14 DE MARZO DE 2011: SIETE AÑOS CON ZAPATERO EN EL
PODER
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto
en Blanco” del 8-3-2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El
próximo 14 de marzo de 2011 se cumplen 7 años desde que Zapatero ganó sus
primeras elecciones generales y España inició la etapa de más intensa
decadencia en su Historia moderna. Nunca España se precipitó al vacío con mayor
velocidad. El siete años, Zapatero ha destrozado a su país, ha condenado el
horizonte de la izquierda española y ha sembrado España de gente triste y
desgraciada. Zapatero es hoy un peligro gobernante, una amenaza para todos y la
peor pesadilla de España.
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Los siete años de Zapatero en el poder son, probablemente, la peor etapa de la
moderna Historia de España, después del periodo de la guerra civil. La
velocidad de la caída ha sido de vértigo y el balance de fechorías, daños,
injusticias y miserias es brutal. Después de siete años, los españoles somos
más pobres, más indignos, más desgraciados, más corruptos, más desesperanzados,
más infelices, más rencorosos, más incrédulos y más temerosos de todo, sobre
todo ante el futuro.
A
Zapatero le debemos el desencanto, el desempleo masivo, la pobreza que avanza,
el rechazo a las castas políticas, la decepción ante la democracia, las
violaciones reiteradas a la Constitución, la manipulación de la opinión
pública, la mentira elevada a política institucional, la infección corrupta de
la sociedad, el desprestigio de lo público, la indignación, el cabreo y las
ganas de retorcerle el cuello a más de uno.
España,
después de siete años de Zapaterismo, es más inmoral,
corrupta, indecente, indigna, desprestigiada, decadente, desigual, triste,
pobre y desgraciada.
Los españoles creemos ahora menos en la democracia y, por desgracia, estamos
dispuestos a recibir con los brazos abiertos a cualquier salvapatrias
que se presente con una escoba para limpiar el país, con un látigo para poner
orden y con la promesa de llenar las cárceles de políticos corruptos.
Los estragos de Zapatero son inmensos, mayores de lo que la gente cree porque
han penetrado hasta la médula de la sociedad y han conseguido envilecerlo todo.
Por su culpa, hemos perdido la fe en la democracia, la inocencia política, la
confianza en el Estado y la esperanza. Ya no confiamos en la Justicia, ni en
las instituciones. Hasta la Corona, por culpa de Zapatero, se ha alejado del
pueblo y el borbón que gobierna nos parece ahora un
miembro más de la "casta".
Arrogante, inepto, mentiroso, presumido, torpe, alienado e insensible a los
sufrimientos, criterios y deseos de su pueblo, Zapatero nos ha demostrado que
nunca tuvimos una democracia sino una sucia oligocracia
de partidos y nos ha convencido de que la solución del drama español no está en
cambiar de gobierno sino en cambiar el sistema, sustituyendo el estercolero
actual por una verdadera democracia donde el ciudadano cuente y donde los
políticos no sean inmunes, impunes y corruptos.
España es más pobre después de los siete años de Zapatero, pero también es
mucho más triste y desgraciada. Ha pedido ilusión, cohesión, pulso, brío y
mucha decencia. Zapatero nos ha demostrado que el peor problema que padecemos
es el del liderazgo. España no tiene la clase política que se merece, sino una
mucho peor, La sociedad española está envilecida y corrompida, pero mucho menos
que sus políticos y sus poderes. La infección que hoy tiene postrada a España
nos la han inoculado los políticos, que han mentido, robado y llenado el país
de arbitrariedad y de corrupción, convirtiéndolo en un vertedero.
Los pobres, tras el mandato de Zapatero, son más pobres y los ricos, más ricos.
La justicia social ha retrocedido, al igual que los grandes valores y el
orgullo de ser español. Cuando una pandilla de ineptos sin grandeza conduce a
un país, siempre comienza el desastre y el pecado ciudadano de haber elegido
como gobernantes a los peores siempre se paga con dolor y, a veces, con sangre.
Zapatero
ha dejado a España endeudada al menos por tres generaciones y, al permitir que
nos intervengan nuestros socios y vecinos, nos ha humillado y convertido en una
colonia camuflada. Su fracaso no es consecuencia de errores de planificación,
sino de tozudez, arrogancia, mentira y arbitrariedad. Se negó a admitir la
existencia de la crisis porque su deseo era que la crisis no existiera. Se
comportó como un alucinado y retrasó las medidas que el país necesitaba con
urgencia, sólo porque tenía que ganar unas elecciones en 2008 y la idea de la
crisis le perjudicaba ante las urnas. Ha antepuesto sus propios intereses al
bien común decenas de veces. Como gobernante, es un verdadero desastre, para
España y para la civilización, que fracasa cada vez que pare un individuo de su
naturaleza. Es tan pobre y mezquino que cree que lo importante es ganar, más
que servir, más que ayudar a sus congéneres, más que ser honrado y decente.
Zapatero y sus secuaces son la peor pesadilla de España, por lo menos desde que
otro inepto mentiroso y con mala leche, el rey felón Fernando VII, nos condenó
con su reinado canalla, durante casi dos siglos, a ser un país retrasado y
ajeno a las grandes corrientes positivas de la Humanidad.