LA PRUEBA DE FUEGO
Artículo de Aleix VIDAL-QUADRAS en “La Razón” del 31/12/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
La votación del Plan Ibarretxe fue seguida ayer con tensa atención por el resto
de la Nación. El anuncio del lehendakari de que se propone someter a consulta
popular su proyecto de reforma estatutaria en caso de que las Cortes Generales
rechacen la propuesta, presta un especial dramatismo a este proceso porque, en
caso de que el Gobierno vasco cumpla su amenaza, España se vería obligada a
asistir al primer acto político de ruptura explícita con el gran pacto civil de
1978, lo que sin duda abriría una nueva etapa histórica de nuestra democracia.
Sin embargo, este problema, pese a su gravedad, presenta por lo menos una
circunstancia que permite abordarlo con ciertas garantías de éxito. Tanto el
Partido Socialista como el Partido Popular han expresado con toda rotundidad su
oposición frontal a esta iniciativa nacionalista, lo que augura una actuación
enérgica de las instancias centrales del Estado, con el pleno apoyo del primer
partido de la oposición. Y por mucho poder que el PNV y sus aliados hayan
adquirido a lo largo del último cuarto de siglo, todavía no es suficiente para
resistir el peso de la mole que se les vendría encima si intentasen dinamitar
unilateralmente las bases de nuestra convivencia.
No es, por tanto, en el Plan Ibarretxe donde Zapatero vendrá de verdad
obligado a salir de su beatífica práctica de la democracia deliberativa para
enfrentarse a la dura realidad de la democracia de decisión. El hecho de tener
el respaldo del ochenta por ciento de los escaños del Congreso y del cuerpo
electoral le facilitará enormemente la demostración de firmeza que los
acontecimientos le impondrán sin remedio. Dónde podremos comprobar sin disimulo
posible por su parte de qué material está hecho el presidente del Gobierno será
en el debate sobre la reforma del Estatuto de Cataluña. Maragall ya ha dado
órdenes a la sala de máquinas del Instituto de Estudios Autonómicos para poner
las calderas a máxima presión y tener listo el borrador completo antes de final
de enero de 2005. Una vez se conozca el contenido del documento en lo relativo a
competencias, financiación y concepto de la soberanía, se habrá acabado el
tiempo de los globos sonda y empezará la hora de retratarse.
Por lo que ya sabemos, el texto incluirá elementos incompatibles con la
vigente Constitución, factor obviamente indispensable para que cuente con el
beneplácito de Mas y Carod-Rovira. ¿Qué hará entonces el hombre del año, el
suave y dialogante inquilino de La Moncloa? ¿Procederá a pactar el nuevo
Estatuto con el PP en Madrid dejando desairado a Maragall y apartándose de la
posición mayoritaria de la Cámara catalana? ¿Impondrá con una coalición
socialista-comunista-nacionalista un cambio de nuestra Ley Fundamental que más
de media España no quiere?
Ésa será la auténtica prueba de fuego de Zapatero. El ruido suena en Vitoria,
pero las nueces a cascar están en Barcelona.