EL PAPA MUESTRA SU "GRAN PREOCUPACIÓN" POR LA SITUACIÓN
EN ORIENTE MEDIO, LÍBANO E IRAK
AGENCIAS | CIUDAD DEL VATICANO, en “ABC” del 25.12.06
Por su interés y relevancia he seleccionado
el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con un breve comentario al final:
COINCIDO, PERO TENGO QUE TRADUCIR (L. B.-B., 25-12-06, 18:30)
El Papa ha denunciado hoy que, a pesar de tantas formas de
progreso, "en esta época de abundancia y consumismo desenfrenado se sigue
muriendo de hambre y pobreza, hay esclavitud, odio racial y religioso y
terrorismo" y que ante ello el hombre del tercer milenio necesita más que
nunca a Cristo.
Benedicto XVI ha hecho estas manifestaciones durante el
tradicional Mensaje de Navidad, pronunciado desde el balcón central de la
basílica de San Pedro del Vaticano, en el que ha expresado su "gran
preocupación" por la situación en Oriente Medio e Irak, y ha abogado para
que se abra una perspectiva de una paz justa en la región.
Ante decenas de miles de personas reunidas en la plaza de San
Pedro para escuchar el segundo Mensaje de Navidad de su Pontificado, Joseph
Ratzinger ha proclamado al mundo que "ha nacido el Salvador", pero
inmediatamente se ha preguntado: ¿tiene todavía valor y sentido un Salvador para
el hombre del tercer milenio?".
Necesidad de un salvador
El Papa alemán también se ha preguntado si el hombre actual
"artífice autosuficiente y seguro de su propio destino, que se presenta
como productor entusiasta de éxitos indiscutibles", que ha inventado la
comunicación interactiva, que navega por internet, que ha convertido el planeta
en una aldea global, necesita un Salvador. La respuesta que ha dado el Papa
teólogo es que parece que no lo necesita, "pero no es así".
En este día del nacimiento de Cristo, Ratzinger ha recordado a
todos los niños destrozados por el uso de las armas, por el terrorismo y por
cualquier tipo de violencia "en una época en que se invoca y proclama por
todas partes el progreso, la solidaridad y la paz".
El Papa también ha resaltado como problemas de este época la
inmigración a la que se ven obligadas miles de personas en busca de condiciones
de vida digna, de los que son engañados, de los esclavizados por las drogas y
el alcohol y "los que eligen la muerte creyendo que ensalzan la vida".
Ante estas situaciones, Benedicto XVI ha afirmado que "desde
el fondo de esta humanidad placentera y desesperada" surge una
desgarradora petición de ayuda y que por ello "hoy también nuestro
Salvador ha nacido en el mundo, porque sabe que lo necesitamos". Y es que,
según el Papa , "a pesar de tantas formas de
progreso", el ser humano es el mismo de siempre, "una libertad tensa
entre el bien y el mal, entre vida y muerte".
Recorrido por el mundo
Como es tradición en estos mensajes, el Papa ha hecho un recorrido
por el mundo y ha dicho que en este día de fiesta pensaba "con
preocupación" en Oriente Medio y que espera que se abra a una perspectiva
de paz justa y duradera, respetando los derechos inalienables de los pueblos
que la habitan.
"Confío al divino Niño de Belén los indicios de una
reanudación del diálogo entre israelitas y palestinos que hemos observado estos
días, confío en que después de tantas víctimas, destrucciones e incertidumbres,
reviva y progrese un Líbano democrático, abierto a los demás, en diálogo con
las culturas y las religiones", ha dicho el Papa.
También ha hecho un llamamiento "a los que tienen en sus
manos el destino de Irak", para que cese la feroz violencia que ensangrenta el país y se asegure una existencia normal a
todos sus habitantes.
Asimismo, ha invocado la paz para Sri Lanka, para que en Dafur y en toda África acaben los conflictos fratricidas y
para que se extingan "los focos de tensión que hacen incierto el futuro de
otras partes del mundo, tanto en Europa como en Latinoamérica".
Invocar a Cristo con la palabra y el testimonio
Benedicto XVI ha pedido a los cristianos que proclamen a Cristo
no sólo con la palabra sino también con el testimonio de hermandad, perdón,
acogida, servicio recíproco, verdad, justicia y amor. El Papa ha concluido su
mensaje exhortando a los hombre a "abrir el
corazón" a Cristo: "no temerle, Él es el Salvador del mundo", ha
dicho.
Tras el Mensaje, Benedicto XVI ha impartido la bendición 'Urbi et
Orbi' (a Roma y a todo el mundo) en 62 idiomas, en el que de nuevo la palabra
que más ha pronunciado ha sido paz.
En español ha proclamado: "Feliz Navidad. Que la paz de
Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los
pueblos". Centenares de españoles y latinoamericanos presentes rompieron
en aplausos y gritaron: "Se ve, se siente, Benedicto está presente".
Breve comentario final:
COINCIDO, PERO TENGO QUE TRADUCIR (L. B.-B., 25-12-06, 18:30)
Si
pudiera hacerme oír por Benedicto XVI le diría que hiciera más ecuménico su
mensaje, a fin de que pudiera ser compartido por todos. Porque, al menos en mi
caso, entiendo y comparto lo que quiere decir, pero después de traducirlo, y
eso hace que su mensaje quede limitado a los que tienen una idea compartida del
símbolo "Cristo", o "El Salvador", si no se traduce. Y no
todos son capaces de traducirlo.
¿Cómo lo
traduciría yo? En el sentido de que es preciso que nos esforcemos por
comportarnos de acuerdo con nuestra dimensión más elevada, más adecuada a
un sentido trascendente de nuestro papel en el Mundo y en la Historia, más
próxima a las exigencias éticas e intelectuales derivadas de una concepción del
desarrollo humano en libertad.
Es decir,
que nos esforcemos por comportarnos de tal manera que intentemos siempre
descubrir la verdad y realizar el bien para todos en un contexto de libertad y
justicia. Entonces ---si traduzco correctamente lo que Benedicto XVI nos quiere
decir--- estaremos realizando el mandato de Cristo, elevando nuestra dimensión
humana y terrenal hacia la divinidad representada por Cristo en la
Tierra, hacia la trascendencia.
En
términos laicos, estaremos desarrollando las potencialidades de la Humanidad
---y las propias de cada uno de nosotros--- hacia una meta de trascendencia cósmica,
siguiendo las ideas de Cristo y de todos aquellos que fueron capaces de
elevarse por encima de las exigencias más inmediatas de la Naturaleza hacia un
ideal superior de la Humanidad. Todos ellos: Cristo, Buda, Mahoma, Platón,
Hegel y otros sabios ilustrados, han intentado, y conseguido en gran parte,
descubrir fórmulas benéficas para el desarrollo de las potencialidades humanas.
Para el desarrollo espiritual de la Humanidad.