del 2008 las ganó la política económica del mismo Aznar.
A diez días de la jornada electoral, en cualquier
caso, resulta perceptible que la nueva legislatura se plantea en términos
incomparablemente menos dramáticos que la anterior. Hace cuatro años, el país
sufría la herida de los 191 muertos del 11-M, las fuerzas de seguridad andaban
tras la pista de los asesinos, las elecciones se habían celebrado en medio de
la mayor polémica de la historia democrática española y el PSOE se disponía a
jugar con fuego en un triple frente: la ruptura del consenso constitucional,
del Pacto contra el Terrorismo y de la política exterior.
Ahora, el descalabro del voto radical —salvo las
excepciones de los dos diputados del Bloque Gallego y el escaño de Nafarroa Bai—, junto con el
moderado ascenso del PP —que al robar votos de centro al PSOE ha neutralizado
las críticas interesadas de radicalismo que propagó la dirección socialista—,
han serenado las aguas de la vida política. Existe incluso la esperanza de que
el presidente Zapatero haya aprendido de sus errores y lleve a cabo una
política menos bronca, puesto que fue él y su partido quienes crisparon la
anterior legislatura, y no una oposición que en todo momento fue leal a los
consensos. La renovación anunciada por Mariano Rajoy en el Partido Popular es
asimismo otro factor de sosiego, por lo que entraña de flexibilidad y por la
esperanza que en principio suscita todo cambio.
La expectativa, sin embargo, deberá confirmarse en los
próximos meses. El Partido Socialista ha crecido por un doble flanco extremista:
el postcomunismo y el nacionalismo reaccionario. Ha
retrocedido, en cambio, allí donde no existían esos filones, como es el caso de
Madrid, Andalucía, Castilla o Levante. En cierta forma se ha perfilado un nuevo
mapa de dos Españas, con una fuerte dependencia socialista de sectores de voto
fronterizos con el totalitarismo, mientras se desangra por el centro. Dados los
antecedentes, tanto del presidente como del paisanaje, cualquier pronóstico es
un riesgo: resulta preferible esperar a los resultados, antes que efectuar
apuesta alguna.