CATALUÑA: ROMPER EL PACTO DE SILENCIO
Artículo de Clemente
Polo en “Libertad
Digital” del 21 de abril de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Pocas cosas deben resultar más repugnantes a los servidores de
la ley que ofrecer una reducción de penas a delincuentes que como Fèlix Millet y Jordi Montull han confesado una parte de sus delitos para
intentar salir mejor parados del caso.
Decía en mi última columna que el gran quebradero de cabeza para Artur Mas y Jordi Pujol en los próximos meses será intentar que no se rompa el pacto de silencio entre los principales imputados en el caso de financiación irregular de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y en el caso Palau: Daniel Osàcar, secretario personal de Artur Mas entre 2000 y 2005 y tesorero del partido y de la fundación nacionalista Trias Fargas-CatDem desde 2005 hasta enero de 2011; Fèlix Millet, Jordi Montull y Gemma Montull los gestores del Consorci del Palau y de la Fundación Orfeó Català-Palau de la Música que actuaron (presuntamente) como intermediarios entre CDC y empresas patrocinadoras del Palau; y la Sra. Barberá, secretaria para todo de Millet en el Palau-Orfeó que fue despedida unos días antes de que Millet y Montull se autoinculparan ante el juez Solaz, una vez destapado el escándalo en junio de 2009.
De momento, todos se han mantenido fieles al guión y siguen firmes en su posición de negar los hechos y exculpar a CDC. Osàcar que acudió al juzgado como imputado el pasado 15 de abril, lo hizo escoltado por Oriol Pujol –un personaje cuyo rostro nos remite a la imagen del hijo pequeño, incapaz y malévolo, del terrateniente sin escrúpulos en las películas del oeste– y Jordi Turull, portavoz de CDC en el Parlament, y allí volvió a negar los hechos (mientras el gallo cantaba por tercera vez en la veleta del Palau), ratificando punto por punto lo declarado en su comparecencia ante la Comisión (p. 94) que investigó el asunto en el Parlament de Catalunya. Resulta muy probable que, si no se produce algún giro inesperado en la instrucción, el resto de los imputados seguirá negándose a declarar o exculpando a CDC, sabedores de que los dirigentes del Gobierno catalán sabrán premiar su lealtad en caso de acabar siendo condenados.
¿Hay alguna posibilidad de romper el pacto de silencio entre los imputados y averiguar los nombres de los responsables últimos de la trama? Pienso que sí, si el juez y el fiscal que instruyen el caso ofrecen a los coimputados reducciones significativas en las penas por colaborar con la justicia. Pocas cosas deben resultar más repugnantes a los servidores de la ley que ofrecer una reducción de penas a delincuentes que como Fèlix Millet y Jordi Montull han confesado una parte de sus delitos para intentar salir mejor parados del caso; a mentirosos irreductibles que como Daniel Osàcar han basado su defensa en negar unos hechos incontestables; y a quienes como la Sra. Barberá se han acogido a su derecho a guardar silencio. Pero si se quiere evitar que eludan la justicia los principales responsables de la (presunta) trama de extorsión organizada durante los últimos gobiernos de Jordi Pujol (1997-2003) y mantenida durante la travesía del desierto (2004-2010) de la formación nacionalista, los responsables de instruir las causas CDC-Palau deberían vencer sus escrúpulos y tener muy en cuenta que Alphonse Capone sólo pudo ser encarcelado tras conseguir que su ex-contable Leslie A. Shumway declarase en varias ocasiones ante un Gran Jurado en 1931. Está en sus manos hacerlo y para muchos ciudadanos honrados constituye la única esperanza de llegar a conocer la cuantía y el destino del (presunto) expolio perpetrado por los líderes de CDC.
Clemente Polo es catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad Autónoma de Barcelona. Escribe regularmente en su blog.