EL PP HA INICIADO YA SU RUTA HACIA EL FRACASO
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto
en Blanco” del 24 de mayo de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Sabemos que
escribir un artículo como el que a continuación ofrecemos a los demócratas que
leen Voto en Blanco es casi suicida porque estamos en plena cresta de la ola de
euforia que acompaña, lógicamente, a la victoria aplastante del Partido Popular
sobre la terrible plaga socialista. Pero el deber de este blog es analizar la
realidad y anticiparse al futuro. Hace siete años, cuando afirmábamos que la democracia
española era de las de peor calidad en el mundo y que Zapatero era el peor
gobernante de España, desde Fernando VII, nadie nos creía, pero el tiempo ha
demostrado que nos anticipábamos al futuro con acierto y verdad.
Las primeras reacciones del Partido popular, triunfador en las elecciones
autonómicas y municipales del 22 de mayo de 2011, son decepcionantes e
inauguran el camino de ese partido hacia su futuro fracaso.
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¿Alguien
escuchó a Rajoy, a Cospedal o a cualquier líder del
Partido popular hablar de "Regeneración" en la noche del 22 de mayo?
¿Alguien les ha escuchado hablar de la necesidad de reformar profundamente el
sistema político español para que sea democrático y justo? ¿Se atreverán a
levantar las alfombras y a denunciar ante la Justicia a los muchos chorizos que
han destrozado España? Los populares no han entendido nada de lo que ha ocurrido.
Si creen que la victoria obtenida se debe a sus propios méritos, a sus
candidatos y a su programa, se equivocan porque lo que ocurrió el 22 de mayo
fue, simplemente, una fría y cruel venganza de los españoles contra Zapatero,
un político que no sólo se ha ganado el rechazo masivo de la sociedad, sino que
también ha despertado sentimientos de repugnancia entre los ciudadanos de
España.
Mucho me temo que el nuevo reinado de la derecha española ha empezado mal. No
entienden que muchos de los votos recibidos no no son
votos de adhesión sino de venganza contra el PSOE. Cada vez que uno de sus
candidatos ganadores hablaba diciendo que el pueblo ha confiado en ellos y les
ha encomendado el poder, cometían un terrible error de bulto. Una parte
importante del pueblo que les ha votado no lo han
hecho por confiar en ellos, sino por vengarse de un Zapatero al que odiaban e
identificaban como el culpable de la actual postración de España. Y la mejor
forma de hacerlo que encontraron era dar el voto a sus principales adversarios.
Si el PP no asume el poder que se le ha otorgado con espíritu de humildad, con
el deseo de ganarse a los ciudadanos que les han votado y con el propósito
inquebrantable de reforzar la democracia y abandonar la sucia senda de la partitocracia, entonces estarán avanzando ya, con paso
firme, hacia su próxima y no lejana derrota.
El grito que pronunciaban los militantes y simpatizantes del PP en la
celebración nocturna de la victoria, aquel "¡La democracia está aquí, no
en Sol!", aludiendo a las acampadas de los jóvenes que exigían
"Democracia real ya", fue todo un grito suicida porque, realmente, la
democracia está en las calles y plazas, en los sentimientos populares que
exigen cambios profundos, que manifiestan estar hartos de injusticia, de
privilegios políticos, de partidos políticos y de abuso de poder. La victoria
del PP, contrariamente a lo que ellos creen, no deslegitima ni un gramo la
protesta ciudadana desatada en España contra la partitocracia,
la corrupción, la injusticia y el abuso de los políticos profesionales.
¿Cómo puede ser demócrata un partido, como el PP, que se parece al PSOE como
dos gotas de agua? Ambos nombran a dedo a jueces y magistrados, violando la
imprescindible separación e independencia de los poderes básicos del Estado;
ambos se financian del mismo modo; ambos mienten, ambos conviven fácilmente con
la corrupción; unos y otros presentan a imputados en sus listas; los dos
entienden la democracia como un cheque en blanco que los ciudadanos entregan al
vencedor; unos y otros marginan al ciudadano, ambos adoran la partitocracia, ninguno de los dos practica la democracia
interna y los dos pecan de arrogancia, obsesión por el poder y adhesión al
dinero , a los privilegios y al elitismo.
La diferencia entre unos y otros es sólo cuantitativa, pues los populares son
menos mentiros, menos chorizos y menos déspotas, pero, una vez alcanzado el
poder, sufrirán el típico deterioro (El poder corrompe) y pronto, si no cambian
radicalmente de rumbo, serán tan despreciados por la ciudadanía como lo es hoy
el infausto Zapatero.
Si no reconocen que el sistema español está herido y que la democracia que
ellos defienden es un verdadero asco, necesitado de reformas, ya están muertos
y los españoles asistiremos, en los próximos años, a la agonía de la derecha,
un proceso que culminará dentro de cuatro u ocho años, cuando los errores y
abusos del PP conviertan de nuevo al PSOE, aunque parezca increíble, en una
esperanza.