A BOFETADAS IDEOLÓGICAS
Artículo de José Antonio Zarzalejos en “La Estrella Digital” del 20 de abril de 2009
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Está decidido: el PSOE se plantea las elecciones europeas del 7 de junio próximo en términos ideológicos, única manera de construir un discurso que contrarreste al del PP. Zapatero no tiene nada que ofrecer en esos comicios -en ninguno por el momento- y en el Partido Popular hay moral de victoria. La única alternativa consiste en plantear el 7-J como un choque de trenes. La culpa de la recesión económica, del desastre del sistema financiero y de las consecuencias de lo uno y de lo otro es de un sistema construido desde la derecha política, esa que va de liberales a conservadores. Son ellos los que han disminuido la supervisión e idolatrado el funcionamiento del libre mercado; son ellos -los de la derecha- los que han fomentado el dinero rápido y el pelotazo; son ellos, los grandes banqueros y empresarios, prototipos de la derecha social, los que se han beneficiado de inmorales remuneraciones variables en cifras escandalosas. Ellos son los culpables de la crisis, del desempleo, de la desconfianza. El socialismo interventor de cuño marxista, las políticas sociales socialdemócratas y la intervención del Estado son la solución a medio plazo. Todo esto lo compra IU, lo compran los sindicatos, y quizá lo compre ERC, y así se contrapesa al PP, que con los nacionalistas vascos y catalanes amenaza las posiciones del Gobierno en el Congreso.
En estos términos se va a situar el debate, que ya ha comenzado cuando quedan menos de dos meses para acudir a las urnas. No es seguro, sin embargo, que los ciudadanos den por buena la estrategia de confrontación. El eurobarómetro augura una enorme abstención en todos los países de la Unión Europea porque los electores descreen de la clase dirigente, de la que esperan eficiencia gestora más que teorizaciones ideológicas. Existe un consenso pacífico sobre las causas de la crisis: por una parte, una supervisión insuficiente; por otra, una gravísima alteración en la escala de valores colectivos. Se trata, en consecuencia, de restablecer mecanismos que vigilen y de actitudes y comportamientos que ejemplaricen. Ambos asuntos pueden abordarse desde posiciones ideológicas diferentes, pero las conclusiones, con matices, serán muy parecidas.
Si el PSOE avanza en esa estrategia -todo un giro a la izquierda-, le dará otra oportunidad al PP que no debe desaprovechar: profundizar su penetración en el centro social y político. Con un discurso como el de Núñez Feijóo en Galicia, todo un ejemplo de fondo y forma, de responsabilidad, en los tiempos que corren. La gente corriente quiere personas en la política que sean competentes, eficaces, honradas y profesionales. En definitiva, que, en vez de crear problemas, los resuelvan. Añadir a la crisis económica un zafarrancho de bofetadas políticas entre el Gobierno y la oposición no lleva a ninguna parte. La ciudadanía está ahíta de discursos ideológicos, de grandes declaraciones, de retóricas vacías. Éstos son tiempos para la gestión, no para los artificios. La cuestión consiste en saber si el presidente Zapatero se ha dado cuenta de que hemos estado viviendo en la burbuja del "buenismo", del "optimismo antropológico", de la "extensión de los derechos", del "gasto social" y que hemos pasado a otra fase en la que el "pensamiento Alicia" y el discurseo hastían y cansan. Aquí la realidad del debate social no es ideológico sino el básico y realista: los cuatro millones de parados que se nos echan encima y el hundimiento de la economía real.