Artículo de Alberto Sotillo en “ABC” del 27 de
julio de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
La
tragedia de Iberoamérica es la miseria, el pésimo reparto de la riqueza, el
pistolerismo y la marginación. Se supone entonces que, en teoría, justicia
social, progreso, integración y un reparto equitativo de los recursos deberían
ser las prioridades de la izquierda en el continente. Sólo en teoría. Porque,
con mucha retórica revolucionaria, la izquierda iberoamericana ha mostrado una
afición mucho mayor a los espectáculos de magia, masas y machismo-leninismo que
a las prosaicas maneras que han conducido en otros lugares del mundo a un mayor
progreso y bienestar.
Se ha
apuntado a un marxismo que durante decenios intentó arruinar a todo el planeta.
A un indigenismo de pensamiento mágico y poco práctico. A la guerrilla que
quiso convertir el continente en un Vietnam a lo bestia. A un peronismo
charlatán y mafioso. A todas las variantes del populismo, al caudillismo, al redentorismo carismático, al castrismo bananero...
El
resto del mundo siguió progresando con la ayuda de una izquierda compatible con
el pensamiento cartesiano, a la vez que en el Macondo iberoamericano se preguntaban
por qué siguen ahí estancados en su inopia, como si el tiempo no fuera con
ellos. Y hoy, en busca de nuevo de una respuesta, en vez de mirar hacia la
miseria que les rodea y a sus soluciones racionales, se apuntan al fantástico
«show» de Chávez, Zelaya, Ortega y compañía. La emprenden contra partidos
políticos e instituciones con desdén propio de todos esos caudillos
carismáticos que arruinaron al continente. E imaginan que la solución infalible
está en derribar la tradición de la no reelección que instauró la revolución de
México. «Por el sufragio electivo y la no reelección», gritaban los hartos de
caudillos. Pero la pregunta sigue en pie: ¿Qué tiene que ver tanto «show»,
espectáculo de magia, alarde de machotes y caudillo jaquetón con la lucha contra
la miseria?