¿POR QUÉ NO SE VA ZAPATERO?
Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 27-8-09
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Zapatero
es ya un fracasado. Las últimas encuestas del CIS revelan que siete de cada
diez españoles desconfiamos de Zapatero como líder y no creemos en su capacidad
para enfrentarse a la crisis y abordar los muchos y graves problemas que tiene
pendiente España como Nación, muchos de ellos creados por él mismo. Cuando suba
los impuestos, como pretende, y esquilme todavía más a las clases medias y
pequeñas empresas españolas, serenos casi nueve de cada diez los que
desconfiemos del nefasto líder español.
¿Qué
más necesita un auténtico político demócrata para dimitir y convocar nuevas
elecciones? En cualquier país democrático de nuestro entorno, Zapatero habría
saltado por los aires como dirigente o habría sido expulsado sin honor de una
Presidencia marcada por el fracaso.
Sus
asesores de imagen están angustiados porque el prestigio del presidente está
por los suelos, incluso dentro de su propio partido, pero confían en que sus
dos últimos recursos den resultado y reconduzcan la imagen del desarbolado
"jefe" El primero es la campaña de acoso al PP, partido al que
quieren estigmatizar y cerrarle el camino hacia la victoria en las próximas
elecciones, presentándolo ante la sociedad española, con la ayuda de las
televisiones amigas, como un partido de delincuentes. El otro "as" de
la baraja que ocultan en la manga es la presidencia española de la Unión
Europea, que comenzará en enero de 2010, gracias a la cual esperan ganar
prestigio y brillo.
Pero
esos dos ases podrían volvérsele en contra y terminar enterrando políticamente
a un líder sin talla que llegó al poder sin poseer los valores mínimos que se
exigen al liderazgo en democracia.
La
sociedad española, consciente del principio democrático de que "cuando el
gobierno acosa a la oposición es porque existe tiranía", puede reaccionar
de manera contraria a como esperan los asesores de la Moncloa, arropando al PP,
que es el débil y la víctima, ante los abusos del PSOE en la utilización
partidista de los recursos del Estado.
La presidencia de Europa también podría tener un efecto "boomerang"
anti Zapatero si los europeos se dan cuenta de lo triste y vergonzoso que es
entregar la Presidencia de la Unión a un fracasado que ni siquiera ha sabido
gestionar la crisis en su país, que persiste en el error subiendo los
impuestos, una medida considerada contraproducente en todo el mundo avanzado,
que ha destruido su imagen acumulando errores y fracasos y que ha deteriorado
tanto al país que gobierna que corre el riesgo de pasar a la Historia como el
peor dirigente político español desde Fernando VII, el rey felón y traidor cuyo
nefasto gobierno arruinó a España, le hizo perder su imperio colonial y sentó
las bases para la desigualdad, la injusticia y la violencia que marcaron buena
parte de la historia española durante los siglos XIX y XX.
La presidencia de la Unión Europea que le corresponde a España en el primer
semestre de 2010, más que un "acontecimiento planetario", como la
definió la imprudente dirigente socialista española Leire Pajín,
quizás constituya un enorme riesgo para los europeos. De hecho, la presidencia
de Zapatero significa colocar al frente de Europa al político que lidera el
país que ocupa los primeros puestos europeos (y en algunos casos mundiales) en
deterioro profundo de la economía, en avance del desempleo y de la pobreza, en
tráfico y consumo de drogas, en prostitución, alcoholismo, fracaso escolar y
crecimiento de la decepción ciudadana frente a la democracia y a sus líderes
políticos. Zapatero es también un líder que ha logrado dividir a España en
lugar de unirla y que ha impuesto un desquiciante enfrentamiento con la
oposición que se traduce en retroceso y deterioro de la convivencia.
La España
que presidirá Europa en 2010 es, también, la que encabeza las estadísticas de
coches oficiales al servicio de las élites políticas y la que posee una
densidad mayor de funcionarios, asesores, enchufados y amigos del poder
cobrando del casi agotado erario público, además de ser la nación que más
intensa y velozmente se endeuda e incrementa su déficit público y la que posee
el Estado más sobredimensionado y, según no pocos expertos, también el más
monstruoso e insostenible de toda la Unión.
Las
estadísticas y sondeos también revelan que el Zapatero que representará a
Europa durante todo un semestre es, igualmente, el líder político de la
sociedad europea que más rápidamente está perdiendo su antigua ilusión por
Europa, la que deteriora con mayor velocidad el respeto por sus dirigentes
políticos, la que acumula más decepción y rechazo ante su "degradada"
democracia y la que amplia más intensamente la fosa que separa a los ciudadanos
y a sus polítidos.
Pero los datos dramáticos que el futuro presidente podrá "ofrecer" a
Europa no se detienen ahí. La España de Zapatero es también la que más
intensamente está padeciendo la plaga de la inseguridad ciudadana y la que
menos confía en su Justicia. Los españoles que lidera Zapatero señalan en las
encuetas a los partidos políticos, a la policía y a la Justicia como las
instituciones más corruptas.
La
lista de dramas españoles es casi interminable, pero aportemos, para terminar,
otros seis records: España es el país europeo más dañado por el nacionalismo
excluyente, independentista y disgregador; también es el paraíso que las bandas
internacionales señalan como el mejor de Europa para delinquir con mayor
impunidad; la sociedad civil española, que en democracia debería tener la salud
suficiente para servir de contrapeso al poder del Estado, está tan ocupada y
manipulada por el poder político que languidece casi en estado de coma; el
índice de periodistas sometidos al poder no para de crecer en España, lo que
impide al país disfrutar de la sana fuerza de la crítica y de la fiscalización
de los grandes poderes por una prensa libre; la pobreza crece en España actual
a ritmo endiablado, hasta el punto de que las filas de los nuevos pobres
esperando su turno en los comedores de caridad se están convirtiendo en una
parte siniestra del paísaje; y, por último, la
democracia española es, según numerosos expertos y analistas, la más
desprestigiada ante sus ciudadanos y la que padece la más intensa degradación
en toda la Unión.
España,
que también es la única nación de la vieja Europa que todavía se enfrenta a un
terrorismo alzado en armas, el de la banda vasca ETA, es una nación enferma,
desmoralizada, dividida, manipulada más que gobernada por un presidente cuyo
objetivo no es tanto el bien común como mantenerse en el poder a toda costa,
incluso mintiendo y acosando a la oposición para impedirle el acceso al poder,
como ocurre en las tiranías.
Los
últimos acontecimientos de la política española todavía descalifican más a
Zapatero como futuro presidente de la Unión. El líder socialista español ha
sido acusado por el Partido Popular de espionaje telefónico, de utilizar la
política para desprestigiar a la oposición y de intentar presentar ante los
españoles al PP como un partido de delincuentes, acusaciones que, si se
confirmaran, serían claras violaciones de los derechos humanos que en cualquier
país democrático justificarían la dimisión del actual gobierno y unas nuevas
elecciones.