¿ES POSIBLE FRENAR EL ESTATUT?
El proyecto aprobado en Cataluña llega hoy al Congreso sin voluntad de mudanza
Editorial de “La Razón” del 05.10.05
Por su interés y relevancia, he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Madrid recibe hoy el «desembarco » de los principales dirigentes políticos catalanes, que acompañan al nuevo Estatut en su camino desde el Parlament al Congreso.
Así, mientras Ernest Benach entrega a Manuel Marín el proyecto de reforma, dando comienzo el proceso parlamentario, Maragall se reunirá con el presidente Zapatero, y los nacionalistas Artur Mas y Carod-Rovira cantarán ante los medios de comunicación las bondades de su propuesta. Con la pericia que les distingue, todos ellos escogerán el tono más adecuado y la palabra precisa para
«vender» su Estatut en la capital, que es como hacerlo a toda España, tal y como acordaron en la reunión celebrada ayer en el Palau de la Generalitat. Maragall lo dijo con gran expresividad: «Estoy
seguro de que cuando explique el Estatuto en Madrid nos entenderán, porque Zapatero es muy inteligente». Sin entrar en detalles sobre las dotes intelectuales del presidente del Gobierno, a Maragall no le bastarán frases tan zalameras para convencer a una opinión pública que está
mayoritariamente en contra de la reforma que él mismo ha pilotado. Más aún, lo que ahora mismo preocupa a los ciudadanos es cómo se puede frenar el nuevo Estatut y evitar el cambio de régimen
constitucional nacido hace 30 años.
La única manera de pararlo, descartado cualquier procedimiento judicial o constitucional, que no proceden en esta fase, es que el PSOE recupere la sensatez, que corrija el frívolo «sí a todo» de
su líder y que despoje al Estatut de todo lo que desborda a la Constitución. ¿Está el PSOE en condiciones de garantizar todo esto? O como han reconocido los propios socialistas aglutinados en torno a la revista «Temas», ¿será capaces de salir del lío en el que les ha metido Zapatero?
Todo apunta a que en los próximos meses España entera asistirá, más atónita que interesada, a una lucha intestina entre los socialistas de Pasqual Maragall, los socialistas del resto de España y los socios radicales que permiten a ambos gobernar en Barcelona y en Madrid. Es decir, que todo el país estará pendiente de las disputas que se traiga un partido sobre un proyecto que ni siquiera concita el interés general de los propios catalanes. Y lo más soprendente es que a esta especie
de auto sacramental, en el que se juzga la existencia de la España de las autonomías, no está invitado el grupo mayoritario de la oposición, partido que reúne el voto de diez millones de españoles. La política de Zapatero de marginar sistemáticamente al PP de cualquier acuerdo que beneficie a todos los españoles puede llegar a su culmen en la reforma del Estatut. A día de hoy, el líder socialista no sólo no cuenta con el PP para nada, sino que incluso rechazaría una mano tendida para sacar adelante un texto plenamente constitucional. ¿Es posible frenar el Estatut?
Sí: frenando a Zapatero y a Maragall.