El PSOE de Zapatero parece volver a las posiciones
pacifistas, antimilitaristas y antiamericanas de la izquierda radical
europea de hace unas décadas. Los socialistas, sin embargo, no se dan cuenta
de que España ha cambiado mucho desde los años 80. Entonces los gritos de
“OTAN no, bases fuera” podían tener algún eco. Hoy las propuestas del PSOE
sobre recortes en el presupuesto de defensa, sobre el abandono inmediato
Irak o sobre Estados Unidos como fuente de todos los males lo colocan en la
marginalidad política.
El pacifismo del PSOE lo lleva al extremo de
situarse fuera de la legalidad internacional y del sentido común. Durante la
guerra ya dijeron que ellos estaban en contra del uso de la fuerza con o sin
resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Por un momento los
socialistas españoles parecían miembros del partido Baas. Tampoco parece que
la última resolución del Consejo legitimando la presencia de nuestras tropas
les vaya a hacer cambiar su petición disparatada de que se vuelvan de forma
inmediata.
En segundo término, su antimilitarismo les lleva a
pedir nuevos recortes en el gasto en defensa cuando España es ya el país
europeo que menor esfuerzo dedica a su defensa en términos de PIB. El colmo
del disparate, sin embargo, es que al mismo tiempo que quieren reducir el
gasto proponen incrementar drásticamente el número de mandos, hasta el 50%
de los efectivos totales, y no sólo mantener las adquisiciones en curso sino
dotarse de nuevos y más costosos sistemas. La política militar se sitúa así
en el número uno de la larga y reñida lista de incoherencias que está
fabricando el PSOE en los últimos meses.
Finalmente, el antiamericanismo socialista lleva a
su Secretario General a quedarse sentado al paso de las banderas de nuestros
aliados en una ofensa sin precedentes no a la Administración Bush, sino el
conjunto del pueblo americano. Ni Chirac en un ataque de chauvinismo extremo
se hubiera permitido tal imbecilidad.
El PSOE tiene un serio problema de credibilidad.
Cada vez más sus propuestas son tomadas a broma por el conjunto de los
ciudadanos. Incluso Izquierda Unida se va perfilando como un partido más
moderado al lado de los desatinos socialistas. Pero entre los muchos campos
que existen para el electoralismo y la demagogia, los socialistas deberían
abstenerse al menos de jugar con nuestra seguridad y nuestra defensa. Son
asuntos demasiado serios para frivolizar sobre ellos.