ENCRUCIJADA AUTONÓMICA
Editorial de “La Razón” del 19 de diciembre de 2008
Por su interés y relevancia
he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
Zapatero y Montilla se
citan para impulsar un modelo de financiación bajo sospecha
Los partidos del Gobierno Tripartito y CiU sellaron el
pasado 2 de octubre una resolución conjunta que, con algún matiz, abogaba por
desarrollar un sistema de financiación para Cataluña ceñido a lo que ya
establece el nuevo Estatut. Era la denominada unidad catalana, un frente común
que simbolizaba ante el Gobierno de la Nación la férrea defensa del acuerdo
estatutario y su determinación de rechazar el modelo de una negociación
conjunta de todas las comunidades. Ese pacto entre los partidos catalanes saltó
ayer por los aires después de un deterioro progresivo de ese supuesto clima de
entendimiento por las dificultades para cerrar la nueva financiación entre
Montilla y Zapatero. En un clima de tensión y duros reproches mutuos, el
tripartito, junto al PP y Ciudadanos, rechazó ayer en el Parlamento de Cataluña
una moción convergente que recogía fundamentalmente los planteamientos ya
conocidos sobre este asunto, mientras que los nacionalistas lograron también
tumbar una enmienda de sustitución que modificaba su texto original. CiU achacó
a la Generalitat que en estas semanas no ha sido capaz de pasar de las palabras
a los hechos, que no ha existido una estrategia común y coordinada y que, pese
a no haber avances, los diputados del PSC apoyaron en Madrid unos
Presupuestos Generales del Estado que no recogían el modelo de financiación
plasmado en el Estatut. Lo cierto es que el pacto alcanzado el mes pasado entre
Rodríguez Zapatero y Montilla para consensuar antes de fin de año el nuevo
sistema ha encontrado serios obstáculos, después de otros dos incumplimientos
de plazo por parte del Gobierno: el Estatuto catalán fijaba para el pasado 9 de
agosto la fecha límite y tampoco hubo pacto a finales de noviembre, la otra
fecha que en verano se dieron el Gobierno y la Generalitat. Parece ser que el
presidente Zapatero quiere dar un impulso definitivo este fin de semana en un
encuentro con Montilla, que acabe de perfilar los detalles centrales del pacto
y la estrategia para trasladarlo a la opinión pública y al resto de las
comunidades. Sin embargo, nos parece poco probable que el futuro compromiso
pueda cimentarse en los preceptos básicos del Estatut como la bilateralidad o
la asunción de todos los impuestos por parte de Cataluña. Sencillamente, una
iniciativa semejante no debiera pasar el filtro de la constitucionalidad. Las
dificultades que se han encontrado para concretar la nueva financiación
demuestran que el Estatut ha sido precisamente el enorme pecado de origen que
ha lastrado todo este proceso y lo ha abocado a un callejón sin salida, siempre
que el Gobierno socialista no acepte atajos ni veleidades constitucionales. La
bilateralidad choca frontalmente con principios supremos como la cohesión y la
solidaridad interterritorial del país, lo que no quiere decir que el nuevo
acuerdo no deba contemplar las correcciones precisas y atender las necesidades
justas de Cataluña. La balanza fiscal negativa tampoco puede ser un argumento
que refuerce los desequilibrios por ser un instrumento que sólo analiza
parcialmente la realidad de las relaciones entre las autonomías y el Estado. De
igual forma que con la bilateralidad, creemos que no es posible ni
conveniente una cesión de todos los impuestos, como reclama el Estatut, sino
que habrá que limitarse a tramos del IRPF, porque el sistema impositivo es
estatal y tiene que estar bajo el control del Estado.
Cualquier acuerdo que contemple y asuma preceptos inconstitucionales sólo
alimentará el carácter insolidario de la financiación autonómica y condenará a
la inestabilidad al actual marco de convivencia.