LOS SOCIALISTAS SE METEN UN "CHUTE"
IDEOLÓGICO PARA LEVANTAR EL ÁNIMO
Reportaje
de Ana I. Martín en “El Semanal Digital” del 10 de
junio de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el reportaje que sigue para incluirlo en este sitio web.
El
acto central del centenario del PSOE en el Congreso se convirtió en una arenga
constante sin lugar para la más mínima autocrítica y en un aparente cierre de
filas con el Gobierno de ZP.
Un 10
de junio de 1910 recogía su acta el primer diputado del PSOE
y fundador del partido, Pablo Iglesias. Un siglo después,
centenares de parlamentarios y ex parlamentarios socialistas -había 700
invitados- abarrotaron cuatro salas del Congreso para soplar las
cien velas que cumple el Grupo Parlamentario Socialista y rendirse un homenaje
por todo lo alto.
Entre ellos, viejas glorias e históricos como Leopoldo
Torres, Ciríaco de Vicente, Manuel
del Valle, Juan José Laborda, Antón
Saracíbar, Cristina Almeida y los ex
ministros Carlos Solchaga, José Barrionuevo, José Luis
Corcuera, Juan Manuel Eguiagaray, Virgilio
Zapatero o Ángeles Amador, entre otros
muchísimos rostros conocidos del socialismo. Día para reencuentros,
abrazos, sonrisas... Pero con un telón de fondo gris.
Porque
el aniversario se produce justo cuando el PSOE
atraviesa su peor momento desde que José Luis Rodríguez Zapatero
accediera a la Presidencia en 2004. Y por eso su acto central se convirtió
en un chute
ideológico para levantar el ánimo. Invocando la memoria de Iglesias
y lo que su llegada al hemiciclo supuso: "La entrada en el Congreso de la
voz del pueblo llano, de los desheredados", en palabras de Alfonso
Guerra, primer portavoz del Grupo en el Congreso tras la
dictadura.
Tanto él como Gregorio Peces-Barba y José Bono
apenas se quitaron de la boca el nombre de su fundador, un
líder "enérgico y tenaz", un "rebelde", un
"revolucionario", un "laico" convencido, un
"republicano", un "demócrata" y el político más
"atacado" de la historia española, según el propio Guerra.
Y la "figura más respetada del socialismo español", según Bono.
Igualdad
y libertad. Ésas fueron, junto con el nombre de Pablo Iglesias,
las dos palabras más repetidas, los dos valores que según los intervinientes
están en el ADN del socialismo español. "Nuestra identidad, nuestros
principios, siguen permanentes", proclamó el actual presidente del
Congreso. Él y Peces-Barba reclamaron de forma
muy significativa un apoyo cerrado al Gobierno de Zapatero,
que atraviesa por sus horas más bajas. "En estas horas complicadas y de
crisis debemos estar unidos en torno a nuestro partido, a estos ideales de
igualdad y libertad, y en torno al Gobierno", les pidió Peces-Barba
a sus compañeros socialistas. "Acertamos cuando
apoyamos al Gobierno", añadió Bono.
De autocrítica, ni el más mínimo rastro. Era día para darse palmadas en la
espalda por el cumpleaños y no para glosar los errores del pasado. Es más, el
castellano-manchego se quejó de que actualmente los socialistas reciben
"más críticas de las que merecemos". Y cuando llegó el momento de
hablar del presente y de la crisis, tarea de la que se encargó José
Antonio Alonso -actual portavoz del partido en el
Congreso-, éste culpó de su origen a "las políticas de derechas con
mayúsculas, depredadoras". De hecho, Alonso cargó
contra el PP, que ha su juicio "ha hecho una tarea
destructiva en lo que llevamos de legislatura" y que "no le está
explicando a los ciudadanos para qué quieren el poder".
El portavoz de los socialistas en la Cámara Baja presumió de que el Gobierno
actual de Zapatero, para el que pidió "lealtad" sin
matices, es un Ejecutivo "digno heredero de todo lo que representa
históricamente el PSOE". Y puso como ejemplo la
reforma de la Ley del Aborto (o de la Interrupción Voluntaria del Embarazo,
como les gusta a ellos decir), gracias a la cual las españolas han
dejado de ser "penalizadas y criminalizadas" por abortar; y el
incremento de las inversiones en políticas sociales en un 50% desde que Zapatero
gobierno. Lo que Alonso se olvidó
de mencionar fue el reciente tijeretazo a los derechos sociales, el
mayor de la democracia.
La primera
parte del acto central de este centenario fue una constante arenga
para afrontar el difícil presente que tienen delante los socialistas. Que se
miraron en el espejo de Pablo Iglesias en busca, no se
sabe muy bien, si de fuerza, de consuelo o de una mezcla de ambas. "Vamos
a salir adelante por nuestra historia, porque tenemos pasión y coraje",
concluyó Alonso, expresando en alto algo que más pareció un
deseo que una certeza. Para este jueves por la tarde queda el plato fuerte, con
las intervenciones de Felipe González y José Luis
Rodríguez Zapatero.