¿PERO QUIÉN HABLA DE INDEPENDENCIA?
Artículo de TONIA ETXARRI en “El Correo” del 25/02/2004
Esa fue la reacción de Imaz cuando se le preguntó en el Forum Europa su
opinión acerca del estudio del catedrático Mikel Buesa, hermano del dirigente
socialista asesinado por ETA, en el que asegura que una Euskadi independiente
acarrearía considerables pro- blemas de inestabilidad económica. «No aguanta el
primer asalto académico» (al dar por sentado que el Gobierno vasco está
proponiendo la independencia) ex- clamaba un vehemente Imaz ante una audiencia
complaciente, a la par que aturdida ante un lenguaje amable que maquillaba el
duro contenido del plan Ibarretxe.
Los predicadores del plan que no tiene en cuenta a los 580.000 ciudadanos vascos
que votaron al PP y PSE dan hábilmente la vuelta a las palabras. Donde hay
división y fractura sin precedentes, hablan de convivencia. Al frente
nacionalista lo llaman pacto para la pacificación. Al sentimiento de agravio que
sufren las víctimas ante los intentos de aproximación al entorno de ETA lo
bautizan como el capítulo del 'diálogo sin límites'. Y donde hay búsqueda
deliberada de los votos de Batasuna en el Parlamento para sacar el polémico
proyecto de Ley de Universidades, se defienden diciendo que la oposición adopta
la misma actitud .Todo el mundo sabe que no es lo mismo una coincidencia de
votos que negociar enmiendas. Imaz es listo y lo sabe muy bien pero su guión no
le permite dejar la realidad desnuda. La tiene que maquillar. Y este
nacionalista, joven pero no tan abierto y moderno como para renegar de la figura
del exaltado fundador del PNV Arana (prefiere referirse a él como 'el joven
publicista' en vez de airear sus tentaciones de limpieza étnica), dice que
'sólo' el PP habla de secesión y ruptura cuando es consciente de que hablan de
ruptura quienes la temen, que en Euskadi son muchos más que los partidos de la
oposición quienes creen que la van a sufrir por imposición nacionalista. Que
Ibarretxe ha abierto las puertas a la independencia con un plan que deja sin
apenas competencias al Estado, es una denuncia constante de quienes ven en
discursos amables y presuntamente integradores, el proyecto de una nueva
constitución. La vasca, la suya, de los nacionalistas, que no la de la mayoría
de los vascos. ¿Se puede concebir una nación vasca con una sociedad dividida?
La Mesa del Parlamento recibió la notificación del Supremo que desestima su
recurso contra la disolución del grupo de Batasuna. Para la oposición, no hay
duda: debe pasar al grupo Mixto. El tripartito, sin embargo, ha encontrado otra
excusa para prolongar el juego de incumplimiento de las sentencias. La
notificación ha llegado con tres meses de retraso. ¿Hombre a quién se le ocurre
semejante tardanza! Habrá que recurrir, señor Atutxa.