ZAPATERO... ¿LA OCASIÓN PERDIDA?
Artículo de Gustavo Vidal Manzanares en “El Plural” del 05 de octubre de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
Con un breve comentario al final:
TOPICOS, VERDADES Y…¿SOLUCIONES?
Luis Bouza-Brey (5-10-09, 17:00)
El inolvidable Pablo Iglesias se dirigió a la Comisión de Reformas Sociales el 11 de enero de 1885. Sus palabras, aunque lejanas en el tiempo, resuenan con una cercanía asombrosa: “…las penalidades del trabajador se originan en la forma en que se distribuye la riqueza, yendo a parar la parte principal a la minoría parasitaria y una parte, cada vez más exigua, a la inmensa masa laboriosa”.
Por su
parte, Barack Obama,
durante su campaña electoral, denunció la existencia de un edificio en las
Islas Caimán donde se registraban más de 12.000 empresas estadounidenses. “O es
el mayor edificio del mundo o la mayor estafa fiscal del planeta, y todos
sabemos cuál de las dos opciones es la verdadera”—remachó Obama.
Creo
que no puede caber duda de que las situaciones de crisis y necesidad no son
consecuencia de la “presión fiscal”, “rigideces en la contratación”, falta de
“reformas estructurales del mercado de trabajo”, “costes del despido”, ausencia
de “moderación salarial” y demás salmodias venenosas del catecismo neocon.
No,
los problemas de desempleo, sanidad, educación, pensiones, seguridad ciudadana,
etc, derivan del fraude, egoísmo y codicia de unos
cuantos frente a la mente anestesiada de los trabajadores (falta de conciencia
de clase, se decía antes) Desgraciadamente, aunque el margen de maniobra para
paliar todo esto es muy reducido, creo que el presidente Zapatero se encuentra
ante una excelente ocasión… la ocasión de ejercer la didáctica, el momento para
bombardear a los ciudadanos con unas verdades que, en situaciones de bonanza,
nadie suele pronunciar.
No hay
que perder la ocasión, por tanto, para explicar a los ciudadanos que los
impuestos son positivos para la inmensa mayoría pues posibilitan a todos el
disfrute de prestaciones y servicios que casi nadie podría costearse solo.
No hay que perder la ocasión de explicar a los ciudadanos que la desregulación
es un ruin pretexto para dejar indefensa a la gente de bien frente a la codicia
de individuos sin escrúpulos.
No hay
que perder la ocasión para explicar a los ciudadanos que la mayoría de los que
claman a favor de la “moderación salarial” (excepto para ellos, claro) o contra
la “presión fiscal” y las “rigideces del mercado laboral” tan solo buscan
evadir impuestos y pagar salarios bajos para derrochar el dinero en coches de
gran cilindrada, joyas y suntuosas mansiones.
No hay que perder la ocasión de explicar a los ciudadanos que los muy ricos
hurtan pagar impuestos, refugiando el dinero en paraísos fiscales y
dilapidándolo en yates y fiestas lujosas, y que por esto hay que recortar
gastos en sanidad, pensiones, educación, seguridad ciudadana, etc.
No hay
que perder la ocasión de explicar a los ciudadanos que muchas pensiones son de
hambre. Y hambre literal pues muchos ancianos apenas pueden pagarse una
alimentación equilibrada aunque callen por vergüenza. Mientras, las grandes
fortunas eluden los impuestos, que podrían pagar pensiones, mediante las Sicav y demás subterfugios.
No hay que perder la ocasión de explicar a la ciudadanía que España es el país
de la UE con los tributos más bajos y, sin embargo, con el fraude fiscal más
elevado. Sí, explicar a los ciudadanos que no se trata de “abaratar el
despido”, sino de perseguir y sancionar el fraude empresarial.
No hay
que perder la ocasión de explicar a la ciudadanía que las Sicav
y los paraísos fiscales son auténticas cuevas de ladrones, que muchos
empresarios declaran menos ganancias que sus trabajadores, y que la solución
pasa por tomar conciencia de clase y unirnos todos frente a estos abusos, pero
nunca por recortar unos derechos que han costado cárcel, exilio y muerte.
Y no
se trata de exponer, de vez en cuando, estas ideas, sino de repetirlas.
Machaconamente. Convertirlas en un discurso central salpicado de ejemplos. No
olvidemos que los dogmas neocon se imponen a fuerza
de repetirlos, pese a lo disparados y dañinos que resultan.
Por lo
tanto, si el presidente Zapatero consigue, durante esta crisis, que verdades
como las aquí expuestas calen en los ciudadanos, colocaremos los cimientos de
una sociedad más justa y una mayoría social de izquierdas, de lo contrario nos
encontraremos ante… la ocasión perdida.
Gustavo Vidal Manzanares es jurista y escritor
www.gustavovidalmanzanares.blogspot.com
Con un breve comentario al final:
TOPICOS, VERDADES Y…¿SOLUCIONES?
Luis Bouza-Brey (5-10-09, 17:00)
En
mi opinión, este artículo describe verdades que constituyen los tópicos
tradicionales de la izquierda, pero no aporta soluciones para resolver la
injusticia en que se basa el sistema económico capitalista en la actualidad.
Veamos por qué:
En
primer lugar, porque Zapatero y demás “progres” no pertenecen a la izquierda
clásica sino a un “progerío” superficial, frívolo,
vacio y bienestante que se ha limitado a realizar
políticas que satisficieran el ego estético pequeñoburgués de los herederos de
la de-generación del 68 y el bolsillo de sus numerosas redes clientelares.
Por
otra parte, las políticas socialdemócratas de los años sesenta bloquearon el
desarrollo social por exceso de intervencionismo, despilfarro y
burocratización, produciendo la crisis del Estado de Bienestar, la emergencia
del neoliberalismo y su hegemonía hasta hoy.
En
tercer lugar, la resolución de las injusticias y retrocesos sociales del
neoliberalismo no se puede zanjar con voluntarismos de “repetir machaconamente”
las ideas de la izquierda, pues mientras no exista una izquierda de ámbito
mundial que sea capaz de imponer soluciones económicosociales
solidarias en ese ámbito, el voluntarismo machacón, si llegara a impregnar la
conciencia colectiva de un país y las políticas de su Gobierno, llevaría a ese
país a la bancarrota, por éxodo del capital a aquellos países donde resultara
más rentable la inversión.
En
cuarto lugar, y finalizo: la izquierda real será aquella capaz de construir
herramientas políticas e institucionales mundiales ---movimientos sociales,
partidos e instituciones--- que apoyen políticas de izquierda democrática y
coherente a nivel global, a fin de controlar un capitalismo desbocado, unos
agentes multinacionales, y un mercado monopolístico que imponen su ilimitada
voluntad e intereses particulares mercantilistas a la población de los países
desarrollados y en desarrollo. Mientras esa izquierda no se construya, la
actual continuará retrocediendo: está desenfocada y obsoleta en sus ideas y
ámbito de actuación.