LA "LOCURA" DE BUSH NO ERA
TAL: ESTAMOS GANANDO
Artículo de Jeff Jacoby en “Libertad Digital” del 31 de marzo de 2009
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
"Mercados sin bombas. Hummers sin armas. Helados al caer la noche. Calles llenas de todo menos de miedo": Así arrancaba la crónica que mandó desde Irak Terry McCarthy el pasado día 15 a la ABC, y que formaba parte del especial que emitió la referida cadena esa semana a cuenta del sexto aniversario de la invasión.
En su pieza, McCarthy informaba de que, según se desprendía de una encuesta llevada a cabo en todo el territorio iraquí, el 60% de la población del país asiático "espera que las cosas vayan mejor el año que viene", porcentaje "casi tres veces [superior]" que el registrado hace año y medio. Y agregaba: "Los iraquíes están descubriendo poco a poco que tienen un futuro. Volamos hacia el sur, rumbo a Basora, donde el 94% dice que sus vidas marchan bien. Allí, el petróleo abunda. Y el dinero".
En otra de sus informaciones, McCarthy describía la capital iraquí como "una ciudad renacida":
Dinamismo, luz, estilo: así es la Bagdad de hoy. Los coches bomba han dejado paso a las carreras de coches. El Museo Nacional, que fue objeto de pillaje, ha sido rehabilitado y ha reabierto sus puertas al público. Y las jóvenes, que antes eran obligadas a llevar la cabeza cubierta, pueden volver a lucir la ropa que les gusta.
Una de esas jóvenes es la estudiante de odontología Hiba al Jassin, que huyó de la horrible violencia de Bagdad hace dos años y que al volver, el pasado otoño, se encontró una ciudad completamente cambiada. "Simplemente, soy optimista –le confiesa a McCarthy–. Creo que vamos por el buen camino".
ABC no ha sido la única en hacerse eco de las buenas nuevas
procedentes de aquel país. "En Irak, las bajas en combate se situán
en su cota más baja de los últimos seis años", podía leerse
en la portada del USA Today el pasado día 18. Según
este rotativo, el número de soldados caídos en combate en los dos primeros
meses del año fue de 15, cifra que representa una cuarta y
una décima parte de las registradas en el mismo periodo de los años
2008 y 2007, respectivamente.
La disminución del número de bajas en combate es un fiel reflejo de
la disminución de la violencia en general, que ha caído un 90% desde que el ex
presidente Bush ordenara al general David Petraeus la puesta en marcha de la
nueva estrategia contra la insurgencia –el surge–, a principios de 2007. Hasta
en el norte de Irak, donde siguen actuando algunos terroristas de Al Qaeda, los
ataques han descendido un 70%.
La reconciliación y los acuerdos políticos son
fruto de la mejora experimentada en materia de seguridad. El Gobierno
democrático sigue madurando, y las lealtades étnicas y religiosas empiezan a
ceder terreno en el terreno político.
El principal político chií y primer ministro del país, Nuri al Maliki,
ha fraguado una alianza con el prominente líder suní Saleh al Mutlak.
Se trata de un acontecimiento que, dice el Washington Post, sugiere
"la emergencia de un nuevo eje de poder en Irak sobre la base del
nacionalismo y de un Gobierno central fuerte"; sería éste un cambio
extraordinario con respecto a las pasiones sectarias que bañaron Irak en sangre
en 2006 y 2007.
Como recuerda el corresponsal del Post Anthony Shadid, el partido de Maliki cosechó importantes victorias en las recientes elecciones provinciales; el primer ministro renunció a los eslóganes islamistas que esgrimió en el pasado en beneficio de "una plataforma que descansaba sobre la ley y el orden". Maliki, que llegó a ser famoso por su chiismo intransigente, llama ahora a dejar atrás las rencillas con los seguidores del partido de Sadam Husein, el Baaz, en su inmensa mayoría suníes.
Las elecciones provinciales representaron un nuevo golpe a la idea de que la democracia constitucional y la cultura árabe son incompatibles. Más de 14.000 candidatos, pertenecientes a 400 partidos políticos, optaron a los 440 bancas que estaban en juego. De acuerdo, Irak no es precisamente una república jeffersoniana de hombres libres, pero en los últimos seis años ha pasado de ser una de las tiranías más brutales del planeta a un referente del pluralismo democrático en el corazón del mundo árabe.
Durante mucho tiempo, los detractores de la guerra de Irak y del presidente que la desencadenó insistieron en que nada de esto era posible: la guerra estaba perdida, no había solución militar a las matanzas sectarias, el incremento de tropas no haría sino agravar las cosas... La victoria no es una opción, afirmaban los críticos: la única opción era dividir Irak y hacer las maletas. Vez tras vez se decía que la guerra sería eternamente recordada como la locura de Bush, o incluso como el peor error de política exterior cometido jamás por EEUU.
Aún hoy hay quien, cegado por el partidismo o la ideología, es incapaz de reconciliarse con la realidad y pronunciar las palabras "victoria" e "Irak" en la misma frase. Pero lo cierto es que, seis años después, estamos cantando victoria. Como ocurre en todas las guerras, el precio ha sido superior al que hubiéramos deseado pagar; pero el de la derrota habría sido muchísimo más oneroso.
JEFF JACOBY, columnista del Boston Globe.