EL PRIMER DEBER DE UN DEMÓCRATA ESPAÑOL ES SACUDIRSE
LA CULTURA "PROGRE" DOMINANTE
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 06
de noviembre de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
La
inepta torpeza del gobierno español, que vuelve a quedar demostrada en el
asunto del pesquero vasco Alakrana, secuestrado por
piratas somalíes, está generando más descontento en la sociedad, más rechazo a
los políticos y una sensación general de fracaso que, unida a los demoledores
efectos de una crisis económica, también mal gestionada, y a la corrupción
generalizada, desquician y deprimen a la sociedad.
Vivimos
tiempos de indecencia y de vergüenza ciudadana en España. La necesidad de
regenerar la política se vuelve obsesiva y crece junto con nuestras ganas de
erradicar la corrupción y la indecencia de muchos de nuestros líderes
políticos. Son horas de lucha en las que los demócratas deben distinguirse por
su capacidad de combatir. Si la sociedad española quiere salir de la crisis,
regenerarse y recuperar la senda de la prosperidad, lo primero que debe hacer
es sacudirse el dominio de la cultura "progre" dominante y propiciar
una política en la que el protagonista sea el ciudadano, no el Estado, y una
cultura donde el mérito sea tenido en cuenta, se ensalce el esfuerzo y los
auténticos valores, arrasados en la España actual, se recuperen y ocupen la
cúspide de la pirámide.
Quien
consiga escapar de la propaganda y del narcótico que desde el Estado se esparce
por la sociedad, principalmente a través de los medios de comunicación,
advertirá fácilmente que la España que han creado los "progres"
dominantes es un verdadero desastre: la democracia ha sido sustituida por una oligocracia de partidos; los valores han sido suplantados
por privilegios y derechos, muchos de ellos falsos y bastardos; el esfuerzo ha
sido erradicado y la sociedad está bajo el control de políticos mediocres,
muchas veces corruptos, cuyo obra maestra es haber eliminado al ciudadano libre
para sustituirlo por semiesclavos fanatizados,
incultos y capaces hasta de defender a los suyos hagan lo que hagan.
Esta
España, obra de la "progresía" dominante es un país en declive que
ocupa la cabeza del ranking europeo en los capítulos más vergonzosos y
dramáticos: desempleo, pobreza, prostitución, alcoholismo, consumo y tráfico de
drogas, baja calidad de la enseñanza, fracaso escolar, destrucción del tejido
empresarial, deterioro de la democracia, desencanto con el funcionamiento de la
Justicia, corrupción política, privilegios para los políticos, coches
oficiales, tamaño desproporcionado del Estado, despilfarro, televisión basura y
vertiginoso crecimiento de la inseguridad ciudadana, la desconfianza, la
división, el odio y la desesperación.
Mientras
los ciudadanos toleren que el dinero público sea despilfarrado por los
políticos y se emplee injustamente en colocar y subvencionar a los amigos del
poder, la España "progre" será una cloaca.
Los ciudadanos deben ser conscientes de que el primer deber de un demócrata
español es sustituir la cultura del falso progresismo por un progreso
verdadero, en el que la sociedad pueda crecer en valores, respeto, prosperidad
y decencia, sin tener que someterse al sucio dominio de los que han minado las
entrañas del Estado de corrupción y fracaso.
Por eso, además de expulsarlos del poder, utilizando para ello la fuerza de las
urnas, que es el único poder que le queda al ciudadano en esta democracia
degenerada, los demócratas deben despreciar y avergonzar a los que, con su
actuación corrupta e inepta, nos han arrebatado los valores y el futuro.
El
primer deber de un ciudadano libre es utilizar el voto para regenerar el
sistema y crear una sociedad mejor. Pero no hay que esperar a que se abran las
urnas para regenerar la sociedad. Al ciudadano, además del voto, le quedan
otras muchas armas y recursos.
En la
hora de las urnas, el demócrata debe apoyar a las formaciones políticas
decentes y democráticas, aunque sean pequeñas y poco conocidas. Seguir votando
a la derecha para castigar a la izquierda o votar a la izquierda para que no
gobierne la derecha es perpetuar la partitocracia y
arrojar más basura sobre el suelo de España. Si no se encuentran partidos
dignos y merecedores de confianza, entonces se debe votar en blanco o depositar
en la urna una papeleta que contengan una leyenda de reproche, algo así como
"Delincuentes" o "Chorizos", para que la repulsa masiva
inunde las urnas y los sinvergüenzas sientan en su pellejo todo el desprecio
del pueblo.
Pero,
además de utilizar el voto para regenerar la democracia, el ciudadano puede
practicar el boicot; puede manifestarse; puede reunirse para debatir, puede
actuar como promotor del cambio político, social y cultural, puede practicar y
difundir los valores y puede hacer sentir todo su desprecio y asco ante los que
hoy, desde el poder político, nos conducen hacia el fracaso, la pobreza y la
vergüenza.
En la
práctica, puede apagar las cadenas de televisión autonómicas, innecesarios
juguetes creados por los políticos para su propia gloria, apagar también las
emisoras que se distingan por su sumisión al poder, por el servicio a la mentira
y por la propagación de basura televisiva y modelos sociales repugnantes. Puede
dejar de ver películas españolas, injustamente subvencionadas, a pesar de su
baja calidad, solo porque los actores son amigos del régimen. Puede dejar de
comprar periódicos sometidos. Puede escribir un blog, participar en blogs
críticos solventes y aprovechar la fuerza de Internet para propagar la decencia
y la democracia. Puede dejar de comprar productos de regiones españolas que se
empeñan en ser superiores y en acumular ventajas insolidarias. Puede dejar de
acudir a los actos públicos, donde muchos políticos ineptos e indecentes se
exhiben ante las masas, apareciendo como héroes y logrando así ocultar su
fracaso e incapacidad. Puede, también, realizar campañas regeneradoras, como
colocar sobre las ventanas y balcones de sus hogares pancartas y carteles con
leyendas de reproche o regeneración, como "Queremos políticos
decentes" o "Que dimitan los chorizos" o "Desprecio para el
poder político inepto"...
Algunas
cosas cambiaron en México cuando, en los tiempos donde el PRI era la fuerza
corrupta dominante, miles de mexicanos se manifestaron en el DF, por la gran
avenida de Insurgentes, exhibiendo una gigantesca pancarta que decía "Que
nos gobiernen las putas porque sus hijos han fracasado".
Para
un ciudadano demócrata, lo importante es luchar por la democracia, con
independencia de que esa meta se alcance o no. La democracia exige una lucha
permanente por mantenerla limpia de sinvergüenzas y en España el ciudadano ha
dormido durante tres décadas, permitiendo que el poder sea acaparado por
demasiados mediocres, torpes y corruptos.