EL PAPEL DE TONTO ÚTIL
Artículo de
TXEMA ALEGRE
en “La Vanguardia” del
18/02/2004
Carod-Rovira habrá medido hoy el sabor amargo del engaño. Creyó que podía
reunirse con ETA de por libre simplemente porque "hablando se entiende la gente"
y hoy ha descubierto que hablar con ETA no es hacerlo con gente normal. Los
terroristas sólo entienden el lenguaje del asesinato, la extorsión, el chantaje.
Entre la palabra de Carod -"no se negoció con ETA una tregua ni hubo acuerdo ni
negociación"- y la palabra de ETA, los demócratas no deben tener duda. Prevalece
la palabra de Carod. Si le creemos y no ha pactado con ETA, sólo cabe una
conclusión: ETA le ha engañado, le ha utilizado como si fuera el tonto útil.
Algo de eso debió sentir Carod en cuanto supo que ETA declaraba una tregua
circunscrita a Catalunya "por el crecimiento del independentismo". Son esos
momentos en los que uno siente como el ¡tierra trágame! suele obrar con
extraordinaria falta de oportunidad.
Tan utilizado ha sido Carod por ETA como ETA por el Gobierno cuando éste no ha
dudado en dar crédito al comunicado etarra y exigir al PSOE la ruptura de todos
sus acuerdos con Esquerra Republicana, dando por segura la "traición de ERC al
pueblo de Catalunya y a todos los españoles" por dar cobertura a ETA.
Tremenda resonancia de la letra de lo dicho por los violentos. Y fatal
consecuencia la nueva exigencia por parte de Zapatero de responsabilidades en
ERC o el gobierno tripartido, como si cediera a la presión de Rajoy.
Nunca hasta ahora un comunicado de ETA había generado tantas declaraciones
institucionales: Aznar, Zapatero, Rajoy, Maragall, Carod, Duran Lleida, Mas,
Piqué, Acebes, Arenas, Ibarretxe, Imaz y cómo no, Otegui.
Maragall, en el epicentro de una crisis reabierta, opta por reforzar un frente
político de todos frente a ETA y rechazar de plano que una decisión
gubernamental pueda adoptarse a raíz de la estrategia etarra, en un ejercicio de
sensata frialdad. Pero la crisis Carod, ahora con efectos retardados, le acaba
de estallar de nuevo. Su petición de que el pacto antiterrorista no sea, de
hecho, un pacto antinacionalista no es una huída hacia adelante. Es una manera
de hacer frente a ETA.
Supimos hace un par de días que Maragall había perdido la confianza personal en
Carod. Hoy ha superado la tentación fácil de aprovechar el comunicado de ETA
para forzar su extrañamiento político. Otros no pueden decir lo mismo.
En su particular estado de guerra que ETA mantiene contra España y Francia y
todos cuantos la habitamos, hoy ha dado a conocer la graciosa concesión de un
'estado de excepción' para Catalunya. Cuando más acorralada estaba -"La
Vanguardia" publicó recientemente que Interior cree que apenas quedan 210
etarras activos-, ETA saca la cabeza, da al traste con la precaria unidad de los
partidos demócratas frente la violencia terrorista y entra en campaña electoral.
Cuando podía, lo hacía a bombazos. Ahora, debilitada, a papelazos. Pero ha
dejado a los demócratas hechos unos zorros, unos zorros por una bomba de papel,
la candidez de un conseller en cap y la avidez electoral de un partido de Estado
y de Gobierno que en su objetivo está obtener el 14-M el mejor resultado de su
historia.
Hoy más que nunca es imprescindible la unidad de los partidos ante la violencia
terrorista por encima de posiciones de partido. Una unidad que no puede ser ni
interesada ni ingenua. Con ETA nos jugamos todos mucho. Algunos han perdido la
vida.