SOCIALISTAS CATALANES

Artículo de Miquel Porta Perales en “ABC” del 19 de diciembre de 2008

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Los socialistas catalanes tienen tres problemas. El primero, Rodríguez Zapatero. El segundo, los demás partidos políticos catalanes. El tercero, el propio partido de los socialistas de Cataluña. Vayamos por partes y empecemos por Rodríguez Zapatero. En pocas palabras y sin circunloquios: el presidente del gobierno les ha tomado -seguirá haciéndolo- el pelo con todas las de la ley. Los hechos: les prometió aprobar el Estatuto que surgiera del Parlament y una nueva financiación para el mes de agosto, después para el mes de noviembre, más tarde para el mes de diciembre y ahora no se sabe si para enero o para febrero o para cuándo.

Como de costumbre, Rodríguez Zapatero -marca de la casa- ha incumplido sus promesas. Y las promesas incumplidas de Rodríguez Zapatero están cuestionando muy seriamente la credibilidad política y personal de un José Montilla que creyó en las sucesivas palabras del presidente del gobierno español porque no tenía otro remedio.

Y si, finalmente, Rodríguez Zapatero «cumple» será con una financiación a la baja -todas las Autonomías tienen derecho a pedir lo suyo y no hay dinero- que generará desengaño, protestas y victimismo. Por su parte, los demás partidos políticos -los socios del tripartito y la oposición, todos a una- se han lanzado al cuello de los socialistas catalanes tildándoles -todo un clásico de la política catalana- de sumisos -¿traidores?- y sucursalistas.

Y tiene su gracia que quienes comparten gobierno con los socialistas catalanes insinúen ahora que estos últimos son unos sumisos, tiene su gracia que quienes cuando mandaban en Cataluña se hartaron de esperar algunas promesas del que entonces gobernaba en Madrid insinúen ahora lo mismo, tiene su gracia, en fin, que quienes no ocultan su sucursalismo -por cierto, el sucursalismo no es ningún pecado- cuelguen la etiqueta de sucursalistas a los socialistas. Incluso un partido de vocación nacional española como Ciutadans aconseja -se supone que por el bien de Cataluña, como siempre- a los socialistas catalanes que rompan con el PSOE y se independicen.

Finalmente -como avanzábamos al inicio-, el tercer problema de los socialistas catalanes son los mismos socialistas catalanes por haber impulsado un nuevo Estatuto imposible de cumplir en su letra, música y espíritu. Y por haber desafiado -en vivo y en directo, con micrófonos y cámaras abiertos- a Rodríguez Zapatero diciéndole -la demagogia, más tarde o más temprano, suele pasar factura- que le querían mucho, pero todavía querían más -como todos los políticos catalanes, por supuesto- a Cataluña. Ahora, los socialistas catalanes se encuentran, literalmente hablando, entrampados. Si rechazan los presupuestos, corren el riesgo de generar una crisis en el seno socialista y en el gobierno español que podría conducir a unas elecciones generales anticipadas de resultado incierto.

Si aceptan los presupuestos y Rodríguez Zapatero no «cumple», el problema lo tendrán los socialistas en Cataluña. En cualquier caso, los embrollos inducidos por un Estatuto innecesario e imposible ponen en entredicho la credibilidad de la clase política catalana. Y a José Montilla nadie le hace caso. Un fiasco.

Miquel

Porta Perales

EL OASIS CATALÁN