CUMBRE DE LA UNIÓN EUROPEA: SARKOZY ANUNCIA UN ACUERDO UNÁNIME EN LA UE PARA LA "REFUNDACIÓN" DEL SISTEMA CAPITALISTA

 

Reportaje  en “La Estrella Digital” del 16 de octubre de 2008

 

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, asegura que los líderes de los Veintisiete defienden "una respuesta única" para una crisis "sin precedentes

Los líderes de la UE tratan de aprobar un nuevo mecanismo de supervisión bursátil

Los líderes europeos comenzaron ayer una cumbre de dos días en la que se espera que respalden las medidas acordadas por los países de la Eurozona contra la crisis crediticia y emprendan una primera reflexión sobre la reforma del sistema financiero internacional. Los mandatarios europeos llegaron a un acuerdo unánime para promover la "refundación" del sistema capitalista mundial, según el presidente francés, Nicolás Sarkozy. El jefe del Ejecutivo galo, que preside este semestre la UE, destacó el respaldo de todos los estados miembros al plan de respuesta a la crisis. Ante una crisis "sin precedentes", la UE -señaló- ha demostrado que es capaz de dar "una respuesta única".


LAS CLAVES

Los líderes europeos comenzaron ayer una cumbre de dos días en la que se espera que respalden las medidas acordadas por los países de la Eurozona contra la crisis crediticia

Todos los socios aceptan las medidas de rescate como algo necesario, aunque la inyección sin procedentes de dinero público en apoyo de un solo sector somete a dura prueba las reglas básicas de funcionamiento del Mercado Común

 

LOS DATOS

El cambio de las normas contables pretende mitigar las consecuencias de las turbulencias en las entidades europeas y situarlas en las mismas condiciones que sus competidores de EEUU

Brown afirma que con el apoyo de los Veintisiete al plan de rescate bancario, culminará la "primera etapa" de respuesta a la crisis y es el momento de "pasar a la segunda fase", la reforma del sistema financiero internacional


 

Entre las medidas que se puedan aprobar, se espera que impulsen iniciativas como la creación de un sistema de alerta temprana contra las crisis y el establecimiento de un verdadero mecanismo de supervisión bancaria a escala europea, algo considerado tabú hasta ahora. En esta línea, el vicepresidente economíco de España, Pedro Solbes, confirmó que los líderes europeos se han comprometido a mejorar el sistema de supervisión en Europa. Además, la Comisión Europea, anunció a través de un comunicado que han acordado de manera unánime revisar las normas contables vigentes en la UE para eximir a los bancos de la obligación de ir devaluando sus activos en fucnión de su valor de mercado.

Los Veintisiete, miembros y no miembros del euro, tratan de mantenerse unidos en la respuesta a la crisis, mientras crece el temor a que las turbulencias terminen hundiendo al continente en la recesión.

Si bien todos los socios aceptan las medidas de rescate como algo necesario, la inyección sin procedentes de dinero público -casi dos billones de euros- en apoyo de un solo sector económico somete a dura prueba las reglas básicas de funcionamiento del Mercado Común.

Polonia, por ejemplo, se siente discriminada porque Bruselas no ha dudado en prohibir el salvamento de sus históricos astilleros, mientras acepta, sin apenas discusión, multimillonarias ayudas para resucitar de la quiebra bancos occidentales mal gestionados.

En general los nuevos estados miembros de Europa central y oriental salidos del comunismo recelan de la intervención pública y temen que la crisis acabe introduciendo un doble rasero en la aplicación de las normas de libre competencia y ayudas de Estado, prohibidas en principio por el tratado.

Antes del comienzo de la cumbre, el primer ministro británico, Gordon Brown, inspirador del paquete de medidas del Eurogrupo pese a no ser su país miembro del euro, ha instado a los Veintisiete a no detenerse en la reacción en caliente y a trabajar por la reforma en profundidad del sistema financiero mundial.

En una comparecencia junto al presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durão Barroso, el premier británico, reconvertido en adalid de Europa, ha mostrado su satisfacción por que los europeos hayan sido capaces de pactar una respuesta coordinada, pero ha recalcado que Europa tiene que ir más allá y liderar el cambio mundial de reglas.

Así, explció que con el apoyo de los Veintisiete al plan de rescate bancario acordado por el Eurogrupo en París, culminará la "primera etapa" de respuesta a la crisis por lo que a su juicio, es el momento de "pasar a la segunda fase", la reforma del sistema financiero internacional.

En este sentido, afirmó que "tenemos que crear instituciones que se corresponden no a economías nacionales y protegidas sino a economías internacionales con movimientos de capitales y competencia internacionales".

Su propuesta más destacada es la creación de un "sistema de alerta rápida para la economía mundial" que permita la identificación temprana de los riesgos futuros que amenacen la estabilidad económica y financiera global y la toma de decisiones rápidas para mitigarlos.

Por su parte, en declaraciones a los periodistas, el presidente del Eurogrupo y primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, pidió prudencia "porque todavía vivimos tiempos peligrosos".

"No creo que necesitemos más medidas, lo que necesitamos es la aplicación de las medidas tomadas", afirmó.

Juncker abogó por extender al conjunto de la Unión el plan de acción acordado el pasado domingo, consistente en inyecciones de capital en los bancos en dificultades y garantías públicas para restablecer la financiación interbancaria.

Supervisión a escala europea

Se espera que los Veintisiete impulsen en esta cumbre otras iniciativas como la creación de un sistema de alerta temprana contra las crisis y el establecimiento de un verdadero mecanismo de supervisión bancaria a escala europea, algo considerado tabú hasta ahora.

En este sentido, el vicepresidente de Economía aseguró que la UE se ha comprometido e mejorar el sistema de supervisión en Europa. Según explicó Solbes, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han llegado a la conclusión de que "el sistema de supervisión del sistema finanaciero no ha funcionado" por lo que "es necesario mejorarlo considerablemente".

El ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, fue el más claro al sugerir "una organización de control paneuropea".

Se podría empezar, explicó, por "una reunión regular de los responsables nacionales de supervisión" como ya ocurre en el marco del Sistema Europeo de Bancos Centrales.

También el presidente de la CE insiste en exigir un "nivel de coordinación sin precedentes" ante una "situación sin precedentes".

Para Barroso, ya se ha conseguido una coordinación "impensable" hace sólo unas semanas, cuando "algunos gobiernos aún se resistían a cualquier tipo de respuesta" común.

Pero aún así, ha advertido, "aún queda un largo camino" en el que la UE debe tener claros sus objetivos, y todos los estados miembros ser capaces de dar "las señales adecuadas".

"Creo que ahora hay una auténtica conciencia de la necesidad de una respuesta europea y global", en opinión del presidente del Ejecutivo comunitario.

La crisis ha confirmado, por lo demás, el extraordinario efecto estabilizador del euro.

"Cuando el tiempo es bueno, no importa mucho tener una moneda propia, pero cuando hace malo fuera, es mejor estar dentro" (del euro), ha confesado el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt.

Suecia rechazó en referéndum en el año 2003 el ingreso en la unión económica y monetaria, de la que hoy forman parte quince de los veintisiete estados de la UE.

Normas contables

Por otra parte, los Veintisiete acordaron de manera unánime revisar las normas contables vigentes en la UE para eximir a los bancos de la obligación de ir devaluando sus activos en función de su valor de mercado.

El objetivo de esta modificación es mitigar las consecuencias de las turbulencias en las entidades europeas y situarlas en las mismas condiciones que sus competidores del otro lado del Atlántico, donde ya se había rebajado esa exigencia.

La enmienda de la normativa contable, que parte de una propuesta de la Junta de normas internacionales de contabilidad (IASB), permitirá a los bancos reclasificar sus activos, de la categoría de "negociables" -que deben ser contabilizados en función de su cotización- a la reservada a las inversiones a más largo plazo.

Esta posibilidad será de aplicación ya en los resultados del tercer trimestre de 2008, que las entidades comenzarán a presentar en las próximas semanas.

La Comisión Europea subrayó en un comunicado que la crisis actual justifica el recurso a la reclasificación por parte de las entidades.

La obligación de incluir en sus cuentas consolidadas la evaluación de los títulos accionariales, bonos y derivados con su valor de mercado ha generado "problemas" -según fuentes comunitarias- a los bancos europeos, que han tenido que recortar a la baja muy rápidamente el valor de sus activos en un contexto de mercados muy volátiles.

El responsable europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, destacó la rápida respuesta de la Comisión, impulsora de la modificación, a la petición de los Veintisiete, que solicitaron la semana pasada la revisión de las normas contables para adaptarlas a la situación en Estados Unidos.

Dada la persistencia de las turbulencias en los mercados financieros, Bruselas se comprometió a seguir vigilando todas las cuestiones relacionadas con la contabilidad que pueden afectar a la estabilidad del sector financiero.

En los próximos días, el Ejecutivo de la UE organizará una reunión con todos los actores responsables de la aplicación de la normativa contable en Europa para evaluar la situación y estudiar eventuales modificaciones en lo relativo a los productos derivados y los seguros, entre otros.