ENTREVISTA A NICOLÁS REDONDO TERREROS, PRESIDENTE DE LA FUNDACIÓN PARA LA LIBERTAD,
por Inmaculada G. de Molina en “La Razón” del 24/04/2005
Por su interés y relevancia, he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)
«Ante ETA no sirve el diálogo, sólo vale la cárcel»
Defiende a capa y espada un acuerdo entre el PP y el PSOE previo a cualquier movimiento que se haga en el País Vasco o en las reformas estatutarias y constitucional, que ya ha puesto en marcha el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Sigue pensando que sólo la unión de las dos principales formaciones políticas nacionales podrá frenar la influencia cada día mayor de los nacionalismos e impedir que en España se hable a diario de lo que ocurre en la escena política catalana y vasca.
Madrid- ¿Qué lectura hace del resultado de las urnas de este domingo?
-El PNV no cumple
sus expectativas. El resultado del PCTV es sorprendente. El PSE tiene uno bueno,
que le permite liderar una posición influyente. San Gil evita una derrota, con
un resultado digno y bueno.
-¿Cómo explica el tirón del
PCTV?
-Es una prolongación de Batasuna. Su resultado, aunque no llega a los 14
escaños de legislaturas pasadas, nos ha sorprendido y debe preocupar. Esta
legislatura se caracterizará por la inestabilidad y la radicalidad. Me molesta
coincidir con Otegui, pero es cierto que será similar a la de 1998.
-¿Comparte la visión de
Aznar de que se comienza culpando a un Gobierno de un atentado y se acaba con
los terroristas en las instituciones?
-Tenemos una tendencia malsana a comportarnos mal con los presidentes del
Gobierno. El 11-M ha servido para dividirnos. El país necesita más músculo
nacional.
-¿Zapatero ha dejado entrar
a ETA en el Parlamento vasco por la puerta grande?
-Para realizar esa aseveración, hay que tener pruebas contundentes. La lucha
contra el terrorismo no puede adelgazar el estado de derecho. Es excesivo decir
algo tan duro. Desde luego, no lo comparto. Ahora bien, el fiscal general
aseguró que habría pruebas si Batasuna suplantaba al PCTV. En las elecciones
todos los interventores eran de Batasuna. Más claro que eso... aunque desconozco
si es suficiente jurídicamente.
-¿Y lo es?
-Hay que tener las pruebas.
-Al parecer, la Guardia
Civil las tiene.
-¿Por qué hay ese debate sobre si el Gobierno tiene que evaluar las pruebas?
Es la Justicia quien debe hacerlo. Lo peor que puede suceder es que exista un
debate tan profundo como el actual, que nos separe tan abismalmente al PSOE y al
PP.
-¿Este debate alimenta más
a ETA?
-Está claro.
-¿El Ejecutivo ha permitido
que el PCTV se presente para arrebatar al PNV la mayoría absoluta?
-Son argumentos duros. Hablaríamos de un Gobierno que ha prevaricado. Puede
que haya cometido un error. Pero no podemos ir más allá.
-¿Batasuna y los
socialistas pactaron en sus contactos que el PCTV se presentara a las
elecciones?
-Pasamos de algo que ha dicho Otegui, que puede ser cierto, a algo que no
está comprobado. Las relaciones con Batasuna nos sitúan en manos de ETA, si son
unilaterales y no se comparten y hay información leal entre el Gobierno y el PP.
El PNV quiso rentabilizar la tregua trampa pactando sólo con ETA. Luego la banda
tomó la iniciativa. Por tanto, lo que se haga lo deben hacer las dos formaciones
nacionales.
-¿Y?
-Lo que más echo de menos
es que Zapatero o Rajoy no hayan descolgado el teléfono para verse antes del día
5 de mayo, fecha en la que el presidente recibe a Ibarreche. Si quieren estar a
las alturas de las circunstancias, es imprescindible que se vean. Hay que
dejarse de insultos y tomar la iniciativa política, que pasa por pactar una
acción común frente al PCTV y ETA y por facilitar que Patxi López tenga 33
diputados.
-¿Zapatero debería llamar a
Rajoy antes del 5 de mayo?
-Yo lo haría. Y analizaría las elecciones vascas, la situación del «plan
Ibarreche», de la lucha contra ETA y la necesidad de seguir como estamos o
modular la situación, pero juntos. Si no lo ha hecho el presidente, si fuera
Rajoy descolgaría el teléfono.
-¿El «plan Ibarreche» está
enterrado?
-Ibarreche ha sido derrotado, pero no su plan. Lo apoyaron PNV, EA e IU, que
ahora tienen 32 escaños. Aralar será más exigente. Además, tienen los 9 votos
del PCTV. La aritmética no lleva a pensar que esté derrotado.
-Zapatero está dispuesto a
llegar hasta el final en este proceso de paz.
-El principal problema es la desconfianza entre las dos formaciones. Los
nacionalistas, en este caso Otegui, pueden tener la iniciativa y fracturar la
confianza de los dos partidos. Sería terrible que se rompiera el pacto por las
libertades. El terrorismo no puede ser parte del mercadeo político. No podemos
someter la lucha contra ETA al estrés electoral. Si lo hacemos, la
responsabilidad será de todos y los terroristas habrán ganado.
-¿El pacto ya ha saltado
por los aires?
-Está muy tocado. Cuando la desconfianza se extiende, el perjudicado es el
pacto. La división entre PSOE y PP siempre fortalece a ETA.
-¿Estamos en la antesala de
una tregua?
-Aunque a ETA políticamente le ha fortalecido que el PNV asumiera su discurso
y el resultado electoral, está en el momento de su historia de mayor debilidad.
Por eso, hay que proseguir con la actual estrategia.
-¿Se puede hablar de algo
con ETA?
-No.
-El Gobierno está dispuesto
a acercar a los presos a cambio de la paz.
-Es un error dar expectativas de cambio a los terroristas y a los
nacionalistas. Cediendo no se moderan. Se fortalecen y radicalizan.
-¿Con ETA sólo se acaba con
las Fuerzas de Seguridad del Estado?
-Está claro. No comparto eso de ante ETA, diálogo. Ante la banda, la cárcel.
Cuando hemos seguido este camino las cosas no han ido mal. Tiene que quedar
claro que por la paz no se paga un precio político y que las víctimas siguen
teniendo un papel.
-¿Qué impacto tendrá en las
alianzas para constituir Gobierno que el sector de Imaz quiera sustituir a
Ibarreche?
-En el PNV sólo hay una persona que manda. Cuando Ibarreche ganó las
elecciones, empezó a mandar.
-¿Habrá Gobierno de
coalición del PNV con el PSE-EE?
-Los nacionalismos vasco y catalán influyen demasiado en la vida española. Es
imprescindible una relación de lealtad y de confianza entre PSOE y PP para
mermar su influencia. Esto impediría que estuviéramos hablando todo el día de lo
que pasa en Cataluña y en el País Vasco.
Golpe bajo. -¿Ve a López
aliándose con San Gil?
-Suman más que Ibarreche.
-¿Deberían hacerlo para
acorralar al nacionalismo?
-No se trata de eso, sino de fortalecer el músculo nacional. El PSE tienen
que llegar a un pacto con el PP.
-¿Pero el PNV se uniría al
PCTV para arrebatar al PSE el Gobierno?
-Este escenario no lo querría nadie. Ni los propios nacionalistas. No es
verdad que el pacto PP-PSE le lleve irremediablemente a pactar con el PCTV, le
puede llevar a moderarse...
-¿Por qué descarta un
acuerdo entre el PNV y el PCTV?
-Esa alianza viene mal al país, a los sectores productivos...
-Zapatero ha abierto al
PCTV el diálogo sobre la reforma del Estatuto.
-No es el momento de hablar de reformas estatutarias. Tiene que haber un
acuerdo entre Partido Popular y PSOE previo a cualquier otro diálogo. En España
se defienden lo suficientemente bien los hechos diferenciales autonómicos. Ahora
se trata de fortalecer más lo que nos une que la pluralidad.
-¿Cómo valora la
disposición del Gobierno a reconocer que Cataluña y el País Vasco son naciones?
-Es anticonstitucional. Es pegarle un golpe bajo y por la espalda a la
Constitución de 1978. No es admisible que se introduzca en la Carta Magna, pero
tampoco en los Estatutos.
En primera persona
Poco a poco, desmenuza el futuro que se avecina en Euskadi. Habla con tono
sosegado. Ya no guarda rencor. Por eso no le duelen prendas en admitir el buen
resultado de Patxi López. Sin embargo, evita pronunciar su nombre. No le ocurre
lo mismo con el adversario político. Al contrario, personaliza en María San Gil
lo que considera un resultado digno. «Sé lo que le ha costado al PSE-EE romper
el techo y subirlo y a María San Gil mantener lo que tiene». Aprovecha la
ocasión para advertir a los suyos de que los contactos con Batasuna en solitario
les arrojan en brazos de ETA. Por eso, les pide que escarmienten en carne ajena.
En 1998, los peneuvistas quisieron rentabilizar la tregua y, al final, la banda
les ganó por la mano. Con el recuerdo del pasado, lanza su aviso a navegantes.
No está ya en el afán electoral. Por eso, resta importancia a la factura
electoral que pase la actual coyuntura a Zapatero. Sólo le ocupa y preocupa lo
«transcendental»: que se adelgace la unidad de España.