EL "SECRETITO" DE ZP
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 21 de diciembre de
2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Zapatero
tiene ahora un "secretito". Dice que ya ha tomado una decisión sobre si se
presentará o no a las próximas elecciones como candidato del PSOE, pero que esa
decisión solo la conocen Sonsoles, su mujer, y un
anónimo compañero del partido. El personaje es tan ridículo que, después de
habernos conducido hasta la ruina y el descrédito, todavía quiere que debatamos
sobre su futuro, cuando ha sido él quien nos ha arrebatado el nuestro.
España está tan cansada de Zapatero que ya lo ha descontado y amortizado como
político. Él quiere convertir su decisión de continuar o abandonar en un debate
nacional para que la gente no medite que ha sido vejada, arruinada y desposeída
de derechos por su gobierno y es probable que lo consiga, gracias a la
estupidez de esos medios de comunicación, que cada día pierden más lectores y
credibilidad, pero lo cierto es que los españoles ya lo han condenado como uno
de los peores políticos de la historia moderna de España y solo esperan que
desaparezca.
Lo confunde todo y demuestra en cada actuación que no tiene ni idea de lo que
es la democracia. Ignora que la democracia se basa en la confianza, que él ya
ha pedido, y en la transparencia, que él jamás ha respetado. Zapatero no tiene
derecho a tener ese secreto porque los españoles tienen el derecho, en
democracia, a saber lo que les espera en el futuro, sobre todo si sobre ese
futuro se cierne la amenaza de que un dirigente desprestigiado e inepto se
aferre al poder y siga adelante con su labor de arruinar la nación.
Zapatero es ya un político maldito cuyas apariciones solo generan desasosiego y
angustia. En la misma copa de Navidad donde anunció su secretito, anunció
también que no habrá adelanto electoral, frustrando así un deseo que ya
comparte la mayoría de los españoles.
Mientras continúe en el poder, seguirá haciendo daño a la democracia y a sus
administrados. Es un auténtico castigo para la pobre España. Su última fechoría
es la la llamada "Ley Sinde",
mediante la cual el gobierno, al margen de los jueces e imitando a la censura
franquista, quiere atribuirse poderes para intervenir en Internet y cerrar
páginas. El escándalo desatado entre los internautas y el rechazo de los
juristas independientes a esa agresión totalitaria ha puesto esa ley contra las
cuerdas y está haciendo reflexionar a los partidos que pensaban apoyarla, en
especial a los catalanes de Convergencia y Unió.
En fin, un desastre que ojalá termine pronto con la dimisión y huida de un
Zapatero al que España necesita sustituir y olvidar pronto para poder renacer.