CRUELDAD, LUCIDEZ Y CHUSMA
Artículo de Hermann Tertsch en “ABC”
del 03 de junio de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Tengan
ustedes cuidado con su dinero porque ayer nuestro Gran Timonel, marido de Sonsoles y seminovio -a la vista
de las fotos- de nuestra alpinista total Batasuna que se mueve por montañas
nevadas del Bataplán -sitio histórico de San
Sebastián- ha hablado con la Deutsche Bank. Es fácil deducir que el banco
alemán estará alarmado, el estado alemán también, los otros socios aterrorizados.
Y lo nuestro no puede más que empeorar. Así son las cosas en este mundo. Cuando
alguien le presta el chiringuito a un personaje como Zapatero puede tener claro
que va a tener problemas para pagar a fin de mes. Por eso hay momentos,
confieso que crueles, que uno tiene ganas de preguntar a quienes están en las
colas del INEM o en las larguísimas de Cáritas, por
lo que votaron en su día y si creen que algo tiene que ver su opción con su
situación.
Hay
crueldad en ello pero también lucidez. Y creo que también honestidad
intelectual. Aquí todo el mundo nos hemos acostumbrado últimamente a tomar
opciones sin reparar en las consecuencias. Se voto después de un atentado con
rabia y sentimentalismo barato del pacifismo de perragorda.
Y se votó por un cuadro inepto de personajes de estudio fotográfico, nuevorriquismo y abierta horterada. La ignorancia más
agresiva había triunfado en este país y no les quepa duda de que se va a
defender con uñas y dientes y nos hará daño a todos los que no podemos soportar
sus desatinos.
Pero la
realidad es muy burra y terca y exige consecuencias tarde o temprano. Se eligió
a un indocumentado vallisoletano que se decía leonés para dirigir nuestros
destinos. Pues aquí tenéis, gloriosos perspicaces, una taza y media de la solución.
Cuando un mentiroso se hace cargo del camión, es muy probable que acabemos
transitando por carreteras o veredas imprevistas. Es decir, aquí tenéis, la
primera gran crisis desde la guerra civil en la que nuestros dirigentes nos
garantizan en España que vivirán peor las próximas generaciones. Y las cosas
pueden ser mucho peores de lo que aparentan. Quienes creen que el desastre
provocado por estos personajes dirigidos por el Gran Timonel puede solucionarse
antes de una generación, son unos ingenuos.
Aquí se
ha hecho un roto que va a tardar muymucho en
arreglarse. Y no hablemos sólo de economía, porque para sobrevivir todo el
mundo se puede volver al pueblo. Y convertir España en una especie de finca
triste. Hablemos ante todo de esta desintegración del tejido social y nacional
que estos insensatos han convertido casi en irreversible y que perseguirá a las
generaciones futuras como una amenaza constante a su seguridad y, por supuesto
a su bienestar. El mal está hecho y tardará mucho tiempo en sanar. No me pidan
a mí ni una nota de optimismo. No es mi labor dar pie a las teorías trileras, tramposas y mentirosas que auguran para España
una rápida reacción y recuperación. No la va a haber. Y la buena gente de este
país habrá de mantener la calma, la paciencia y el buen hacer para que la
chusma no se salga con la suya. La chusma, no los mercados ni el niño muerto,
es la que nos ha llevado a la actual situación. La chusma que en otros sitios
es marginal y aquí gobierna.