ROSA DÍEZ NO SE MERECÍA ESTE TRATO
Editorial de “El Semanal Digital” del 19.03.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
La presencia de la socialista
vasca en la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo se había
convertido en un obstáculo para la nueva actitud de su partido ante el
terrorismo
19 de marzo de 2006. Las circunstancias que han rodeado la sustitución de la
europarlamentaria socialista Rosa Díez como miembro de la Comisión de Libertades
Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento Europeo no pueden ser más
significativas de la inquebrantable voluntad de José Luis Rodríguez Zapatero de
remover cualquier obstáculo al entendimiento con ETA que considera prioritario
dentro de su estrategia para seguir al frente del Gobierno.
La que fue cabeza de lista socialista en las elecciones al Parlamento Europeo de
1999, y segunda de la lista en las de 2004, no ha merecido ni siquiera el
detalle de que se le comunicase previamente su sustitución. Es más, ésta se ha
producido aprovechando que se hallaba ausente del Parlamento por enfermedad, y
para justificar la medida fuentes socialistas han llegado a afirmar que la
europarlamentaria "está trabajando de alguna manera en la posición más bien del
PP español que en la nuestra".
La Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior del Parlamento
Europeo fue una pieza esencial en la política del anterior Gobierno para
involucrar a la Unión Europea en la lucha antiterrorista, con logros en su haber
como la orden de busca y captura europea o la definición común de los delitos de
terrorismo. Es evidente que la presencia en ella de la socialista vasca, uno de
los símbolos dentro de su partido de la apuesta por la unidad de las fuerzas
constitucionalistas, se había convertido en una molestia para la nueva actitud
de sus correligionarios ante el terrorismo etarra.
Esta marginación de destacados miembros del PSOE, y no por precisamente por
cuestiones de matiz o de enfoque coyuntural de algún asunto menor, plantea la
cuestión del futuro político de los afectados y de todo el sector del partido y
de la opinión pública al que representan. Dentro del PSOE hay quien directamente
les anima a integrarse al PP, pero esto no es fácil tanto por la fidelidad a su
partido de siempre como por las divergencias ideológicas que mantienen con este
último, por más que coincidan con él en la defensa de la Constitución y en la
política antiterrorista.
Se trata de un dilema similar al que ha llevado en Cataluña a la aparición del
nuevo partido "Ciudadanos de Cataluña". La pregunta es si merece la pena seguir
luchando desde dentro del PSOE por conseguir que el partido vuelva a la unidad
con el PP en la lucha antiterrorista, o si, dado que esto parece imposible en
las actuales circunstancias, no queda otro remedio que lanzarse a la aventura.
Una aventura que puede concluir en un fracaso estrepitoso y que, aunque
triunfase, probablemente sólo contribuiría a dividir aún más a las fuerzas
constitucionalistas en el complejo escenario vasco.