ZAPATERO, GRAN FRACASO DE ESPAÑA Y AMENAZA MUNDIAL
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 12 de mayo de 2010
Por
su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en
este sitio web.
La
llamada telefónica que ayer hizo el presidente Obama
a Zapatero, exigiéndole reformas urgentes, austeridad y drásticos recortes,
constituyó una humillación de tal envergadura que sólo un descarado
inconsciente puede soportar sin dimitir. Esa dura advertencia desde Washington,
unida a su reciente descalificación en Europa, donde le han impuesto la
política económica, humillándole, degradándole como dirigente y colocándole
bajo vigilancia, demuestran que el presidente socialista español es un peligro
mundial capaz no sólo de hundir a su propio país, sino también de provocar todo
un desastre en la economía planetaria.
El
mundo entero ha descubierto por fin que detrás de sus ojos claros y de su
sonrisa angelical se escondía un inepto temerario, un despilfarrador
desenfrenado y un pésimo político que, tras arruinar a España, ha puesto en
peligro los más delicados equilibrios mundiales, convirtiéndose en el blanco de
los especuladores y en el mayor peligro para la prosperidad internacional.
Parece
increíble que sus obtusos defensores y correligionarios no se den cuenta de lo
que el mundo entero ya ha asumido: que Zapatero es un pésimo gobernante cuya
política errónea y dañina le ha convertido ya en el mayor riesgo del sistema
económico internacional, un tipo tan nefasto que puede hundir todo el sistema.
Con la defensa a ultranza de Zapatero, el PSOE se está haciendo un
incomprensible "harakiri" y enterrando su futuro. Cuando la sociedad
española descubra y tome conciencia de los estragos que Zapatero ha provocado,
la cobardía cómplice del PSOE al mantenerlo en el poder se convertirá en un
pecado tan terrible que le cerrará las puertas del poder por muchos años, por
lo menos mientras perdure la memoria y permanezcan vivas las generaciones
actuales, a las que Zapatero ha llevado hasta la humillación y la pobreza.
Jamás
un dirigente del Occidente desarrollado acumuló tanto fracaso y vergüenza en
tan poco tiempo. Sus errores y estragos son causa más que suficiente para que
cualquier político decente del planeta hubiera dimitido al menos una docena de
veces.
Ha
acumulado casi todos los errores que figuran en el manual del gobernante y ha
traspasado casi todas las líneas rojas de la decencia y del liderazgo: ha
degradado la democracia, ha desprestigiado a la casta política hasta
convertirla en el tercer gran problema de los españoles, ha perdido la
credibilidad, ha sembrado la sociedad española de desconfianza y miedo en el
futuro, ha destruido buena parte del tejido productivo, ha llenado las calles
de nuevos pobres desesperados, ha elevado el número de desempleados hasta casi
cinco millones, ha llenado de mendigos las calles y ha llenado los comedores de
caridad de gente humillada y vencida, ha negado la evidencia, ha mentido a sus
ciudadanos, ha endeudado a su pueblo sin prudencia alguna, ha gastado como un
manirroto, ha engordado al Estado convirtiéndolo en un monstruo insostenible,
ha permitido niveles de corrupción nauseabundos, ha comprado voto en el
Congreso con dinero público, ha comprado el voto de los españoles con el dinero
del Estado, ha sellado pactos "contra natura" con partidos de
ideología contraria, ha convertido a partidos minúsculos, algunos de ellos
nacionalistas extremos que acumulan odio a España, en los árbitros del poder,
ha legislado y gobernado contra la voluntad de las mayorías, ha perseguido a
sus adversarios políticos con saña, ha dividido a los ciudadanos, ha comprado
con concesiones, favores y dinero público a muchos medios de comunicación,
convirtiéndolos en cómplices de sus desmanes y desastres, y, bajo su mandato,
España se ha transformado en un país arruinado, sin prestigio, molesto y señalado
como el gran enfermo del mundo.
La presidencia europea, que él contempló siempre como una ocasión para lucirse
y para recuperar imagen, se ha convertido en su tumba política, tras haber
perdido el respeto y el favor de todos sus colegas, que, en apenas un par de
meses, ya le rechazaban y le colocaban en cuarentena.
¿Qué
más necesita una persona decente para dimitir? ¿Qué otros estragos debe causar
para que los socialistas españoles dejan de defender y sostener al peor
dirigente de la historia moderna de España? ¿Qué hemos hecho los ciudadanos
españoles para merecer semejante plaga?
Zapatero
es un producto caducado, un símbolo mundial de todo lo que la política futura
debe evitar para regresar a los caminos de la prosperidad, la decencia y la
democracia.
El
único mérito de Zapatero es haber provocado, sin quererlo, en medio mundo, con
su ineptitud y mal gobierno, una reacción colectiva de rechazo y de miedo que
conducen hacia la regeneración, un sentimiento generalizado de asco ante lo que
representa la actual deriva política de las sociedades presuntamente avanzadas,
que conduce a los pueblos a tomar conciencia de que se está perdiendo a chorros
la decencia, la dignidad y la verdadera democracia.