Elecciones en una democracia precaria
Artículo de FRANCESC DE CARRERAS en “La Vanguardia” del 09/04/2005
Con un muy breve comentario al final: POR ESO NO HAY QUE DEJAR NI UN RESQUICIO (L. B.-B., 10-4-05, 23:30)
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Tendemos a
considerar que las elecciones en el País Vasco son plenamente democráticas, tan
democráticas como en el resto de España; pero ¿lo son en realidad?
Desde el punto de vista legal, ciertamente no hay ninguna duda: las garantías no
son menores que en cualquier otra comunidad autónoma. Ahora bien, la realidad
social de Euskadi, las circunstancias cotidianas en que viven sus ciudadanos y
las condiciones en que deben desenvolverse las distinas formaciones políticas
generan importantes discriminaciones: unos tienen garantizados todos los
derechos constitucionales básicos, otros los tienen seriamente limitados. Esta
desigualdad en el ejercicio de los derechos nos conduce a decir que el sufragio
en el País Vasco no es enteramente libre.
Las causas de esta situación son conocidas: el terrorismo de ETA y, sobre todo,
las formas que ha adoptado en los últimos años. En efecto, hasta mediados de los
años noventa, la violencia etarra se ejercía, preferentemente, contra los
representantes simbólicos del Estado (militares, policías, guardia civiles,
jueces, funcionarios) y contra los empresarios que se negaban a pagar el llamado
impuesto revolucionario. Los demás ciudadanos gozaban de una relativa
seguridad y confiaban en no ser el blanco de los atentados terroristas.
El asesinato del dirigente del PP Gregorio Ordóñez inauguró una nueva
estrategia, ampliando así el círculo de amenazados a los cargos políticos y a
los militantes del PSOE y del PP, a los periodistas y los profesores de
universidad, a los ertzainas y los escoltas que les protegían. El objetivo de
ETA era silenciar a quienes les denunciaban intelectualmente en público e
infundir miedo a quienes pudieran compartir esta actitud. Armas legítimas: tiro
en la nuca, coche bomba, violencia callejera, asedio moral. En definitiva,
fascismo puro: el bien de la patria todo lo legitima.
Resultado: 40.000 ciudadanos están amenazados; muchos otros, pese a seguir
trabajando en Euskadi, han trasladado su residencia a Cantabria y La Rioja,
entre ellos 500 miembros de la Erzaintza; el PP clausuró sus sedes y las casas
del Pueblo socialistas constituyen auténticas fortalezas blindadas; los
candidatos de estos dos partidos hacen propaganda electoral rodeados de escoltas
y la gente no se atreve a acudir a sus actos por temor a ser incluidos en las
listas de futuras víctimas. Mientras, los candidatos de los partidos en el poder
pasean tranquilamente por las calle. En estas condiciones, la democracia en el
País Vasco es muy precaria, las posibilidades de hacer propaganda electoral son
muy distintas, el miedo conmociona a los ciudadanos. Aceptaremos el resultado
que salga de las urnas el 17 de abril. Pero seamos, por lo menos, conscientes de
que las condiciones electorales no son normales, que el ejercicio del derecho de
voto en el País Vasco está seriamente limitado por la violencia que ejercen ETA
y aquellos que con ella colaboran.
MUY BREVE COMENTARIO: POR ESO NO HAY QUE DEJAR NI UN RESQUICIO (L. B.-B., 10-4-05, 23:30)
Por eso no se puede dejar ni un resquicio para que los nazis penetren en la legitimidad, la impunidad o el rearme económico y legal. El Estado debe ilegalizar a la nueva forma de ETA y mantener el acoso hasta que ETA cese definitivamente la acción terrorista y se disuelva. A partir de ese momento, y durante la próxima legislatura, deberán sufrir un cuatrienio de "cuarentena" ---permítanme la licencia--- hasta que se compruebe que las condiciones mínimas para la existencia de la democracia se dan. Sólo después, y si el pueblo español y vasco lo quieren, estarán legitimados para la integración en la normalidad democrática. Sólo entonces, y si el pueblo español y vasco lo quieren, se podría pensar en medidas de generosidad, previo arrepentimiento de los presos. Y al PNV y demás nacionalistas hay que decirles que en las condiciones antidemocráticas actuales no son legítimas sus propuestas y exigencias, pues se apoyan en la desigualdad política y el terror. La prioridad es acabar con ETA manteniendo la política antiterrorista actual. Las concesiones y debilidades de los socialistas constituyen un error. En síntesis, la secuencia es: derrotar a ETA; frenar el nacionalismo; restablecer la democracia; pactar...seis años si se hace bien.