LAS EXPROPIACIONES
ILEGALES DE TIERRAS CAUSAN DISTURBIOS EN CHINA
La riqueza per cápita de los habitantes de la ciudad
triplica a la de los campesinos | El 'premier' Wen
sugiere que el país debe prestar más atención a la gente
Informe
de Isidre Ambrós, Pekin,
en "La Vanguardia" del 23-1-12
Por su interés y relevancia he
seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.
La tierra se le indigesta al dragón chino. Cada vez son
más frecuentes las protestas de la población por las injusticias que, a su
entender, cometen las autoridades de la segunda potencia mundial. La mayoría de
las reclamaciones tienen su origen en la expropiación ilegal de tierras. La
solución pactada por las autoridades provinciales de Guangdong
y los habitantes de Wukan ha abierto la puerta a que
otras poblaciones busquen la misma solución.
China ha entrado hoy en el año del dragón de agua. El
único animal mitológico de los doce que componen el horóscopo chino y que los
habitantes de la segunda potencia mundial atribuyen fuerza, coraje y sabiduría.
Unos atributos que necesitarán las autoridades del gigante asiático para
resolver el creciente malestar que provoca entre la población la expropiación
de tierras, que ven cómo ello fomenta las desigualdades sociales. Es el tema
que más indigna y moviliza a la población del país asiático. De las 180.000
protestas que Pekín reconoce que hubo en el 2011, casi 120.000 (el 66%)
tuvieron su origen en una protesta sobre la tierra.
La situación se repite una y otra vez. Impulsados por la
especulación inmobiliaria, las autoridades locales arrebatan las tierras a sus
propietarios, ofreciéndoles unas indemnizaciones por debajo de los precios de
mercado. Es una práctica habitual, a través de la cual los municipios llenan
sus arcas para financiar nuevos proyectos y. en ocasiones, los dirigentes
locales, sus bolsillos, según denuncian los líderes de los movimientos
ciudadanos que se rebelan contra esta práctica.
El primer ministro, Wen Jiabao, aludió, sin citarlo, a este problema el pasado
sábado. Tras advertir que China se enfrentará a grandes retos en el año del
dragón, en referencia a la situación económica, sugirió que el país asiático
debe cambiar su modelo de desarrollo para "dar más importancia al modo de
vida de las gentes y permitir a la población compartir los frutos de la
reforma", según Xinhua.
Estas palabras se pronunciaron dos días después que se
recordara de forma discreta el aniversario del histórico viaje que Deng Xiaoping emprendió en 1978
al sur del país y visitó Shenzhen,.
Entonces era un pequeño pueblo pesquero próximo a Hong Kong y hoy, ejemplo del
pujante desarrollo económico.
Si bien este proceso ha propulsado a China a
transformarse en la segunda potencia mundial, pero también ha acrecentado las
desigualdades entre el campo y la ciudad. Según la Oficina Nacional de
Estadística (ONE), el ingreso medio disponible per cápita de la población
urbana en el 2011 fue de 23.979 yuanes (2.930 euros), frente a 6.977 yuanes
(853 euros) entre los campesinos.
Aunque las autoridades han reconocido estas diferencias
entre campo y ciudad, evitan publicar las desigualdades entre la población
urbana. Un diferencial que la ONU mide a través del llamado coeficiente Gini. El portavoz de la ONE, Ma Jiantang, justificó este rechazó por "las dificultades
para obtener información fiable sobre los ingresos más altos" en China,
donde una parte importante de los ciudadanos más ricos no declaran a Hacienda,
según la agencia Afp.
Fuera de las urbes, el coeficiente Gini
se eleva a 0,3897. Cuanto más cerca del 0 está la cifra mayor es la igualdad
social, mientras que el valor 1 significa que toda la riqueza está en poder de
una persona. Según el profesor Xu Xiaonian,
de la China Europe Business School
de Shanghai, "este coeficiente ha superado ya el
0,5", en la China urbana. Esto se interpreta como que "el problema de
las desigualdades es muy grave y debe ser corregido inmediatamente", dijo
en el 2010, Zhou Tianyong,
economista de la Escuela del Comité Central del Partido, según China Daily.
La creciente disparidad de ingresos explica el estallido
de cólera que se produjo en otoño en el pueblo de Wukan.
Tras veinte años de agrias disputas sobre la indemnización de las tierras
expropiadas, la población expulsó a los dirigentes del Partido. Tras resistir
el asedio, las autoridades de la provincia de Guangdong
y el líder local alcanzaron un inusual acuerdo que puso fin a los disturbios.
El pacto incluye la revisión de las indemnizaciones.
La iniciativa de escuchar las reclamaciones de la gente
es una novedad en la forma de actuar de las autoridades locales y provinciales
chinas. Hasta ahora resolvían estas protestas por la fuerza.
Hace poco, unos mil habitantes de Wanggang,
perteneciente al término municipal de Cantón, se manifestaron ante la
delegación del gobierno provincial de Guangdong. En
un nuevo reto para la mentalidad más liberal de las autoridades de la provincia
china más dinámica, los ciudadanos de Wanggang
pidieron la aplicación del método Wukan para resolver
sus reclamaciones sobre la expropiación de tierras y la corrupción de sus
líderes locales.
En unas recientes declaraciones, Wang Yang, el jefe
provincial del Partido, dijo que en el 2012 su provincia debía ser "el
motor del resurgimiento del pueblo chino y no la mecha encendida de un
conflicto social". La forma de resolver este asunto definirá si la nueva
generación de dirigentes, que asumirá el poder en octubre, apostará por la
fuerza o por el diálogo para solucionar el problema de las expropiaciones. Habrá
que esperar y ver si el dragón de agua es capaz de digerir estas disputas sobre
la tierra o se ahoga en ellas.