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Artículo
de Ernesto Ladrón de Guevara en “El Semanal Digital” del
09/03/2004
Apostilla al título: SOBRE LA
IZQUIERDA Y ESPAÑA (L. B.-B., 9-3-04)
Por
su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo
en este sitio web. (L. B.-B.)
8 de
marzo. Acostumbrado a las veleidades de la izquierda en cuanto a la
definición del Estado se refiere, me sorprende que haya un grupo como la UCE
(Unificación Comunista de España) que plantee como uno de los ejes de su
proyecto político la unidad de España. Hasta tal punto de plantear un
manifiesto que apareció la semana pasada a plana completa en EL PAIS y este
domingo pasado en El Correo.
Dicho manifiesto se ha insertado como publicidad pagada por figuras de primera
fila del mundo de la cultura y de la intelectualidad, por profesionales y
activistas políticos, sociales y sindicales de muy diversa naturaleza. Teniendo
en cuenta que la izquierda en este País ha estado contagiada por el infantil
complejo por el que se asociaba la idea de España con la derechona más
ultramontana, supone un feliz hallazgo que un colectivo de esta naturaleza, por
fin, recupere la vieja idea de España como espacio donde puedan convivir
distintas sensibilidades y como encuentro para la libertad y la convivencia.
Después de tantos años de estupidez y de indefinición ideológica de la
izquierda es como una bocanada de aire fresco que un colectivo de izquierdas
–aunque sea extraparlamentario- recupere la idea unitaria de España, compatible
con la diversidad y la solidaridad entre todas sus regiones. Tras la Dictadura
de Franco, esa izquierda, como si hubiera sufrido una tremenda amnesia, o, lo
que es peor, una ignorancia histórica sin paliativos, ha sido cómplice de los
movimientos segregacionistas que nos han llevado a los españoles a una
situación nada igualitaria, consagrando el nefasto modelo de la España
asimétrica e injusta.
Esa izquierda no ha sabido identificar ni recuperar la idea de la España del
regeneracionismo del 98, la España de los krausistas, la España de Unamuno,
Machado, Lorca, Fernando de los Ríos, Indalecio Prieto, Ortega y Gasset, Gil
Robles, Alcalá Zamora, Lerroux, Cossio… y de tantos otros que desde la derecha,
pero también desde la izquierda, tuvieron una idea clara de que los
separatismos eran la carcoma del progreso y la esterilización de los
potenciales de humanización de la sociedad española.
Resulta un sarcasmo que algo tan lógico como lo recogido en ese manifiesto
pueda ilusionar, pues tendría que formar parte de la más pura racionalidad y
del sentido común. Pero así es. A mí, al menos, me ha producido ilusión,
sorpresa y esperanza de que algo pueda cambiar.
Veamos el contenido literal de dicho
MANIFIESTO:
(Reproducido)
"NO ES CIERTO QUE LA UNIDAD DE ESPAÑA ESTÉ ENFRENTADA A SU PLURALIDAD.
Ambas son inseparables. Ya sabemos que la imposición por la fuerza trabaja por
enfrentarnos, que sólo defendiendo el carácter plural de España es posible
fortalecer la libre unidad de sus nacionalidades y regiones. Y a su vez, que ha
sido la unidad democrática la que nos ha permitido preservar la diversidad
frente a los intentos de acabar con ella.
NO ES CIERTO QUE AVIVAR LAS DIFERENCIAS Y ENFRENTARLAS A LO QUE NOS UNE SEA
SINÓNIMO DE LIBERTAD. Bajo banderas identitarias se esconden hoy en España los
planes de un nacionalismo étnico excluyente, amparado en la barbarie de ETA.
También quienes, desde una agitación demagógica, fomentan la insolidaridad y
lanzan amenazantes ultimátums. Las propuestas que avanzan en la desarticulación
política del país son peligrosas concesiones que alientan la división y el
enfrentamiento.
NO ES CIERTO QUE LA DEFENSA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA SEA PATRIMONIO DE ELITES
REACCIONARIAS. Ni tampoco contraria a sus intereses populares o a un
pensamiento avanzado y progresista. Desde la primera Constitución surgida de
las Cortes de Cádiz en 1812 –imposible sin la gesta popular contra la invasión
francesa- hasta la recuperación de la democracia y la aprobación de la
Constitución de 1978; desde Jovellanos hasta Unamuno, Machado o Lorca, ha sido
el pueblo, frente a las élites que abdicaban de los intereses y la dignidad
nacional, quien más ha contribuido a que el respeto y el reconocimiento a las
nacionalidades sea parte inseparable de la imprescindible unidad para defender
la independencia y conquistar la libertad.
NO ES CIERTO QUE UNA MAYOR INTEGRACIÓN EN LA UNIÓN EUROPEA EXIJA LA
FRAGMENTACIÓN Y DISOLUCIÓN DE ESPAÑA. Más aún cuando asistimos a crecientes
turbulencias en el seno de la UE provocadas por el afán de dos grandes
potencias –Francia y Alemania- por imponer su hegemonía sobre el resto de
socios. Cualquier proyecto que debilite la necesaria cohesión nacional y los mecanismos
económicos y jurídicos que la garantizan constituye en estos momentos una merma
en la capacidad de defender nuestros intereses; perjudicando el progreso y el
bienestar del conjunto del país y de todos y cada uno de sus territorios y
ciudadanos.
NO ES CIERTO QUE EL INTERÉS DE ESPAÑA SUPONGA PARTICIPAR EN UNA POLÍTICA DE
AGRESIÓN Y GUERRA. Es inaceptable que en nombre de valores que todos
compartimos, como la lucha contra el terrorismo, se nos encadene a una política
de guerras y ataques contra otros países o pueblos del mundo.
Por ello llamamos a todos nuestros conciudadanos a defender: -La libertad en
Euskadi frente al terrorismo y el nacionalismo excluyente y sus planes. -Una
unidad basada en la solidaridad, donde la pluralidad no vaya en contra de lo
que nos une y cohesiona.-Una voz propia e independiente en el mundo para hacer
de España un factor de paz entre los pueblos."