DE VIEJOS Y ESPERPENTOS
Artículo de Hermann Tertsch en “ABC”
del 25 de mayo de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Especialistas
aseguran que el presidente del Gobierno ha envejecido mucho. Lamento decir que
me hubiera gustado que ese proceso hubiera sido más precipitado. Porque el daño
que inflige a este país ha adquirido una velocidad que ni su encanecimiento ni
el deterioro general físico que pueda sufrir nuestro Gran Timonel pueden
aguantar. Hay sin duda formas rápidas de llegar a la decrepitud. Pero me temo
que la ahora descubierta no nos salve ya de la decrepitud general. Para evitar
hundir a este país en la crisis más grave desde la guerra civil se le tendría
que haber caído el pelo a Rodríguez Zapatero el 15 de marzo del 2004. Antes del
entierro de 192 compatriotas e inmigrantes. Hoy es demasiado tarde. En todo caso
le deseo buena salud y una vejez tranquila, aunque sus responsabilidades en las
tragedias diarias de tantos millones de españoles estén claras. Aunque el daño
generado a un país como el nuestro que llevaba treinta años resurgiendo en
libertad y prosperidad es inenarrable. Que tenga una buena vejez, nadie le
persiga ni ejercite venganza por sus actos, ofensas y daños a tantos españoles
y pueda plácidamente concluir su vida con su Sonsoles
y sus hijas góticas. Estoy seguro de que los españoles con la conciencia
tranquila porque jamás le votaron controlan sus instintos básicos. Y no
recurrirán a recursos de la chusma tan bien utilizada por esta maldición de
presidente en estos años de su campaña de odio. Le deseo por tanto buena salud
y una seguridad que probablemente les falte a muchísimos españoles durante
muchos años por su culpa. Porque pintan bastos.
Dice el
Fondo Monetario Internacional, después de habernos hecho una visita, que lo
llevamos crudo. Cuando crezcamos algo -ya veremos cuándo lo haremos realmente-,
no creceremos para crear empleo. Durante mucho tiempo. Cuando probablemente con
cinco millones y medio de parados nos instalemos en ese limbo que es el
crecimiento entre el cero y el dos -que no vale para nadie y para nada porque
no se creará empleo y los espantados inversores tendrán el dinero muy lejos de
este país-, veremos cómo se ponen las calles. Porque aquí todo el mundo habla
de economía, los más ingenuos se creen que la cosa cambiará pronto, pero pocos
hablan del problema de la seguridad que se nos echa encima.
Porque
la economía sana -destrozada hoy aquí en España- es premisa para la seguridad.
Como la seguridad -también la seguridad jurídica que este Gobierno ha hundido-
es premisa para que funcione la economía. Y como aquí no funciona ni una ni
otra, el dinero decide tomar las de Villadiego. Y si no se genera riqueza se
produce miseria. No pidan patriotismo al dinero porque es infantil hacerlo. El
dinero hoy hace lo que le da la gana hasta en China. Y nos hemos convertido en
un país inhóspito para quienes no quieren problemas. No le pidan patriotismo ni
siquiera al dinero del presidente del Congreso. Capaz es de llevarse la hípica
de Toledo a Wiesbaden. Hay que imaginarse a José Bono y al Pocero, señor de Seseña, en aquella ciudad alemana con tanta tradición
hípica. Con sus señoras con sombreros propios de Ascot.
Equivocándose de cubiertos, supongo.
Mientras
el FMI publicaba su demoledor informe sobre el estado de nuestras cosas, aquí,
ayer, el señor de Iznajar, presidente de la
Generalidad de Cataluña, otro que dudará con los cubiertos, se gastaba el
dinero de los españoles en ese hazmerreír de amenazarnos en cinco idiomas en el
Senado en Madrid. Dice Montilla que si no obedece el Tribunal Constitucional a
sus deseos nacionalistas y socialistas o viceversa, puede haber conflicto entre
España y Cataluña. ¿Cómo que entre España y Cataluña? ¿Como
entre Córdoba e Iznajar? ¿Como
entre Tordesillas y Valladolid? Ya está bien de
bromas. El FMI nos está diciendo que este país puede ser pronto un país fracasado.
Un país fuera del entorno del bienestar. Y los analfabetos en cinco idiomas nos
amenazan con cargo a nuestro dinero. Ustedes sabrán hasta cuándo seguimos con
esta broma de mal gusto. Con este esperpento del viejo prematuro.