UN AMARGO CONVENCIMIENTO: EL PP DEBE GOBERNAR
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 02 de febrero de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
No nos
gusta el PP porque se parece al PSOE en algunos aspectos claves, porque es un
partido que milita más en la partitocracia que en la
democracia y porque no tiene vocación alguna de regenerar la ciénaga política
española, pero estamos cada día más convencidos de que la única salida para
España es que ganen las próximas elecciones y nos saquen del foso de miseria,
desconfianza y degeneración al que nos han precipitado Zapatero y sus socialistas.
Es un convencimiento amargo, pero firme. Sabemos que el PP no se merece
gobernar, ni el aprecio de los demócratas, pero comprendemos que el estado de
postración de España es tan intenso y deplorable que la prioridad principal es
echar a Zapatero del poder con la mayor urgencia. Comprendemos que ser
patriotas y decentes, en el presente de España, signifique para muchos taparse
la nariz y votar al partido de Rajoy.
Está archidemostrado por los hechos que el gobierno
de Zapatero está conduciendo a España hacia la pobreza y el fracaso. Zapatero
sigue sin creer en las medidas que le imponen Europa, Estados Unidos y China.
Sus reforman son tan "lights" que no
satisfacen a los que han convertido a España en un "protectorado". Es
incapaz de ganarse la confianza e los mercados, que
están penalizando a España y que, detrás de Portugal e Irlanda, será la próxima
pieza a abatir.
Sus mentiras, su amparo a la corrupción, sus errores estratégicos, su
arbitrariedad, su arrogancia, su apuesta por el enfrentamiento y la división de
los españoles, su utilización del dinero público para mantenerse en el poder y
conservar los privilegios de la casta gobernante, su mediocridad extrema, el
deterioro de la democracia bajo su mandato, el avance inexorable del desempleo
y la pobreza y su incapacidad para afrontar la crisis son razones más que
suficientes para echarlo del poder con la mayor urgencia posible.
Tenía que haber dimitido ante la constatación de su fracaso y ante el
impresionante rechazo de la sociedad española que muestran las encuestas, pero
carece de decencia para hacerlo. Aunque es rechazado por nueve de cada diez
ciudadanos y por ocho de cada diez votantes socialistas, Zapatero se atrinchera
en la Moncloa, demostrando que desprecia la opinión de la mayoría y que tiene
más alma de tirano que de auténtico demócrata. Dejar a España en sus manos es
una temeridad y una responsabilidad enorme ante la historia.
El PP, cuya convivencia con la corrupción, desprecio por la regeneración del
sistema y apego a la partitocracia causan nauseas a
los demócratas españoles, es un mal menor en las presentes circunstancias.
Aunque roben, se equivoquen y practiquen la arrogancia, sus fechorías nunca
podrían superar a las del actual gobierno, verdaderamente insuperables.
Algunos demócratas votaremos en blanco, otros introducirán en las urnas
papeletas nulas con un duro reproche al poder político corrupto e ineficiente,
pero otros muchos se taparán la nariz convencidos de que la prioridad es
desalojar de la Moncloa al peor gobernante que ha tenido España desde Fernando
VII. Ninguno de esos votos son reprochables; todos ellos encierran validez
porque lo urgente es desembarazarse del inepto. Lo único grave e indecente será
apoyar con el voto a quien está destruyendo la nación y haciendo a los
españoles más pobres, infelices y engañados.
Podrían citarse miles de argumentos y ejemplos que justifican la urgencia de
desalojar al "zapaterismo" del poder, pero
quizás baste con uno de ellos, uno de los últimos denunciados por la prensa:
"Un cargo del
PSOE de Jaén cobra del ERE de Mercasevilla sin haber
trabajado allí. Antonio Garrido, de la ejecutiva
socialista de Baeza, ha cobrado ya 112.149,34 euros de la lonja sevillana, en
cuyo ERE intermedió un «amigo» de Zarrías."