ESPAÑA, UN PAÍS SIN CIUDADANOS
Artículo de Francisco
Rubiales en “Voto en Blanco”
del 15-6-08
Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que
sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un breve comentario al final:
¡QUE NO SE APAGUE LA LLAMA!
Luis Bouza-Brey, (17-6-08, 9:30)
España, masivamente poblada
por gente sometida al poder, por víctimas del clientelismo político y por
cobardes sin agallas ni amor a la libertad, se está quedando sin ciudadanos. El
problema es que sin ciudadanos no puede haber democracia, ni una sociedad
vigorosa y pujante.
La sociedad española está
hoy políticamente dividida en cuatro bloques, el último de los cuales es el de
los auténticos ciudadanos, la única gente verdaderamente libre y responsable
del país, consciente de sus derechos y deberes, con capacidad de análisis y de
crítica, que desea participar en los procesos de toma de decisiones, un residuo
casi insignificante de personas que, marginadas o acosadas por el poder, se
refugia en pequeños grupos y se encuentra casi en peligro de extinción.
Los otros tres grandes
grupos son: en primer lugar los militantes, simpatizantes y “hooligans” que
pertenecen a un partido político; en segundo lugar las huestes del
clientelismo, los muchos que sienten miedo a perder sus privilegios y ventajas,
gran parte de ellas provenientes de las administraciones públicas; y el
tercero, probablemente el más numeroso, agrupa a los que viven indiferentes a
la política o frustrados por la desastrosa marcha de lo público.
"Ciudadano" es la
persona celosa de su libertad que, consciente de sus deberes y derechos en
democracia, ha decidido autogobernarse, sabe que debe
controlar a los poderes públicos, porque sin control suelen desbocarse, y que
quiere participar en la toma de decisiones, sin delegar jamás en sus
representantes políticos lo que no es delegable: su voluntad.
¿Qué ha ocurrido en España
para que se perdiera la noción de ciudadanía, bastante desarrollada, al menos
entre las élites cultas y vanguardias conscientes en la etapa final del
franquismo? ¿Qué error hemos cometido para que los ciudadanos sean hoy en
España una especie casi en peligro de extinción?
Participo en un grupo de
reflexión política que practica el debate democrático y que analiza la realidad
constantemente. Uno de nuestros temas preferidos es el estudio de la
ciudadanía. Y hemos llegado a la conclusión unánime de que el culpable de la
casi extinción del ciudadano es el partido político y las élites políticas que
controlan esos partidos. Los partidos políticos y los políticos profesionales
no sólo son incompatibles con la ciudadanía, sino que actúan como adversarios
de los ciudadanos, porque el ciudadanos es el único
gran obstáculo que se alza entre ellos y el poder absoluto.
La explicación histórica es
más que evidente: al morir Franco, los españoles recibimos la democracia con
excesiva ilusión y sin cautela alguna. Era tan intensa nuestra sed de
democracia que abrimos nuestra sociedad a los partidos políticos y a los
políticos profesionales, que ocuparon todos los espacios vacíos, incluso
algunos que les estaban vedados. Como consecuencia, la sociedad civil comenzó a
morir estrangulada por el excesivo poder de unos partidos para los que,
desgraciadamente, no se establecieron controles ni frenos.
España fue imprudente al
abrirse sin cautelas a una democracia que, sin control, tiende siempre a
convertirse en una dictadura más. Como consecuencia de esa falta de controles,
los partidos han incrementado su poder hasta extremos alarmantes y han invadido
territorios prohibidos como los poderes Legislativo y Judicial, la sociedad
civil, las universidades, las instituciones, los sindicatos y mil espacios más.
Pero la mayor víctima de esa orgía de poder ha sido el ciudadano, hoy
convertido en un recuerdo o en una especie en extinción
Breve comentario
final:
¡QUE NO SE APAGUE LA LLAMA!
Luis Bouza-Brey, (17-6-08, 9:30)
Aún quedamos unos cuantos
ciudadanos intentando reagrupar fuerzas e ideas, y cuando mis compañeros a
veces expresan pesimismo, afirmando que no seremos capaces de conseguir nada,
siempre les apunto que todas las variables de la situación conducen a una
crisis de raíz del sistema político, y que para ese momento tenemos que estar
equipados, los pocos que quedamos sosteniendo la llama de la libertad, con
ideas, red, y motivación. Porque el poder, en este país, está hechizando y
abduciendo a líderes que se desvinculan de sus principios y obligaciones
morales, pero es un poder sin rumbo, una especie de lancha fuera-borda que
avanza a toda velocidad sin piloto, dando vueltas sobre sí misma, o
encaminándose sin control hacia los arrecifes de la realidad para estrellarse.
Frente a este caos
creciente todavía algunos intentamos alertar del peligro, despertar a los
durmientes, reprochar a los irresponsables, pero se ha constituido una
estructura muy poderosa y oligárquica en la que si las cúpulas autoseleccionan
a los peores, la sociedad se cree sus delirios, o las falsas imágenes
reflejadas en el espejo de medios de comunicación también abducidos por el
poder, y obedece sin rechistar las mayores aberraciones contra la libertad.
Existen diversas
construcciones conceptuales para designar la situación en la que se encuentra
el sistema, tales como Democracia bananera, oligarquía demagógica, populismo
degenerativo, u otras, pero es vital resistir, no callar, no desistir, no
abandonar, a fin de evitar que la minúscula llama de la libertad que todavía
alumbra se apague.
No debemos orientarnos
por la idea del “cuanto peor tanto mejor”, pero lo que sí es cierto es que los
pocos que somos nos vamos quedando solos sin que nuestras voces se oigan, y el
proceso degenerativo continúa, acelerándose día a día.
Y acabo por donde empecé:
es vital bosquejar ideas de solución a la crisis, formar redes de comunicación
y motivación frente al desánimo, y disponerse a reavivar la llama de la
libertad, cuando el caos inunde todas las estructuras de soporte de la
convivencia.