VIDAL-QUADRAS Y LOS NACIONALISTAS (Y 2)

Luis Bouza-Brey, 4-9-96

Ver también: VIDAL-QUADRAS Y LOS NACIONALISTAS (1)

 

El dia 10 de agosto envié un artículo a estos grupos que titulaba "Vidal-Quadras y los nacionalistas". En el me posicionaba a favor de Vidal-Quadras en sus críticas a los partidos nacionalistas de Euskadi y Cataluña, y aportaba opiniones propias sobre este asunto. Adjunto a este artículo el anterior, por si alguien tiene interés en consultarlo.

En él mantenía diversas afirmaciones como la del anacronismo de los nacionalismos, la crítica a sus posiciones políticas, culturales y sociales, la visión de la cultura política catalana como bloqueada por los mitos, antimitos y tabúes del pasado, y la tesis de que la democracia española no funcionará mientras sigan existiendo partidos nacionalistas en Euskadi y Cataluña que no aceptan el sistema.

Debido a que he recibido amplia respuesta al mismo, intentaré responder a las críticas que considere fundadas.

He recibido acusaciones de nacionalista español incapaz de evolucionar, de descalificar a los nacionalismos, de no respetar la diversidad y de no aceptar la democracia.

Incluso, el ayatollá mas agresivo y "fino" intelectualmente, me dijo que era un fascista, que me fuera a Serbia y que parecía increíble que defendiera falsas soluciones federalistas, propias de países atrasados y con problemas como Suiza.

Mi posición básica es la de defender la democracia española, el federalismo y el bilingüismo, y criticar lo que considero aspectos mas regresivos y anacrónicos de los partidos nacionalistas.

Voy a reformular estas tesis básicas en forma de interrogantes, respuestas, consecuencias y posibles soluciones al problema que nos ocupa.

LOS INTERROGANTES

Los interrogantes que se formularía un observador de la política catalana podrían ser los siguientes:

¿Por qué los nacionalistas no aceptan el federalismo y hablan despectivamente del "café para todos " cuando se refieren a la generalización de la autonomía para todas las regiones españolas?

¿Por qué los nacionalistas son reticentes a una reforma del Senado que les permita participar en las instituciones del Estado?

¿Por qué los nacionalistas se oponen a formar un gobierno de coalición en Madrid?

¿Por qué los nacionalistas se oponen a hablar castellano en el Senado? ¿por qué los nacionalistas pretenden asumir una capacidad de veto a las decisiones democráticas de las Cortes y se desentienden por tanto de la Constitución y del Tribunal Constitucional?

¿Por qué los nacionalistas han usurpado el nombre de Cataluña, identificándolo con un partido o un líder y descalificando como anticatalanas las críticas que se les dirigen?

¿Por qué acusan de minar la convivencia a los que no están de acuerdo con ellos?

¿Por qué se reclama una España plural y no la misma pluralidad para Cataluña?

¿Por qué la Generalitat es monolingüe, en sus rótulos oficiales y medios públicos de comunicación?

¿Por qué la Generalitat desprecia o pretende eliminar el idioma nativo de la mitad de los catalanes, que al mismo tiempo es el idioma común de todos los españoles?

LAS RESPUESTAS

La respuesta a estos interrogantes reside en que los nacionalistas actúan de acuerdo con la lógica de los objetivos políticos que persiguen, de mitos residuales del pasado, y de la opción política que han adoptado, que es la de lo que podríamos llamar el "independentismo de bajo coste". Una solución que podríamos denominar "confederal" que, sin una independencia formal, la permita de facto a nivel político, cultural, lingüístico y social. Económico no, de momento: ojo con el mercado español. Eso más adelante, si conviene.

LAS CONSECUENCIAS

Es esta política de los nacionalistas, ambigua, esencialista, excluyente y de un independentismo latente que, de momento, se concreta en la solución "confederal", la que mina la convivencia, dentro y fuera de Cataluña

En Cataluña hay bastante gente cansada de esta situación, de bloqueo y sin salida. Y en el resto de España no es que sean unos bárbaros centralistas que no entienden a Cataluña, sino que es que se entiende perfectamente lo que los nacionalistas pretenden. Cataluña ha pasado de ser una tierra admirada, política y culturalmente durante la dictadura y la transición, a ser algo oscuro, cerrado, corto de alcances e insolidario, a nivel de sus instituciones y dirigentes políticos.

LA SOLUCION AL IMPASSE

Existe una tradición de pensamiento político en la historia de España que, inexplicablemente, ha desaparecido de la escena pública. Es la tradición democrática y federal, integradora y pluralista de personalidades como Maragall, Pi i Margall, y de los partidos republicanos y democráticos, o de sectores del socialismo español y catalán.

Esta solución federal permitiría acabar con la confrontación destructiva de nuestra historia entre el nacionalismo español uniformista, centralista y, en ocasiones, autoritario, y el nacionalismo periférico de Cataluña, Euskadi y Galicia. Estos nacionalismos periféricos, resultado del intento de imposición del primero, se caracterizan todavía por una posición de rechazo numantino, de tendencias desintegradoras y de delirios míticos desesperados frente a una realidad que los ha superado.

El federalismo no es solo una solución político-institucional para integrar la pluralidad, es también una creencia optimista en el futuro de España, en la potencialidad positiva de la diversidad de los pueblos que la componen. Es también amor a esos pueblos y al conjunto que los integra. Es capacidad de superar el resentimiento producido por las miserias del pasado y es apertura a un futuro esperanzador que tenemos que acertar a construir en España, en Europa y en el mundo.

Por eso los federalistas tienen que ser igualmente contundentes con el centralismo español y con el nacionalismo periférico particularista. Contundencia que yo echo en falta en la actualidad, y que lleva a que la democracia española esté inerme frente al nacionalismo desintegrador y al autoritario que puede resurgir en cualquier momento.

¿QUÉ ES EL FEDERALISMO HOY EN ESPAÑA?

¿En que consistiría una solución federal para el sistema político español hoy? En mi opinión, no en encerrarse en el túnel del tiempo de la autodeterminación, como si aquí no hubieran transcurrido veinte años de democracia, y como si hubiera que replantearse de arriba abajo el sistema democrático.

La Constitución está hecha de tal manera que permite desarrollar el federalismo aplicando pequeños retoques: creando un Senado potente para que las nacionalidades y regiones puedan contrapesar tendencias al centralismo; clarificando el sistema de distribución de competencias a fin de evitar duplicidades; delegando competencias que se consideren necesarias por algunas CCAA, sin generalizaciones gratuitas; articulando un sistema financiero e impositivo que no discrimine y al mismo tiempo mantenga el principio de solidaridad entre regiones ricas y pobres.

Este tipo de soluciones jurídicas es una parte de la solución al problema. Pero la parte más importante, la que yo creo que aún no se produjo y es vital, es que los nacionalismos vasco y catalán evolucionen y no elijan caminos erróneos y sin salida.

Por eso, quiero acabar este artículo con una pregunta:

¿Podrán el nacionalismo catalán y vasco renunciar a doctrinarismos ideológicos y ensoñaciones míticas, aceptando la realidad en toda su complejidad y novedad? Si la respuesta es positiva, el futuro es esperanzador. Si no, o bien perderán el poder, o se irá creando una situación de incremento de las tensiones entre los pueblos de España que será nefasta para el futuro.