EN DEFENSA DE GUANTÁNAMO
Artículo de GEES en “Libertad Digital” del 21.02.06
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
Con un muy breve comentario a pie de titulo:
¿ES ESTO UNA NUEVA FASE
CICLICA DE LA HISTORIA?
¿Por qué es tan predominante este
aborregamiento de las élites? ¿Por qué el sentido común y la racionalidad tiene
que ir siempre a contracorriente? ¿Por qué nos gobierna la ineptitud? ¿Está nuestra
civilización condenada a una colisión o colusión de ineptos con
fanáticos? ¿De botarates con tarugos? Leamos a Javaloyes
y estudiemos a VICO... ¿Es demasiado pronto aún para un Churchill? (L. B.-B.,
21-2-06, 7:09)
Pocas cosas pueden
creerse de un secretario general que se aferra a su puesto y se niega a admitir
su responsabilidad en el escándalo de la gestión del programa que él dirigía.
"Petróleo por alimentos" que permitió a Sadam jugar con las Naciones
Unidas y a sus familiares (los de Kofi Annan, no sólo los de Sadam)
enriquecerse ilegalmente. Ahora el secretario general de la ONU pide
solemnemente el cierre del centro de detención de terroristas que los Estados
Unidos mantienen en Guantánamo, su base militar en suelo cubano. Su petición se
sostiene sobre el informe de unos expertos que han trabajado para la ONU en los
últimos meses y que, eso sí, nunca pisaron la base de Guantánamo porque no
quisieron sentirse "corrompidos" por una invitación de la administración
de George W. Bush.
Que Guantánamo es una
anomalía es algo que nadie discute. Pero es a causa de que la guerra contra el
terror, esto es, las acciones de respuesta que los americanos han puesto en
marcha tras encajar los ataques del 11 de septiembre, se enmarca en un
conflicto de nuevo tipo y para el que el derecho de la guerra al uso, con sus
convenciones de Ginebra, no encuentra aplicabilidad.
La comunidad
internacional podía haber reaccionado ante la creación de Guantánamo con una
revisión de las categorías jurídicas en un intento de adaptar el marco legal a
la nueva realidad, la de los nuevos combatientes que no son regulares, ni son
militares, ni están bajo la autoridad o bandera de un estado reconocido. Sin
embargo, se ha inclinado por criticar nuevamente a Norteamérica y habla de
aberración en el mejor de los casos.
Ahora bien, cuando se
pide el cierre de Guantánamo, ¿qué se está queriendo decir en realidad? Se
supone que no el traslado de los detenidos desde esa base a otra instalación
Dios sabe dónde y en manos de unos carceleros menos considerados. Se supone que
como esa no es la opción, lo que se está pidiendo, en última instancia, es la
liberación de los detenidos, radicales islámicos al servicio de Al Qaeda y de
los talibanes, cogidos con las manos en la masa en operaciones de las Fuerzas
Armadas de los Estados Unidos. Liberar a estos presos sería tanto como perder
una base de información, dar un mal ejemplo a todos los jihadistas que todavía
siguen vivos o libres y permitir que estos detenidos pudieran incorporarse
nuevamente a sus filas para llevar adelante nuevos atentados contra Estados
Unidos y Occidente. En suma, sería regalarle una potente baza al enemigo, un
enemigo que sigue empeñado en derrotarnos a golpe de bombas y actos de terror.
A Guantánamo lo que se
le debe exigir es un trato humano para los detenidos, y eso se está cumpliendo.
Se les alimenta –y bien, como atestigua que todos han ganado peso–, se les cura
y trata médicamente (el dentista es quien más trabajo tiene para sellar las
múltiples caries con las que vivían) y se les permite la oración. Eso sí, con
el respeto que impone estar tratando con asesinos que no se arrepienten y que
sólo esperan poder volver a la jihad para ganarse el cielo con sangre de
infiel. Esto es, con nuestra sangre.
GEES, Grupo de Estudios
Estratégicos.