BONO SURFEA ALREDEDOR DE RAJOY Y SE ASEGURA LA CRESTA DE LA OLA

Artículo de Ricardo Rodríguez en “El Semanal Digital” del 27 de junio de 2011

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El PSOE huele a pólvora ante un batacazo electoral. Se abriría el telón de la oportunidad para ese corredor de fondo en el arte de la política que es el de Salobre. Y tanto que sí.

Además de constatar el pinchazo del denominado "efecto Alfredo", el revoltijo de políticos y periodistas de toda laya y condición empieza a convertir a José Bono en el protagonista ausente de sus conversaciones, en el imán que concita todas las miradas. De un tiempo a este parte, se advierte el ánimo de la tercera autoridad del Estado por dejarse ver y hasta querer al pie del ring.

La marea especulativa crece entre quienes le siguen considerando válido en función de sus altos índices de valoración demoscópica. En verdad, siempre ha sabido facturar mucho más entre la opinión pública que entre sus compañeros de partido. Y es que el presidente del Congreso ejerce con desenvoltura de anacronismo en un PSOE que ha abjurado de todos sus credos políticos. En el intercambio de pareceres subyace un debate al olor de la sangre, el del día después de las generales, cuando al socialismo no le quede no ya un coronel sino ni un cabo que le escriba.

Es muy sencillo: Nadie otea en el horizonte a José Bono descendiendo varios escalones de golpe. Resulta normal que un alto cargo pase a engrosar la bancada de su partido como diputado raso, pero que lo hiciese Bono llamaría poderosamente la atención. Porque para ese viaje no harían falta alforjas. Y porque ahora mismo el presidente de la Cámara Baja ofrece incursiones mediáticas de sobra, además de off the records a tutiplén, para seguir maquinando que hay gato encerrado. A más a más, el de Salobre conserva algo más que amigos en el PP y hasta ha recuperado su buena relación de otros tiempos con Mariano Rajoy, quién lo iba a decir, después de haberla roto tras lo que consideró una caza de brujas por su patrimonio. Pelillos a la mar.

Lo cierto es que, entre unas cosas y otras, José Bono se abre camino y "corre por su propia carretera", opina un miembro de la dirección del PSOE. No se puede negar que para muchos al castellano manchego sólo le falta entrar en plantilla de algunos medios de comunicación. La diferencia con otros, en particular con Alfredo Pérez Rubalcaba, es que Bono podría sin despeinarse tender los puentes de los ineludibles consensos con Rajoy ya instalado en La Moncloa. Más que nunca es hoy realidad esa idea, muy extendida, por cierto, en ambas orillas.

Todo lo cual nos coloca de bruces ante una hipotética visión de José Bono en la cresta de la ola, incluso sentando sus reales en el escaño de jefe de la Oposición en el viejo palacio de la Carrera de San Jerónimo. Un momento, no se amontone nadie, que por ahora se trata sólo de una especulación, una más de tantas que pueblan el patio relacionado con el futuro del presidente del Congreso. Naturalmente, antes tendrán que caer Rubalcaba y otros aspirantes a la herencia cual fruta madura, cosa que ocurrirá si la derrota de la izquierda alcanza proporciones apocalípticas.

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