ZAPATERO RETROCEDE, ESPAÑA AVANZA

Artículo de José Antonio Sentís en “El Imparcial” del 02 de marzo de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

Mientras en los almacenes de la política nacional se rifan palas para sacar a Rajoy de dos metros bajo tierra, alguno empieza a utilizar la cinta métrica para conocer con suficiente tiempo el tamaño del ataúd de Zapatero.

Porque si el PP estaba paseando por la noche de los muertos vivientes, aparece ahora vivito y coleando con un triunfo arrollador de Núñez Feijoo en Galicia. Y aunque retrocede ligeramente en las Vascongadas, conserva la fuerza suficiente como para ser decisivo en el futuro político de esa Comunidad, si es que no se vuelven locos una vez más los políticos españoles y se plasma en un pacto de gobierno la mayoría constitucionalista dictada por las urnas.

Por el contrario, los socialistas de Zapatero se han encontrado con dos problemas simultáneos.

Empecemos por Galicia: una dolorosa derrota que tiene pocos precedentes para un partido que disponía simultáneamente del Gobierno autonómico y del nacional. Fruto lógico, se puede analizar ahora, del modelo de gestión del zapaterismo: incompetencia en la administración pública, radicalización innecesaria, falta de principios nacionales y malas compañías. Muy malas compañías.

Pero, incluso donde Zapatero puede presumir de un importante resultado, como es el País Vasco, la traducción política es que con su victoria se ha autopropinado un bofetón. Porque es un resultado que le obliga a rectificar radicalmente una estrategia política que le ha dado suculentos frutos durante los últimos años: el aislamiento del PP, la marginación política que empezó con el “pacto del Tinell”.

Porque el socialista Pachi López puede gobernar con toda facilidad. Ha sacado un excelente resultado que, sumado a los escaños del PP y al de Rosa Díez puede conformar una mayoría constitucionalista por primera vez en la historia de esa Comunidad.

¿Tendrán Zapatero y López coraje político para ello? ¿Preferirán pactar con los nacionalistas con tal de mantener al PP aislado? Ésa es, a partir de ahora, la gran cuestión. Y el ejemplo gallego puede dar alguna pista al PSOE. Porque como dé vidilla al nacionalismo derrotado, y no haga una decidida apuesta constitucional, las urnas lo perseguirán de aquí hasta las próximas generales.

En todo caso, Zapatero sigue vivo, y Rajoy parece resucitado. Todavía tienen tiempo para equivocarse, e incluso para acertar. Ambos son relevantes por su liderazgo. Pero en este momento de resultados electorales, la gran noticia no les corresponde tanto a ellos como a España. Pues, por primera vez en muchos años, el proceso de difuminación nacionalista de España se ha frenado en esta nuestra Nación que ha estado (y aún está) en riesgo de ser “discutida y discutible”, según uno de esos aciertos intelectuales del prócer socialista que nos gobierna.

Los independentismos incompetentes empiezan a hartar a los ciudadanos. Los caprichos provincianos de sus líderes, su vocación de propietarios de cortijo, su necesidad de desclasarse con gastos suntuarios, su deseo de monopolizar las instituciones como si las ocuparan por mandato divino o histórico, debían pasar factura alguna vez.

Ha sido en este momento de una España que boquea en el mar de la crisis. Y no sólo la económica. También en la crisis política e institucional, educativa y de la Justicia, moral y de valores. No podía ser mejor momento para un vuelco de tendencia, para un clarinazo potente que despertara del ensimismamiento a Gobierno y Oposición, a Zapatero y a Rajoy.