HEREU Y TURA: DON CARNAL VENCE A DOÑA CUARESMA
Artículo de Clemente Polo
en “Libertad
Digital” del 22 de febrero de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Que Trías, un hombre que ha perdido ya en dos ocasiones la
alcaldía de Barcelona, pueda acabar cosechando una aplastante victoria el
próximo 22 de mayo da una idea del grado de descomposición interna que ha
alcanzado el nacional-"socialismo" catalán.
Hemos asistido en las últimas semanas a un anticipo
del carnaval a cuenta de las primarias entre los dos aspirantes del PSC a la
alcaldía de Barcelona. Al final, el Sr. Hereu ha
ganado a la Sra. Tura a los puntos sin que las semanas de duelo hayan dejado
una sola idea digna de ser recordada por los potenciales votantes barceloneses.
Sus visiones contrapuestas entre una Barcelona centrada en lo que la ciudad
necesita, quiere y aspira y una ciudad que interacciona con el entorno
metropolitano demuestran hasta qué punto la vaciedad se adueñado de sus
cabezas. Una de las joyas que nos dejó la Sra. Tura fue su propuesta de hacer
aparcamientos a la entrada de la ciudad –sin decir, claro está, dónde– a la que
el Sr. Hereu respondió proponiendo que los
aparcamientos se hicieran en los puntos de origen del tráfico rodado. ¡Lástima
que los gobiernos de la Generalitat de los que formó parte la Sra. Tura
hicieran tan poco durante los últimos años a favor una u otra alternativa!
Una de las cosas más sorprendentes de estas primarias
es que la rival del Sr. Hereu fuera la Sra. Tura.
Esta testaruda nacional-"socialista" había encabezado junto con
Montilla la lista por la circunscripción de Barcelona en las elecciones del 28
de noviembre y cosechado en la ciudad una derrota histórica: perdió el PSC
46.449 votos, el 26,9 % de los obtenidos en 2006. ¿Cómo –se preguntarán los
ciudadanos– puede una política que acaba de sufrir un rechazo tan contundente
aspirar a convertirse en la alcaldesa de esos mismos ciudadanos que le han
dicho que se vaya a su casa? La única explicación que se ha ofrecido a tal
disparate es que la dirección del PSC veía a la Sra. Tura como un rival con más
posibilidades para enfrentarse al nacionalista Trías. A la vista de lo que ha
dicho durante las primarias, tengo serias dudas de que la Sra. Tura pudiera
haber hecho siquiera una campaña digna.
El Sr. Hereu, por otra
parte, va a terminar su mandato con más pena que gloria. Ha seguido una
trayectoria descendente pareja a la del propio PSC desde que el partido decidió
aliarse con ERC e intentar ilusamente ponerse al frente del nacionalismo
catalán. Tocado por algún
que otro
escándalo que ha emergido
en los dos últimos años y el fallido intento de involucrar a los ciudadanos en
la remodelación de la Diagonal, su imagen pública (aunque cada día más oronda)
se ha ido desvaneciendo como humo de traca. Que un solo hombre armado con un
plano y un lápiz diseñara el ambicioso plan del ensanche que transformó
Barcelona hace 150 años y que el Sr. Hereu necesitara
gastarse una millonada para preguntar si había que remodelar o no una sola
calle de dicho ensanche, da una idea del grado de lucidez y eficiencia de esta
lumbrera política.
Lo peor de este remedo de pugna entre los dos gallitos
sin cresta del corral de Nicaragua –representantes de no se sabe muy bien qué
dos líneas alternativas del nacional-"socialismo" catalán (PSC) – es
que al vencedor sólo le aguarda una sonada derrota el próximo 22 de mayo. Hace
unos días tuve ocasión de ver y escuchar al Sr. Trías, su contrincante, en una
cadena de televisión no autonómica y tuve la sensación de encontrarme ante un
hombre falto de recursos. Sus temblorosas transmiten una preocupante
inseguridad y el fluir de sus palabras una inquietante torpeza: ni siquiera fue
capaz de responder con cierta soltura a las previsibles preguntas que le
hicieron los periodistas sobre la financiación irregular de CDC o la ayuda
institucional que la administración autonómica va a prestar a la realización de
la próxima consulta independentista en Barcelona. Que este hombre que ha perdido
ya en dos ocasiones las elecciones a la alcaldía de Barcelona pueda acabar
cosechando una aplastante victoria el próximo 22 de mayo da una idea del grado
de descomposición interna que ha alcanzado el nacional-"socialismo"
catalán.
En mi artículo Aparceros
y convidados de piedra, publicado en Libertad Digital el pasado 27 de
junio, cinco meses antes de las elecciones autonómicas celebradas el 27 de
noviembre en Cataluña, hice el siguiente pronóstico: "El PSC será el gran
perdedor en las próximas elecciones autonómicas y pienso que una vez desalojado
de la Generalitat no levantará cabeza en una o dos décadas". Perdido el
gobierno de la Generalitat ahora le toca el turno a la plaza fuerte de
Barcelona. En mi opinión, la única posibilidad de evitar otra derrota histórica
pasa por abandonar el discurso oficial que ha cultivado el aparato
nacional-"socialista" del PSC –Montilla, Tura, Nadal, Castells y Maragall– durante los últimos años y apostar por
una Barcelona abierta a España, a Europa y al mundo, contrapuesta a la estrecha
visión de "país" y a los planteamientos secesionistas que impulsan la
acción política del Sr. Trías y CDC. Dudo mucho que el Sr. Hereu
tenga el coraje de apostar por esta cambio de rumbo y todo apunta a que el PSC
también perderá y por muchos años el Ayuntamiento de Barcelona.
Clemente Polo es catedrático de Fundamentos del
Análisis Económico en la Universidad Autónoma de Barcelona. Escribe regularmente
en su blog.