LA PASIÓN MUSICAL, SEGÚN BACH
Ramón
Andrés reconstruye el ideario y los libros que influyeron en el músico
JOSEP MASSOT en “La Vanguardia” del 26/02/2005
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Barcelona
Johann Sebastian Bach (1685-1750) no fue ese fervoroso luterano, encerrado en
una campana de cristal, de vida doméstica, gris e inalterable, que acudía cada
día a su trabajo como si fuera un funcionario, según cantaban las biografías del
siglo XIX, sino un músico atento a muchas curiosidades, con una memoria
prodigiosa, enorme velocidad mental y una grandísima apertura", dice Ramón
Andrés (Pamplona, 1955), que acaba de publicar Johann Sebastian Bach. Los
días, las ideas y los libros (El Acantilado), un ensayo insólito no sólo en
lo que suele ser la escuálida ensayística en España, sino singular también en la
bibliografía bachiana internacional.
BIBLIOTECA. Ramón Andrés ha volcado en el libro una verdadera avalancha de
información recogida a lo largo de todos sus años de pasión por Bach. A partir
de la biblioteca del músico de Eisenach, Andrés recrea las lecturas y las ideas
de Bach y cómo las tradujo a sus composiciones. "Fue una época -dice- de grandes
cambios, la época de Leibniz y de Newton, y Bach compuso una música muy
especulativa, revolucionaria, muy difícil de escuchar por parte de sus
contemporáneos y con una inventiva fuera de lo común. En la época, el músico de
renombre era Telemann y estaba de moda el estilo galante y las influencias
italianas, la devoción de la ópera por la melodía, que condicionó la música
instrumental de la época. Bach era un músico oscuro, que se creía poco
reconocido y al que le pesaba no haber tenido una formación universitaria. Bach
no salió en toda su vida de un triángulo no mayor que Catalunya".
LEIBNIZ. Según Ramón Andrés, Bach cultivó la introspección y desarrolló el arte
de la memoria vinculada a su capacidad de codificar y resolver las reflexiones
en términos artísticos: El clave bien temperado está resuelto de memoria
en la cabeza del maestro, sin previa ayuda de un instrumento musical. Bach fue
influido por Leibniz y, sobre todo por su discípulo, Christian Wolff ("una obra
de música, un poema, se rigen por la imitación de ese Dios estratega que con el
silencio propio de un científico experimenta en sí mismo las cosas a medida que
las crea y multiplica".)
MÍSTICOS. Andrés rechaza una militancia de Bach en círculos esotéricos, aunque
debió conocer las tesis de los cabalistas cristianos y la obra de Kircher,
Robert Fludd y místicos como el maestro Eckhart o Silesius y, sobre todo, Tauler
y su concepto de liberación del alma y del cuerpo, la necesidad de romper la
cautividad terrena.
MATEMÁTICAS.
En el XVII se creía en el número sonoro que ejercía un poder emocional en
el oyente y en que los números encerraban significados (el 4 era la unidad y
principio motriz del cosmos). Pero, dice Andrés, "las imponentes improvisaciones
al teclado de Bach, que causaban conmoción a quienes las escuchaban, no eran
producto del cálculo, no habia matemática ni apriorismo simbólico que entrara en
juego. En El clave bien temperado demostró que era ampliable la extensión
del espectro tonal y que más allá de los paralelismos anímicos con las
tonalidades, existe una ciencia compatible con planteamientos de orden
espiritual, que permite pensar y sentir partiendo de cualquier construcción, sea
cual sea la trama de su esquema". Bach, entre otras innovaciones, amplió de 17 a
24 el número de tonalidades.
ENIGMAS.
Las 37 notas iniciales de la Ciaccona (dedicada a su primera mujer
muerta) coinciden con el monograma de Christo, XP, y los siguientes compases,
mediante una serie de acordes que describen una línea cromática descendente, con
un efecto representativo de dolor, remiten a la grafía B-A-C-H (que se
corresponde con las notas si bemol, la, do, si natural). Su nombre aparece en
numerosas piezas (fugas XI y XVIII o Contrapunctus VI y
Variaciones Goldberg).La multiplicación de las letras del nombre BACH (A es
1, B es 2, etcétera) ofrecen como resultado 48, la cifra representada por el
valor numérico de INRI.
LUTERO.
Lutero tradujo la Biblia en la montaña que domina la ciudad natal de Bach. En
sus escritos, el impulsor de la reforma -compositor diletante, dijo que "los
alemanes ululan, los franceses modulan, los españoles gimen y los italianos
balan"- creía que la música ahuyentaba la melancolía y era básica en la
educación de la persona: "Cantar es rezar dos veces", citaba a san Agustín y
creía que era la transmisora perfecta de sus ideas, el camino directo de llegar
a Dios. Ramón Andrés sostiene que Bach no fue un luterano ortodoxo, sino que
estuvo abierto a las influencias musicales católicas (Palestrina sobre todo) y
conocía las corrientes pietistas.
CONTRAPUNTO.
Andrés insiste en que "Bach más allá de la fe sintió una preocupación metafísica
impulsada por su obsesión por la muerte, el miedo barroco de la desposesión. Es
un hombre moderno que no sabe morir, se diría que inventó el contrapunto como
medio técnico para quitarle al tiempo esa melodía única y lineal que va
dibujando los acontecimientos. El tiempo y la melodía describen, la eternidad y
el contrapunto conciben".
BACH-MOZART. Para Ramón Andrés, Bach es el gran músico de todos los tiempos,
superior aMozart. "No lo digo yo, lo dicen todos, Ligeti, Maderna, Boulez,
Berio. Es el más moderno, el maestro que mejor supo combinar, si es que se
pueden separar, fondo y forma, en su justa proporción. El gran Arcadi Bolodos me
decía que aún no se atrevía a tocar Bach: falla una nota y cae toda la
estructura."