EL
SUMO SECTARIO
Los socialistas le han echado. La sociedad española parece dispuesta a
dejarse hacer daño hasta el final
Artículo de Hermann Tertsch en “ABC”
del 05 de abril de 2011
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un breve
comentario al final:
EL PROBLEMA ES SABER CÓMO
SALIMOS DEL LABERINTO
Luis
Bouza-Brey (7-4-11)
Se irá cuando se vaya igual que ha gobernado, con sus
trampas e imposturas. Pero lo habido no es más que un amago. Es decir, un
engaño a partir de la necesidad, perpetrado con habilidad. Con el aplauso
hipócrita hasta la náusea del merengue de la adulación que, una vez adornado
con solemnidad, consigue en este país crear espectáculos gloriosamente
esperpénticos. Sin ningún pudor andaban mostrando el ojo lacrimoso todos los
dirigentes socialistas que ya están plenamente inmersos en ese nuevo fenómeno
social que es la fobia a Zapatero. Sin recato hablaban maravillas de la
generosidad del presidente todos los que saben lo que han conspirado e
intrigado para que se produjera de una vez el placaje y el eterno adolescente dejara de marear la perdiz. Al fin y al cabo se trataba de
dejar de jugar con las cosas de comer. Y en medio del barullo pringoso, como
reina de ceremonias, por supuesto, quién si no, don José Bono, en momento
estelar, disfrutando como un niño. Pero más allá de este circo de escaso gusto
ha pasado más bien poco. Y todo indica que el presidente, que supuestamente va
a gobernar en todos los meses que aguante esta agonía, dedicará gran parte de
su tiempo y mala idea a ajustar cuentas con muchos de los que le han acosado en
estos meses hacia esta posición indigna, patética y muy probablemente
insostenible a corto plazo. Al final de este gran baile de imposturas, los
daños probablemente estén muy repartidos. Hablamos de los daños dentro del
partido. Los daños fuera, los que se infligen a una España en situación de
emergencia y colapso interno y marginación e irrelevancia externas, son
incalculables. Aunque muchos los tienen descontados en el coste inmenso de la
hecatombe que para España ha supuesto la segunda legislatura del Gran Timonel
naufragado. Al presidente le han reventado el mutis glorioso. Pero no se dará
por vencido. El narciso no entiende que no le entiendan y aprecien sus eximias
intenciones. No querrá aceptar el hecho de que su nombre
se ha
convertido en maldición para millones de españoles. Y querrá dirigir hasta el
final una orquesta en desbandada. Y fabricarse un legado que no sea la
escombrera de pobreza y discordia que ya le adjudican como única herencia una
mayoría de los españoles. Entre los ministros ha comenzado el navajeo. Que se nos instala en el Consejo de Ministros. Y
para el que por supuesto se recurrirá a la masiva utilización de los recursos
del Estado. Veremos hasta donde son capaces de llegar quienes tiene todos los recursos para la manipulación informativa,
la intoxicación, los servicios de información, la policía y la vigilancia de la
ciudadanía.
En realidad, esta magnífica reyerta a partir del
hundimiento del proyecto del zapaterismo del régimen
socialista de los mil años, no debería afectarnos al resto de los españoles. No
nos afectaría si Zapatero pudiera elevarse hasta la decencia necesaria para
decidir su marcha de verdad. Si fuera capaz de encontrar el coraje y la
dignidad de asumir que nada puede hacer ya sino arrastrarse hasta el final por
el mero capricho de llegar. Eso sí, sin dejar de dañar a España, comprando sus
últimas mayorías a unos nacionalismos jubilosos en sus apetitos carroñeros. Su
resentimiento hacia media España le impide una vez más decidirse por el bien
común. El final de una legislatura que ha sido un tormento, promete convertirse
en pesadilla. Los españoles todos, seremos rehenes, del sumo sectario. Aunque
no todos inocentes. Los socialistas le han echado de allí donde más daño les
hace. La sociedad española, pasmosamente indolente, parece dispuesta a dejarse
hacer daño, gratuitamente, hasta el final.
Breve comentario
final:
EL PROBLEMA ES SABER CÓMO
SALIMOS DEL LABERINTO
Luis
Bouza-Brey (7-4-11)
El problema es saber cómo salimos
del laberinto: la revisión constitucional tienen que aprobarla los dos grandes
partidos, y de momento no parecen dispuestos a hacerla, con ZP mareando la
perdiz (nosotros), los dirigentes del PSOE silenciados como una reata de
paniaguados cobardes, y el PP rascándose la barriga (sobre nosotros).
Y de los demás ya ni siquiera
imaginar que vayan a o puedan hacer algo: IU está momificada en un rincón de la
tumba de Lenin en el Kremlin; los nacionalistas a chupar desvergonzadamente del
bote, a preparar el Concierto o la independencia o a la espera de recuperar el
poder con la legalización de Batasuna; el partido de Rosa Díez transformado en
un aparato para trepas caníbales; y Ciudadanos, aún sin tiempo para
reconvertirse y saltar fuera del “oasis”.
¿Qué hacer entonces?¿ponerse a deambular por las
redes, esperando que el número de internautas sea suficiente para provocar un
apagón participativo en las elecciones y deslegitimar la farsa?¿convocar
manifestaciones que son seguidas por pocos?¿aportar fondos para contratar a
Belén Esteban como líder de la revolución?¿encerrarse ante pantallas esperando
el apocalipsis?
Yo sigo pensando que en esta
situación lo prioritario es mandar al PSOE a hacer ejercicios espirituales
(léase puñetas) durante doce años, y presionar para que el PP haga lo que hay
que hacer, con Rajoy o sin Rajoy.
¿O serán los jueces los que tengan que derribar el sistema putrefacto, como en
Italia?
Hay varias opciones desesperadas:
¡Pero qué tristeza de país!¡Cómo lo han mandado al
infierno!