LOS MISMOS ERRORES
Artículo de José María Carrascal en “La Razón” del 17/10/2004
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Si el gobierno Zapatero cree satisfacer a los independentistas con concesiones
específicas, está pero que muy equivocado. Les abrirá el apetito. Los
independentistas sólo se darán por satisfechos con la independencia, cosa además
lógica. Acabamos de verlo a propósito de Lluís Companys. No les basta con que se
anule su juicio. Quieren que el Gobierno español «pida perdón al pueblo
catalán». La demanda es tan escandalosa que sólo la acomplejada cobardía que nos
han metido en el alma impide que explotemos indignados. ¿Qué tiene que ver este
Gobierno con el que condenó a Companys? ¿Es que en España no ha habido una
transición democrática? ¿Es que Cataluña no ha recuperado un Estatuto que supera
con mucho el de la República? ¿Por qué se pide al gobierno Zapatero y no se hizo
al de Suárez, al de Felipe González, al de Aznar, por considerársele más débil o
más próximo a sus tesis? Y además, ¿por quién iba a pedir perdón el actual
Gobierno, por Companys o por los catalanes fusilados en Monjuïc mientras él
presidía la Generalitat?
Eso sin entrar en detalles de este caso particular. No fue sólo Madariaga
quien consideró el alzamiento del 34 el primer acto de la guerra civil. He
conocido a muchos exilados que compartían apesadumbrados tal opinión. Companys
traicionó no sólo a la República, sino también al Estado, al proclamar otro
catalán. O sea que junto a su rehabilitación, habría que dejar claras sus
responsabilidades históricas. Pero en España, hoy, la responsabilidad es una
impertinencia, y la Historia, un tebeo. Así nos va. Nos hemos metido en una
dinámica, no de enmendar errores, sino de volver a cometerlos. No de justicia,
sino de revancha. Todavía peor que olvidar el pasado es intentar rehacerlo. El
pasado no puede rehacerse. Está hecho. Sólo puede asumirse y, a ser posible,
aprender de él. Pero no es eso en lo que estamos. Estamos en abrir tumbas, en
rescatar procesos, en reabrir heridas. En vez de en arreglar los problemas de
hoy y de mañana, que es lo que la mayoría de la gente quiere. Pero no, no nos
dejan. Durante un tiempo he pensado que se debía a la precariedad gubernamental.
A que Zapatero depende de Maragall, y Maragall, de Carod-Rovira. De lo que
resulta que quien manda en España es éste. Con ser malo, no es lo peor. Lo peor
es que durante su estancia en la oposición, los socialistas se dieron cuenta de
que sólo podían con el PP uniéndose a los nacionalistas incluso de corte
independentista y presentando al PP como el continuador del franquismo. Apoyados
por los terroristas, les salió bien. Y ya en el Gobierno, no han resistido la
tentación de continuar en la misma línea. Sin darse cuenta de que la alianza con
los independentistas conduce a su independencia, mientras descalificando al PP,
descalifican el entero sistema democrático. Exactamente los mismos errores del
PSOE durante la II República.