LA DESTITUCIÓN DE ZAPATERO
Artículo de Pablo Sebastián en “Republica.es” del 28-2-11
Por su
interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en
este sitio web.
Estamos en lo de siempre,
todo el mundo en la oposición o en el interior del PSOE se queja de Zapatero y de su gran capacidad
destructiva e incompetencia política pero nadie hace nada por echarlo del
poder, o de la cúpula del partido socialista. Escuchar, como suele ocurrir a
menudo a Rajoy (PP) Durán Lleida (CiU), a Erkoreka
(PNV) y al resto de minorías del Congreso de los Diputados, criticar con gran
dureza la gestión de Zapatero y los graves problemas de España, sin que estos
“próceres” y profesionales del poder se pongan de acuerdo en una moción de
censura para que no se pierda un minuto mas –en lugar
de sacrificar un año- es como oír un concierto de cinismo y de complicidad con
la situación. Un disimulo que revela que a todos conviene que Zapatero
permanezca al frente del poder, porque eso ha de mejorar sus respectivas
expectativas electorales al margen de cómo le vaya a España.
La oposición espera, pues,
sacar partido del desastre de Zapatero, pero ¿qué ventaja espera sacar el PSOE
de esta situación amén de una sonora derrota electoral y la pérdida de una gran
parte de su poder autonómico y municipal en las elecciones del mes de mayo?
Pues no se sabe. No se entiende este suicidio colectivo que están
protagonizando los dirigentes y todos los barones del partido como si de
miembros de una secta que deciden inmolarse con su líder se tratase. ¿Por qué
no levantan de una vez, alta y clara, la voz y le piden claramente al líder
caído no ya que anuncie su retirada sino que se vaya de una vez?
Cuando los niveles de
autodestrucción del PSOE alcanzan las cotas que ya tienen en todas las
encuestas no caben los mensajes del cierre de filas, o de “ahora militancia
pura y dura” que decía González, o lo de hacer una piña, porque lo que tienen
en juego es mucho más que la cohesión del partido o su imagen de unidad. Lo que
está en luego es, en primer lugar España y los españoles, y luego la imparable
derrota y el hundimiento regional y municipal del PSOE, con la pérdida
del poder capilar del partido y la siembra de una debacle para las elecciones
generales de marzo de 2012.
Pero no contentos todos
ellos, los socialistas, con la que se les viene encima –y la que se nos viene
encima a todos los españoles, porque la cosas van de mal en peor y sin visos de
mejora- ahora los primeros dirigentes nacionales y los periféricos, o barones
socialistas, han decidido meterse de lleno en la batalla cainita por la
sucesión de Zapatero que, para colmo, se niega a anunciar su retirada.
Y ahí están Rubalcaba,
Chacón, Blanco y Bono, los cuatro a palos por la sucesión, y el gobierno
desconcertado, y los dirigentes nacionales del partido, Iglesias y Alonso sin
saber qué decir, desbordados por la carrera de la sucesión y sin saber que hacer con Zapatero durante la campaña electoral que se
aproxima, mientras los barones regionales se sublevan contra el líder, o se
alinean con Rubalcaba o con Chacón, o piden a Ferraz que Zapatero no aparezca
en sus tierras porque quita mas votos de los que da,
etcétera.
Menudo espectáculo de
irresponsabilidad el de Zapatero y su partido, tenedores ambos del gobierno de
la nación en plena crisis nacional e internacional. Y no pasa nada hasta que
estalle el hastío de los ciudadanos por causa de este Gobierno caótico e
incompetente, de su partido cómplice de la situación y de una oposición que
solo está a sacar las tajadas del momento y que es incapaz de actuar frente a
la cadena de desastres nacionales –como el energético que ahora nos llega de la
crisis árabe del petróleo-, sin que se vea la menor expectativa o salida del
tremendo laberinto en el que estamos y sin que nadie esté al mando de la nave
ni al frente del timón. Vamos a la deriva y con el PSOE al frente del patético
pelotón y sin que nadie levante la voz.