EL ATENTADO DE CADA DÍA
Artículo de Edurne Uriarte en “ABC” del 12.05.07
Por su interés y relevancia he seleccionado
el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con una apostilla a pie
de título:
ZOMBIS, CACHARRERIA,
DESTROZO (L. B.-B., 12-5-07, 19:00)
Son como
zombis entrando en una cacharrería: paso que dan, objeto que tocan, tropezón
que sufren, daño que causan. Empezaron con la guerra de Irak, y nuestros
conciudadanos y los terroristas les premiaron la demagogia; formularon certeros
pronósticos sobre Kerry, Merkel y Royal, y nos han
situado en el epicentro de la irrelevancia internacional; pactaron con
independentistas y anticonstitucionalistas y nos han
roto la Constitución; negocian con terroristas y los meten en las instituciones
gratis; regularizan la inmigración ilegal y llenan Europa de mafias e
ilegales... la cacharrería, España, va a quedar destrozada, pero los ciudadanos
se sumergen en supermercados y telebasuras y apoyan a ciegas las necedades de
nuestros demenciales dirigentes. ¿Cómo y cuándo podremos salir del pozo?
A
algunos, este destrozo moral, político e intelectual de la democracia española
nos produce arcadas, al percibir las imágenes de sus responsables.
Parecía difícil encontrar más manipulación sobre la guerra de
Irak. Pero el vídeo electoral del PSOE demuestra que sí, que se puede. Y no me
refiero a su lectura del papel del anterior Gobierno en el apoyo a la guerra
contra Sadam Hussein, sino a la manipulación
practicada por los socialistas sobre la autoría de la violencia que asuela
Irak. Con su mensaje del «atentado de cada día», el PSOE atribuye la
responsabilidad de los miles de civiles iraquíes asesinados a la coalición
internacional que invadió el país, a Estados Unidos y sus aliados, el PP, entre
ellos. A la guerra que el PSOE no apoyó.
El error de las armas de destrucción masiva fue al menos
certificado por Naciones Unidas y por los servicios secretos de varios países.
Pero esta tergiversación es responsabilidad exclusiva del PSOE. Y no porque en
este partido padezcan una supina ignorancia sobre Irak sino porque han decidido
practicar una abierta manipulación sobre la naturaleza de la violencia en Irak.
Un grupo de investigadores del programa Terrorismo Global del Real
Instituto Elcano, dirigido por Fernando Reinares, está realizando un estudio
sobre la violencia de Al Qaeda en Irak que será publicado en unas semanas.
Están analizando detalladamente los atentados de un mes, enero de 2007, más de
700, que atribuyen a Al Qaeda. Este grupo cree que si en 2004 la mayoría de los
atentados era de autoría baazista, ahora lo es de Al
Qaeda. Y alerta de un dato igualmente importante: Al Qaeda ha constituido junto
a otros grupos yihadistas un Estado paralelo, el
Estado Islámico de Irak, cuyo primer principio es suficientemente
significativo, «los chiíes son politeístas y apóstatas».
Ése es el origen de la mayor parte de los atentados de cada día
en Irak, a los que hay que añadir los enfrentamientos entre chiíes y suníes.
Atribuir esos crímenes a la invasión de la coalición internacional es más o
menos como atribuir los atentados etarras desde 1976 a la llegada de la
democracia. Algo parecido a lo que Paul Berman denunciara en su libro Terror
and Liberalism de los numerosos occidentales que han
justificado el terrorismo palestino, su consideración de cada atentado
palestino como una medida de la culpa de Israel.
El yihadismo no es una consecuencia de
la guerra. Ni una medida de la culpa de las democracias occidentales. El yihadismo estaba antes en esa región. Y si ahora centra sus
operaciones en Irak es porque rechaza radicalmente la instauración de un
sistema democrático y liberal. El atentado de cada día es el atentado contra el
sistema democrático, y las víctimas, los musulmanes iraquíes que quieren la
libertad. Y la responsabilidad de España no es el apoyo al ataque contra la
dictadura de Sadam Hussein sino nuestra negativa
actual a proteger a los iraquíes de las bombas yihadistas.
Mientras los asesinan, nosotros no sólo no estamos allí para defenderlos, sino
que algunos señalan falsos culpables a sabiendas de que no lo son.