EL INEVITABLE FRACASO DE LOS
"SEPULTUREROS"
Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 09 de enero de 2009
Por su interés y relevancia
he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con
un comentario al final:
PASIVIDAD
SUICIDA
Luis
Bouza-Brey, (9-1-09, 9:30)
Uno de los grandes acontecimientos del año 2009 será el fracaso del actual PP, un partido que frustra cada día más a sus votantes tras haber renunciado a capitanear la regeneración y a promover los grandes valores perdidos. Sin capacidad de ilusionar ni siquiera a sus propios militantes, la estrategia del PP de Rajoy, exasperante, consiste en esperar sentado a que pase el cadaver de Zapatero, devorado por la crisis. Es una estrategia de sepultureros.
Las encuestas en España demuestran, una y otra vez, que el PSOE sigue arriba, que Zapatero, a pesar de la imponente crisis que arrasa a la sociedad española y de sus notables errores como gobernante, continúa siendo el favorito para seguir en el poder y el mejor valorado por los votantes.
Arrogante, obtuso y alejado de la realidad, el Partido Popular que comanda Rajoy es incapaz de comprender que camina hacia el fracaso y que su estrategia de "sepultureros", consistente en esperar sentado a que llegue el cadáver de Zapatero, políticamente muerto cuando la crisis haya generado más parados y pobres, no puede funcionar.
Esperar con la pala en la mano a que, tras el hundimiento de España, llegue el féretro del enemigo, para enterrarlo, es una pobre estrategia política que tal vez pudo funcionar en el pasado, pero que no sirve para nada en una España como la actual, en bancarrota política y moral, que necesita urgentemente resurgir, dortarse de una democracia limpia y recuperar los valores perdidos y la ilusión en el futuro.
El PP que han diseñado Rajoy, Arenas y otros dirigentes viejos que quieren presentarse como nuevos y alejados del aznarismo tiene un grave problema: ni ha sabido acabar con el pasado ni es capaz de construir el futuro, lo que lo coloca en el corazón de la crisis, un fenómeno que se produce cuando lo viejo está muerto, pero lo nuevo no tiene fuerza suficiente para reemplazarlo.
La mayor parte de la España que apoya al PSOE y al nacionalismo no espera cambios, ni regeneración, ni ese "progreso" del que tanto hablan. La mayoría de ellos son una inmensa legión de "clientes" que viven del Estado y del partido, de sus privelegios, subvenciones, puestos de trabajo y concesiones. Ellos son los auténticos "conservadores" de esta España confusa, caótica y en declive, que tan certeramente gestionan Zapatero y sus aliados nacionalistas.
Sin embargo, en los caladeros de votos del PP sí se esperan nuevas ideas, cambios profundos y una revolución regeneradora que saque a España del foso de lodo donde retoza. Los potenciales votantes del PP quieren más democracia, una profunda revisión de la Constitución y de la Ley Electoral que acabe con los abusos de la partitocracia, con la injusticia galopante y con la corrupción intravenosa que envilece al país
Comentario
final:
PASIVIDAD
SUICIDA
Luis
Bouza-Brey, (9-1-09, 9:30)
Lo peor no es que el PP
se suicide como alternativa al PSOE: lo peor es que España está enfrentada a
una crisis galopante de la democracia, del Estado y de la economía del país, y
carecemos de instrumentos para cambiar el rumbo, por lo que España se va a
estrellar a velocidad meteórica contra la realidad, sin rumbo ni conciencia de
lo que está experimentando.
Roberto
Centeno describe nuevamente con datos el derrumbe económico del
país; y otros autores que se pueden consultar en este sitio web lo venimos
haciendo desde hace años en el ámbito del Estado y del sistema político. Por
ello, podríamos ser conscientes colectivamente de que el tiempo se acaba, y
ante ello no caben posiciones acomodaticias y cobardes de ponerse a esperar que
pase el cadàver del enemigo, pues lo que va a pasar por delante de la pantalla
de plasma es nuestro cadáver, el cadáver de España. Y ya parece claro que medio
país está aborregado, y el otro medio desesperado ante el suicidio inducido por
sus representantes. Y el tiempo nos devora a todos.
Y podría pensarse que el
karma político castiga la pasividad con la emergencia de la tercera España
encarnada en UPyD, pero sus dirigentes están perdiendo también un tiempo
precioso, narcotizando el embrión con jarabe de palo, e impidiendo que el
partido se desarrolle en una estructura diferenciada, consistente y coherente.
De manera que lo más probable es que el embrión sea abortado por su propia
dirección, que habrá extirpado en otros dos años la esperanza de salvación que
inició Ciudadanos en el 2005 y que está siendo asesinada de nuevo con UPyD.
Porque si bien es cierto
que R10 está haciendo una magnífica labor parlamentaria, ha abandonado el
partido en manos de una cúpula incapaz de sacarlo adelante, y que más bien
parece intentar acabar con él. Y cuando, como consecuencia del vacío político,
UPyD experimente un subidón electoral, R10 se va a encontrar inerme para asumir
las responsabilidades colectivas, sin estructura partidaria ni “think tanks” de
asesoramiento y preparación de las decisiones y el rumbo. Y si además de estructura
meliflua e ineficacia decisional, comienzan a manifestarse conflictos internos
por el pastel, e invasión de ovnis y pirañas hambrientas, el caos va a ser
total. La lucha de “cibercabras” y “enterados”, que se libra en la actualidad
contra el lado oscuro de la dirección, va a ser una minucia ante lo que le
espera a UPyD, que representará también ante la pantalla plana de nuevo el caos
de C´s, pero al cubo. Y España, agónica, verá como se estrella de nuevo otra
esperanza: otro partido “flash” que refulge efímeramente y se funde en su
propio potencial destrizado.
Lo triste de España es
que la mitad de sus ciudadanos no lo son, sino borregos, y la casi totalidad de
sus élites carecen de las cualidades necesarias para sacar adelante un país tan
complejo. Y ya no se trata solamente de la desvertebración del Estado, ni de la
corrupción del sistema político, ni de la degeneración bananera de la
democracia: es que el sistema está entrando en una crisis de raíz que afecta ya
a la viabilidad económica de su estructura productiva… hace pocos meses el
Gobierno decía que no había crisis, y ahora estamos entrando a velocidad de
crucero en una recesión de años, sin que nadie sea capaz de enfrentarse con un
mínimo de eficacia a la metástasis generalizada. La salida a todo este caos, en
gran medida inducido por el desgobierno, es muy probable que sea traumática
para todos, con manifestaciones de desorden generalizado, y las
responsabilidades a exigir no serán ya solamente políticas, sino penales, como
comienza a observarse en la actualidad. Y lo peor es que los profetas del caos
estamos acertando, aunque la ceguera opiácea del país ---bueno de “El País”, y
“La Vanguardia”, y “El Periódico”, y la TV, y Telecinco, y Antena 3 y las TV
baratarias, y la SER,… & company, y los pseudointelectuales y miembros
ceciflexos de la farándula---, le impide
verlo.
¡Qué país, Avinareta!
¡Qué amargura, Señor, sepultureros son todos!