LO DE BONO

 

 Artículo de Alfonso Ussía en  “La Razón” del 25/01/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

El actual ministro de Defensa, José Bono, siempre ha estado con las víctimas del terrorismo. Con Francisco Vázquez y Juan Carlos Rodríguez Ibarra ha sido el político socialista que más y mejor se ha manifestado contra los terroristas y sus cómplices nacionalistas.

Cuando nadie –excepto quien escribe y unos pocos más– osaba pronunciarse y acusar a monseñor Setién de ser un colaborador indirecto de los etarras y un generoso concededor de bulas, justificaciones, amnistías y perdones en beneficio de los verdugos, que jamás de las víctimas, fue Bono el primer político que se atrevió a denunciarlo desde las alturas del poder.

Aprovecharse de la muchedumbre para insultar, cohibir o agredir a una persona es siempre un acto de cobardía suprema, de jauría detestable. Pero la cobardía se hace más miserable todavía cuando se escuda en una causa noble y justa para llevar a cabo su infame presencia. Los agresores de Bono en la manifestación a favor de las víctimas del terrorismo son además de unos cobardes y unos energúmenos, unos inconmensurables idiotas capaces de perjudicar gravemente a la Asociación civil más respetada y respetable de España.

El ministro de Defensa don José Bono, como el presidente de Castilla-La Mancha don José Bono, como el señor don José Bono desayunando en una cafetería de una calle cualquiera de Toledo, ha sido y es un español decente que jamás ha confundido lo políticamente correcto con lo correcto a secas.

Se ha enfrentado a sus propios compañeros de partido cuando ha intuido debilidades y humillantes compadreos con quienes pretenden reducir el mapa de España. Y nunca ha emitido con voz débil o tímida cautela su rechazo al terrorismo y a sus hábiles y fariseos benefactores.

Lo ha hecho con rotundidad, y desde Arzallus a Setién, pasando por Ibarreche, Eguíbar, Otegui o el mismo monseñor Uriarte, han conocido sin precisar de traductor el contenido claro de las palabras de Bono. Sin duda alguna, Bono ha sido infinitamente más valiente en sus actitudes frente a los terroristas que los diez desalmados que intentaron acogotarle el sábado pasado en la manifestación a favor de las víctimas del terror.

Otra cosa son sus decisiones políticas que pueden ser, y lo han sido, objeto de críticas y de clamorosos desacuerdos. No se trata de eso. Como tampoco de caer en la trampa venenosa que intenta extender Rubalcaba insinuando que la actitud de diez salvajes es consecuencia de las provocaciones del Partido Popular.

En eso de manipular masas amenazantes y grupos aislados profundamente desagradables es Rubalcaba un experto. Sólo sucedió, y ya es bastante, que en una multitudinaria manifestación sin color político, unos pocos exaltados mamarrachos se comportaron como bestias. Y encima gritaban en nombre de la Iglesia, para enrojecer aún más nuestra vergüenza cristiana, que es también la de Bono.

El ministro de Defensa se presentó en la manifestación como un español más. La AVT no tuvo culpa de nada. El Partido Popular tampoco. Unos cuantos salvajes, toda.