OBJETIVO: DEMÓCRATAS PALESTINOS
Artículo de MARWAN BISHARA en "La Vanguardia" del 27-12-02
Dos años después de que Israel sitiara los territorios
palestinos, el gobierno de Sharon dirige su punto de mira contra futuros
dirigentes palestinos como Marwan Barghuti y Azmi Bishara. Si Israel sigue
reprimiendo a estos demócratas laicos, lo único que le quedará serán terroristas
suicidas y fundamentalistas religiosos.
Israel ha acusado a los dos destacados dirigentes palestinos de apoyar la
violencia, ¡procesándoles de acuerdo con su ley antiterrorista! Ellos rechazan
tales acusaciones como carentes de fundamento y motivadas por razones políticas.
El único "delito" que reconocen consiste en apoyar el legítimo derecho de sus
pueblos a resistir la ocupación.
Conozco bien a ambos. Azmi es mi hermano y con Marwan mantengo una antigua
amistad. Solíamos reunirnos en la Universidad de Birzeit, en la que Azmi
enseñaba filosofía y Marwan era un destacado líder estudiantil. El movimiento
estudiantil pasó a liderar la primera "intifada" en 1987. Después de años de
encarcelamiento y deportación, Marwan regresó para liderar la segunda
"intifada". Ha figurado en los primeros puestos de los sondeos efectuados entre
los tres millones de palestinos que se hallan bajo el régimen de ocupación. Es
miembro electo del Consejo Legislativo Palestino, en el que representa a la
ciudad sitiada de Ramallah. Después de seis meses de arresto, su juicio dio
comienzo a principios de octubre. Sostiene que carecen de fundamento las
acusaciones dirigidas contra él por planear ataques suicidas, y que Israel no
tenía derecho legal alguno para procesar a un parlamentario electo palestino.
Además ha advertido que Israel no puede aspirar a conjugar una política colonial
con el disfrute de una existencia en paz de sus colonos.
Consignemos asimismo que, desde la segunda "intifada", la campaña antiterrorista
de Israel ha motivado la detención de más de diez mil palestinos, una quinta
parte de los cuales cumple detención administrativa sin juicio.
Azmi Bishara es también el dirigente más popular entre la minoría del millón de
palestinos en Israel, de acuerdo con sondeos independientes. Es parlamentario
electo por segunda vez en el Parlamento israelí, la Knesset, por la ciudad de
Nazaret. Su juicio dio comienzo a principios de este año, después de que sus
rivales políticos le retiraran la inmunidad. El gobierno Sharon propugna la
prohibición tanto de la actuación política de Azmi como del partido que él
representa, la Asamblea Nacional Democrática, se presente en las elecciones, por
primera vez en la historia del Estado.
Bishara ha advertido que Israel no puede ser un Estado democrático mientras
actúe como una tiranía al otro lado de las montañas. Bishara ha subrayado
reiteradamente el compromiso de los ciudadanos palestinos de Israel en la
prosecución de la igualdad por medios pacíficos y en el marco de la ley israelí.
Lo que más irrita a la derecha israelí es la afirmación de Bishara en el sentido
de que Israel no puede ser a la vez judío y democrático. Su programa político,
que sigue la pauta del movimiento de derechos civiles en Estados Unidos, apela a
un moderno y democrático "Estado de los ciudadanos" en lugar del "Estado del
pueblo judío" traducible por una república étnica.
Ambos dirigentes subrayan su compromiso en favor de una solución basada en dos
estados soberanos y democráticos; sin embargo, a la luz de la guerra colonial de
Sharon, la resistencia se ha convertido en la única respuesta posible al
ultimátum de Israel: o capitulación bajo la ocupación o guerra regional en todos
los frentes.
Personalmente, he votado por Azmi y he apoyado la campaña de Marwan en favor de
la libertad. Como humanistas laicos y liberales, representan la perspectiva de
coexistencia, en seguridad y armonía, de Israel y Palestina. Han propugnado un
programa democrático nacional y de carácter laico que ha contribuido a refrenar
los fundamentalismos en ambas partes. Durante el proceso de Oslo, ambos
parlamentarios criticaron duramente la corrupción palestina y la proliferación
de asentamientos israelíes. Lo único que pedían era que la ley fuera igual para
todos. Y por ello consideran que la retirada de la ocupación ilegal israelí no
puede más que contribuir a reforzar el proceso democrático en Israel y
Palestina.
Bishara y Barghuti representan una amenaza en el terreno de la seguridad y de la
política –según los parámetros de los cálculos pragmáticos e ideológicos de
Sharon– por su contención y moderación, y se hallan en las antípodas de la
visión de Sharon de un Israel extendido sobre todos los territorios palestinos.
Israel elige a ambos como blanco, al estilo de un Mandela y de un Martin Luther
King, porque expresan la contradicción inherente a su colonialismo y democracia
judía.
A menos que Israel negocie su retirada militar y acepte los principios relativos
de los derechos civiles, seguirá desplegándose el escenario de pesadilla.
Durante dos decenios los palestinos constituirán las dos terceras partes de la
población de Israel, y mayoría en el gran Israel de Sharon. Ante este cuadro
demográfico, Israel tiene dos alternativas: o intentar otra limpieza étnica,
como la que llevó a cabo hace cincuenta años, o iniciar un diálogo con los
sectores nacionalistas sobre la descolonización y la coexistencia pacífica ya
sea en uno o dos Estados. Puede afirmarse que Marwan y Azmi son su mejor
elección para una paz duradera.
MARWAN BISHARA, investigador de la Escuela de Altos
Estudios Sociales de París y periodista
Traducción: José María Puig de la Bellacasa