ZAPATERO HA HECHO UN MILAGRO
Artículo de Pascual Tamburri en “El Semanal Digital” del 19.06.05
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
19 de junio de 2005.
España ha cambiado. Como anunció Alfonso Guerra en 1982, no es fácil
reconocerla. Pero no estoy seguro de que los cambios del último año sean todos
del agrado del prócer sevillano, ni tampoco del aprendiz de brujo leonés.
José Luis Rodríguez Zapatero, en algo más de un año, ha obrado un prodigio, algo
no visto en muchas décadas, que si no estuviese dentro de lo humanamente posible
sería un milagro. La derecha española no estaba muerta, es verdad, pero sus
signos aparentes de vida eran los de un cadáver. Movilización electoral, la
justa, y además mercenaria; movilización social, marginal; movilización
cultural, ninguna. Y después llegó Zapatero: "Levántate y anda". Y ha empezado a
andar.
El sábado 4 la derecha española se sorprendió a sí misma caminando con las
víctimas del terrorismo. "Pero ¿estamos vivos?". Y resultó que sí, que vivían, y
que les dejaron la calle libre, y que el mundo no se vino abajo. Había habido
antes signos de vida, pero aquella manifestación marcará un antes y un después.
Pudo parecer algo aislado. Al fin y al cabo, hasta los niños mejor educados
hacen de vez en cuando una travesura. Podía esperarse que la derecha sociológica
española, una vez desahogada su rabia, volviese para muchos años a su casa y
dejase la calle, la sociedad y la cultura a la izquierda. Cabía la ilusión de un
retorno a la corrección política. Pero Zapatero obra maravillas: ha conseguido
que de verdad sus peores rivales echen a andar.
La manifestación de ayer, 18 de junio, y la del pasado 11 en Salamanca, no
fueron quizá tan masivas ni tan triunfales como la del día 4 (la de ayer, muy
cerca debió andar). Pero en las calles de Madrid se demostró que hay cientos de
miles de españoles dispuestos a recordar a este Gobierno que cada paso que dé en
falso, en temas esenciales, no sólo va a tener una respuesta política, a cargo
del correspondiente partido o partidos: tendrá un coste social, aún menos grato
de pagar para un Gobierno que sabe perfectamente que falsificó la voluntad
popular a la sombra de sus pancartas y de sus medios de comunicación.
Gracias a Zapatero, ya no tienen miedo de salir a la calle a decir lo que
piensan. Ya no son españoles rumiando su enfado, sino españoles que trabajan por
sus ideas. Y esto, entre otras cosas, es un gran bien para la democracia, y un
gran mal para la izquierda, acostumbrada a décadas de una derecha servil que no
debe renacer jamás.