EL PSOE ENTRA EN CRISIS A SEIS MESES DE LAS ELECCIONES
Editorial de “El Semanal Digital” del 21.10.07
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
21 de octubre de 2007. El efecto
del vídeo con el que José Luis Rodríguez Zapatero pretendía dar una imagen
moderna y desenfadada para atraer el voto joven no ha servido ni para tapar
durante veinticuatro horas la grave crisis que vive el PSOE. Grave no sólo
porque afecta a la dirección del partido en Comunidades Autónomas enteras
(Madrid, Navarra, la Comunidad Valenciana, aparte de los casos menos relevantes
de Castilla y León y Ceuta), sino también y sobre todo porque se produce a seis
meses de unas elecciones generales a las que los socialistas se enfrentan con
perspectivas inciertas.
Semejante situación no se conocía en nuestro país desde los tiempos de la
disolución de UCD: el partido en el Gobierno, en lugar de acudir cohesionado a
las elecciones conforme la vieja máxima de que el poder une, llega sumido en la
división. La explicación se halla en el hecho incontestable, que sólo la crónica
incapacidad comunicativa del PP ha impedido que se resalte lo suficiente, de que
el PSOE ha perdido en términos globales las elecciones municipales y autonómicas
del pasado mes de mayo, y ello a pesar de hallarse en el poder.
Los casos de Madrid y la Comunidad Valenciana son especialmente preocupantes
para las expectativas electorales socialistas. El PSOE ganó las elecciones del
2004 gracias a sus buenos resultados en las dos Comunidades Autónomas más
pobladas, Andalucía y Cataluña, y ha orientado su política territorial a
mantener vivos estos viveros de votos. Pero con ello ha generado agravios con
otros territorios más dinámicos económica y demográficamente, como son Madrid y
la Comunidad Valenciana, de manera que en ellos sus resultados electorales se
han desplomado, hasta el punto de que esa caída puede resultar decisiva el mes
de marzo próximo.
Al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero le están empezando a pasar factura las
distintas hipotecas que han lastrado su acción de gobierno. En la Comunidad
Valenciana, ha sido el mismo grupo Prisa que durante años ha marcado el guión al
hoy presidente del Gobierno el que ha desestabilizado el partido con una
durísima campaña contra Joan Ignasi Pla -el fuego amigo del que hablaba Felipe
González-, cuyo final no podía ser otro que la liquidación política del
dirigente del PSPV.
Por otra parte, muchos ciudadanos han constatado que el servilismo hacia los
nacionalistas y las injusticias territoriales que ha generado no han servido
para frenar las eternas reivindicaciones de aquéllos: Juan José Ibarretxe no
sólo no renuncia a su "Plan", sino que presenta una versión corregida y
aumentada con referéndum inconstitucional incluido, y el histórico Pasqual
Maragall se despide del PSC y de la vida política con un amarguísimo ataque,
formulado en circunstancias personales harto difíciles, contra su antiguo
partido.
Este enorme fracaso ha provocado una reacción popular que el PSOE de José Luis
Rodríguez Zapatero no está sabiendo interpretar, lo que le lleva a minusvalorar
los signos en los que se manifiesta, como el renacimiento del orgullo por los
símbolos nacionales. Sin embargo, lo cierto es que amenaza cada vez más
seriamente con apartarlo del Gobierno dentro de seis meses.