CENSURA Y AUTOCENSURA MEDIÁTICA EN LA ESPAÑA OSCURA
DEL PSOE
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 28 de septiembre de 2010
Por
su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en
este sitio web.
Los
principales medios de comunicación españoles niegan al ciudadano la verdad y
ocultan sistemáticamente noticias que afectan gravemente al poder político. Hay
dos informaciones recientes, de extrema gravedad, que han sido ocultadas por
los medios: la primera es una condena por acoso y violación de derechos humanos al
Reino de España, por parte de la ONU, y la segunda es una denuncia
presentada en la Fiscalía General del Estado que pide la ilegalización del PSOE por torturas,
corrupción y otras ilegalidades.
La mentira de los medios y la complicidad con el poder es uno de los síntomas
más evidentes de que la España actual se parece más a una vulgar dictadura que
a una democracia auténtica. Pero hay otros muchos que abonan esa tesis:
desigualdad, corrupción, arbitrariedad en las administraciones públicas, abuso
de poder, amiguismo, clientelismo, nepotismo, enchufismo, despilfarro, poder
desmedido de los partidos políticos y un largo y siniestro etcétera.
La denuncia que pide la ilegalización del PSOE, de obligada lectura para todo
español demócrata y decente, es un compendio aterrador de las cloacas del PSOE
y de una corrupción que campea, ya sin control, por las administraciones
públicas españolas.
El derecho ciudadano a ser informado de manera veraz e independiente es
fundamental en democracia porque poseer información correcta es vital para
discernir y tomar decisiones. En España, ese derecho es violado de manera descarada
y reiterada por un contubernio gobierno-medios que oculta la verdad, censura,
desinforma y genera confusión, permitiendo al poder eludir sus
responsabilidades y disfrazas sus errores y arbitrariedades.
Si los medios españoles informaran con veracidad de la verdadera situación de
la economía, de la corrupción y de los manejos y arbitrariedades del poder, los
ciudadanos, asqueados, saldrían a las calles para reclamar decencia, la
convivencia se haría imposible y el país entraría en colapso.